[Batallas del mundo] Kadesh 1285 a.C

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Estaba aburrido y no sabía qué hacer, así que quiero empezar una serie de artículos sobre batallas VR :3


El combate se distinguió por el uso de ambos lados del carro de guerra. Jugando con el efecto sorpresa, los hititas atacaron de improviso a las tropas egipcias, que estuvieron a punto de ser derrotadas. Pero la desesperada audacia de Ramsés II niveló las fuerzas de la “madre de todas las batallas” que acabó en tablas.

Equilibrio de fuerzas

Egipcios -- Hititas

Infantería:
20.000 -- 17.000

Carros:
2.000 -- 3.000

Resultado: Tablas
En la segunda mitad del siglo XIV a.C, el Egipto de la XVIII dinastía atravesó una grave crisis política que provocó un golpe de estado militar con el fin de conseguir un poder central fuerte.

El renacimiento egipcio llegó así con la XIX dinastía, fundada por Ramsés I (1305-1303 a.C). Su hijo Seti I (1303 a.C - 1289 a.C) reconquistó el sur de Siria y Palestina en el mismo periodo en el que el Imperio hitita (que se extendía hasta Anatolia por el norte, y Líbano y Siria por el sur) sufría varios descalabros por los ataques de los mitanos, aliados de los asirios. El sucesor de Seti I, su hijo Ramsés II (1289-1224 a.C), disputó a los hititas el control de la región sirio-palestina y organizó una expedición para conquistar la ciudad de Kadesh, entonces bajo control hitita. Para lograr la finalidad de la campaña era preciso reforzar la presencia egipcia en los puertos de la costa palestina como apoyo logístico. Sin el control de estos puertos hubiera sido imposible para la expedición recorrer los casi 680 kilómetros hasta llegar a Kadesh



El cuerpo de expedición egipcio estaba compuesto por cerca de 20.000 hombres repartidos en 4 divisiones: la Amón, que incluía la guardia personal del faraón y estaba bajo su mando, la Ra, la Ptah y la Seth; también estaban los sardanos, grupos de mercenarios llegados por mar desde Siria tras la victoria de Ramsés II e incorporados al ejército.

Los hititas tenían un ejército multiétnico bajo el mando del rey Muwatalli (1320-1290 a.C) de unos 17.000 hombres y entre 2.500 y 3.000 carros, según refieren las fuentes egipcias, tal vez exageradas para ensalzar la gloria del faraón.

Una vez alcanzado el norte de Palestina, Ramsés dispuso el orden de batalla: la división Amón iba en cabeza, seguida por la Ra, la Ptah y la Seth. Por la costa, avanzó un cuerpo expedicionario (los naharim). Luego el ejército egipcio se internó en el interior, atravesó el valle de Bekaa y prosiguió hacia Kadesh.

La batalla de Kadesh tuvo lugar entre el octavo y el décimo día del tercer mes de Shemu (el año egipcio se dividía en tres estaciones: Shemu, verano, Akhet, inundaciones y Peret, invierno).

El octavo día Ramsés y la división Amón llegaron a las inmediaciones de Kadesh y acamparon en las orillas cercanas; la Path y la Ra se quedaron al sur de la ciudad, la primera en el bosque de Rawavo y la segunda junto al Orontes.

El noveno día Ramsés y la Amón comenzaron a atravesar el río Orontes seguidos por las otras divisiones. En Shabtuna (la actual Tell Maa’yan) tuvo lugar la primera emboscada hitita: dos nómadas del lugar (en realidad, espías hititas) contaron que el ejército hitita estaba muy alejado. Ramsés les creyó y prosiguió su avance sin saber que el enemigo estaba a tan sólo 3 kilómetros de Kadesh.

Al anochecer del noveno día, Ramsés y la Amón acamparon, mientras que la Ra debía aún vadear el Orontes, seguida a considerable distancia por la Ptah y la Seth, que todavía estaba más alejada.

En los días siguientes, la Ra se puso en marcha para apoyar al faraón, que iba unos 15 kilómetros por delante. Entre tanto, fueron capturados los dos falsos nómadas hititas, que fueron obligados a confesar la distancia real a la que se encontraba el campamento enemigo. Al saberlo, Ramsés obligó a la Ptah a apresurarse para que acudiera en su ayuda.

Mientras, los hititas apostaron al sur un fuerte contingente móvil de unos 2.500 carros bajo el mando de un hermano del rey hitita, dispuestos a atacar el ala derecha de la división Ra. Los naharim ya habían abandonado la costa y se dirigián por tierra firme hacia Kadesh.



De improviso, unos 250 carros hititas irrumpieron contra el ala derecha de la división Ra, que fue desarbolada. La infantería egipcia huyó. La mayor parte de los supervivientes escaparon al sudoeste, mientras que los carros se movían rápidamente alrededor del campamento de Ramsés para protegerle. Su llegada al campamento fue tan caótica que que provocó una confusión total entre la guarnición que estaba de guardia.

De inmediato, los hititas atacaron el campamento por tres flancos diferentes. Los primeros carros que entraron fueron neutralizados por la guardia personal del faraón, pero la presión de los asaltantes eran tan fuerte que la resistencia egipcia no aguantó y los carros de reserva huyeron hacia el norte, dejando a Ramsés solo con lo que quedaba de la Amón.

La táctica por sorpresa de Muwatalli había resultado, puesto que al implicar en la batalla sólo a los carros, preservaba a la infantería y a sus carros de reserva. Sin embargo, en esta primera fase cometió un error estratégico: decidió mantenerse a la espera aguardando el desarrollo de los acontecimientos. Un segundo gran error, fue cargar demasiado los carros con el botín del saqueo de las tropas y los pertrechos egipcios, del que fue responsable un regimiento de infantería cananita, armado con lanzas y adiestrado para marchar y pelear en escuadra.

Ramsés decidió emprender una última y desesperada carga contra el frente hitita que asediaba el campamento por el nordeste y, protegido por su guardia personal, atacó con éxito. Precisamente en este momento, llegaron las tropas supervivientes de la Ra, la Ptah y las de los naharim, que reforzaron la ofensiva.

Muwatalli envió cerca de 1.000 carros para volver a sorprender al faraón por la retaguardia, pero fracasó por la acción de la Ptah que, a su vez, atacó por la derecha y acabó con los refuerzos hititas.

Ramsés completó después el asalto atacando a las fuerzas enemigas, desperdigadas en torno al Orontes, y gracias a que la infantería hitita permaneció inactiva tras las murallas de Kadesh, se volvió a tomar posesión del campamento.



Muwatalli evitó implicar a su infantería en un combate sin esperanzas de victoria dada la fuerza de los arqueros enemigos, aun comprendiendo que Ramsés había perdido la posibilidad de someter a Kadesh mediante el asalto. Por tanto, se puede decir que la primera gran batalla de la historia terminó sin vencedores ni vencidos. Ajusticiados los comandantes de la unidad que huyó durante el ataque al campamento. Ramsés llegó a un acuerdo con Muwatalli antes de regresar a Egipto. Ambos bandos se atribuyeron la victoria. La propaganda de Ramsés en el poema épico de Pentaur y otras obras de arte figurativas celebró la victoria, con lo que ofreció la primera narración completa de una batalla. En cuanto a los hititas, según las tablillas de Hatusa (capital del reino entonces, actual Boğazköy) proclamaron la victoria, asegurando que el faraón se retiró por el sur mientras ellos conquistaban Amurro, entre Kadesh y la costa mediterránea.



El carro de guerra:

Durante la antigüedad el papel de la caballería lo desempeñaron carros de combate tirados por caballos u otros cuadrúpedos. pero hacia el año 800 a.C un bajorerelieve asirio muestra por vez primera arqueros que combatían montados en silla sobre sus caballos.

Los carros de guerra aparecieron en torno al año 2.500 a.C con los sumerios. Tenían cuatro ruedas compactas y altos parapetos, llevaban un conductor y un hombre con lanza o jabalina.
En el tiro tal vez se usarán onagros, antepasados salvajes de los asnos domésticos.



Entre los siglos XVIII y XVII a.C recalcaron en Oriente Próximo los hicsos y los hititas, que adoptaron el carro de dos ruedas con una pequeña plataforma y un parapeto bajo, con dos hombres y una pareja de caballos. Con él, los hicsos desarbolaron las tropas egipcias.

Otro modelo, perfeccionado y con ruedas radiadas, es el de los egipcios de la XVII XVIII dinastías, derivado del de los hicsos. Los hititas fortalecieron el modelo con ruedas de seis radios lo equiparon con un conductor, un arquero y un hombre con lanza y escudo.

Hacia el siglo VII a.C, los asirios desarrollaron el carro de guerra. En el siglo VI a.C con los persas de Ciro aprecio el carro falcado, provisto de cuchillas en las ruedas.

Pero por entonces ya empezaba a vislumbrarse una caballería organizada en pueblos como Micenas o Grecia, donde el terreno irregular hizo necesario un sistema más ligero. Aun así, antes de desaparecer, el carro de guerra cambió hasta convertirse en un rápido medio de transporte en el campo de batalla.

El carro egipcio se concibió para poder penetrar en profundidad en las filas enemigas y después cambiar rápidamente de dirección. Por eso durante la batalla, los carros egipcios evitaron los enfrentamientos a corta distancia con los hititas, superiores en este tipo de combates.

Robustez y ligereza eran las cualidades esenciales de carro egipcio, resultado de la evolución del carro de guerra cananeo y del carro de los hicsos. Quizás en Kadesh intervinieron unos 2.000 carros de guerra (500 por cada una de las cuatro divisiones egipcias)



El carro hitita era un arma pensada para desarbolar las líneas de la infantería pesada. Era muy pesado, lo que le permitía aplastar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Poco manejable, el carro de guerra hitita fue blanco fácil para los arqueros egipcios. Era fundamental que el auriga y el lancero estuviesen acompañados de un escudero que les protegiese de las flechas enemigas durante el combate.



Los ejércitos:

El ejército egipcio se componía mayoritariamente de infantería armada de largas lanzas, espadas (como el característico khepesh), hachas de bronce ,arcos muy potentes y flechas. El armamento de defensa lo constituían armaduras de cuero o de láminas de bronce, escudos y yelmos.



En la infantería hitita los soldados se cubrían con túnicas o iban a pecho descubierto; solo se protegían con un yelmo, mientras que su armamento era muy similar al de los egipcios.

Pese a que Ramsés había definido a los hititas como afeminados, los hombres de Muwatalli eran guerreros hábiles y valientes. La fuerza del ejército hitita se basaba en permanecer compacto y hacerse preceder por exploradores o recurrir al engaño del enemigo, mientras el grueso del ejército se movía con rapidez hasta encontrar una llanura donde los carros pudieran atacar.

A través de los siglos, los hititas aprendieron a utilizar caballos, a edificar sólidas fortificaciones y a conquistar las de los enemigos. Sus carros de guerra, más pesados que los egipcios, podían transportar tres hombres armados con arco, lanza y escudo. La caballería tal como se entendió en siglos posteriores estuvo ausente en ambos ejércitos.


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Proximo número: Maratón, 490 a.C
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