Operacion Tormenta de Agosto

Day 2,713, 07:41 Published in Argentina Argentina by Nahuel Leandro Druet Cfk

Cuando comenzó a amanecer el 9 de agosto de 1945, los centinelas japoneses que custodiaban las montañas del Gran Kinghan, situadas en el oeste de Manchuria, no podían creer lo que veían sus ojos. Ante ellos, con las primeras luces de la mañana, avanzaban columnas de carros de combate, cañones autopropulsados y camiones soviéticos, moviéndose a gran velocidad en dirección a sus posiciones. Lo que ellos estaban viendo eran las líneas que constituían el primer contingente del 6º Ejército de Carros de la Guardia soviético, veterano de la “Gran Guerra Patria” contra Alemania, que intentaba encontrar un paso a través de las montañas para acceder al terreno más abierto de la meseta central de Manchuria, antes de que los japoneses pudieran reaccionar. Sin que los centinelas hubieran recibido ninguna información, la Unión Soviética había declarado la guerra ni siquiera ocho horas antes, lo que le permitió la conquista de territorios antes de que los japoneses pudieran firmar la paz con los Aliados.

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Hacía tiempo que el líder soviético Joseph Stalin había puesto sus codiciosos ojos sobre Manchuria, con sus recursos, industria y acceso al mar Amarillo a través de la ex fortaleza zarista de Port Arthur. Igualmente, había observado con preocupación la ocupación de la zona por los japoneses durante 1931 y 1932, lo cual había planteado algunas campañas cortas cercanas de la frontera en 1938 (Incidente de Changkufeng) y 1939 (Batalla de Khalkhin Gol).

Pero en Abril de 1941, la Unión soviética y Japón firmaron un Pacto de Neutralidad, en el cual se comprometían a no interferir en los conflictos que mantenía cada país. Este acuerdo permitiría en poco tiempo que Stalin trasladara sus tropas de Mongolia, Siberia y sus provincias marítimas orientales para enfrentarlas a la amenaza alemana que venía por el oeste, mientras que los japoneses pudieron concentrarse en sus campañas de China, Lejano Oriente y el Pacífico. Ambos bandos mantenían la presencia de ejércitos en las proximidades de Manchuria, pero la posibilidad de conflicto parecía remota.

Sin embargo, cuando el rumbo de la guerra empezó a girar a favor de los Aliados, Estados Unidos y Gran Bretaña presionaron a Stalin para que entrara en guerra contra Japón. En principio, Stalin accedió en noviembre de 1943, pero rechazó llevar a cabo ninguna acción hasta que Hitler hubiera sido derrotado. Finalmente, en la Conferencia de Yalta, celebrada en febrero de 1945, anunció que atacaría a Japón tres meses después de la caída de Berlín. Pasados dos meses, y conforme a lo estipulado, informó a Tokio, con doce meses de antelación, su decisión de no renovar al Pacto de Neutralidad una vez que finalizara el plazo de cinco años, en abril de 1946. Para los japoneses, esa habría de ser la fecha de un ataque soviético que coincidiría, probablemente, con desembarcos anfibios norteamericanos en Japón.

Mientras se desarrollaban estas actividades diplomáticas, Stalin empezó a congregar fuerzas en las cercanías de Manchuria. A principios de 1945, se habían establecido dos Frentes (Grupos de Ejército) en la zona: el Trans-Baikal, en Mongolia, y el del Lejano Oriente, en Vladivostok. En total, inicialmente reunían más de medio millón de hombres, aunque la mayoría de ellos eran reclutas con poca experiencia, comandados por oficiales que no habían combatido en Europa. Si estas tropas tenían que atacar y derrotar a una guarnición japonesa de más de un millón de hombres, necesitarían refuerzos y una reorganización. El proceso empezó inmediatamente.



Como primera providencia se crearon grandes reservas de carros de combate, cañones y munición, se mejoraron las carreteras y las líneas férreas que se dirigían a la frontera con Manchuria y se construyeron nuevos aeropuertos. Al mismo tiempo, se estableció un mando independiente del teatro de operaciones, que sería confiado al Mariscal Alexander Vasilevsky, y tres Frentes se organizaron para el combate: El trans-Baikal, a cargo del Mariscal Rodion Malinovsky, permació sin cambios, pero el Lejano Oriente fue dividido en dos: el 1º del Lejano Oriente a las órdenes del Mariscal Kirill Meretskov, al que se responsabilizó de la zona adyacente a Vladivostok; y el 2º del Lejano Oriente, bajo el mando del General Maksim Purkayev, que se ocupó del frente de los ríos Amur y Ussuri, cerca de Khabarovsk. Para asegurarse de que estos ejércitos incluirían un conjunto de tropas seleccionadas, cuyas formaciones tendría experiencia probada en combate, se retiraron del frente europeo al 5º Ejército y 39º Ejercito, provenientes de Köningsberg; y al 6º Ejército de Carros de la Guardía y 53º Ejército, que se hallaban en Praga. Todas estas tropas fueron enviadas a unos 7.000 kilómetros al oeste, a través del ferrocarril Transiberiano Un total de 1.692 trenes especiales de tropas realizaron el viaje entre abril y mayo de 1945, reforzando así los rescursos de Vasilevsky, que contaba ahora con 1.600.000 hombres, 5.500 carros de combate, 28.000 cañones y morteros y 4.370 aviones. Sin duda alguna, se trataba de una fuerza formidable.



Orden de batalla de los Ejércitos soviéticos:

• Frente Transbaikal: comandado por el Mariscal Rodion Malinovsky, debía tomar Mengjiang y la parte occidental de Manchukuo. Sus ejércitos, unos 654.040 hombres, eran los siguientes:

- 17º Ejército soviético (Tte. General A. I. Danilov)
- 36º Ejército soviético (Tte. General A. A. Luchinsky): 2º, 86º Cuerpos y Grupo Operacional
- 39º Ejército soviético (Col. General I. I. Lyudnikov): proveniente de Königsberg, 5º Cuerpo de Guardias, 94º y 113º Cuerpos.
- 53º Ejército soviético (Col. General I. M. Managarov): proveniente de Praga, 18º Cuerpo de Guardias, 49º y 57º Cuerpos.
- 6º Ejército soviético de Carros de la Guardia (Col. General A. G. Kravchenko), proveniente de Praga, 5º Cuerpo de Carros de la Guardia, 9º y 7º Cuerpo Mecanizados de la Guardia.
- Grupo de Caballería Mecanizada de Mongolia (Col. General Issa Pliyev)
- 12º Ejército del Aire soviético (Mariscal S. A. Khudiakov)

• 2º Frente del Lejano Oriente: comandado por el General Maksim Purkayev, debía tomar la parte norte de Manchukuo. Sus ejércitos, unos 337.096 hombres, eran los siguientes:

- 2º Ejército de la Bandera Roja (Tte. General M. F. Terêkhin)
- 15º Ejército soviético (Tte. General S. K. Mamonov)
- 16º Ejército soviética de Reserva (Maj. Gen. L. G. Cheremisov), el 56º Cuerpo de Fusileros participó en la toma de Sajalín
- 10º Ejército del Aire soviético (Col. General P. F. Zhigarev)
- Grupo Operacional Kuriles

• 1º Frente del Lejano Oriente: comandado por el Mariscal Kirill Meretskov, debía tomar la parte oriental de Manchukuo. Sus ejércitos, unos 586.589 hombres, eran los siguientes:

- 1º Ejército de la Bandera Roja (Col. General A. P. Beloborodov): 26º y 59º Cuerpos
- 5º Ejército soviético (Col. General N. I. Krylov) proveniente de la Königsberg, 17º, 45º, 65º y 72º Cuerpos
- 25º Ejército soviético (Col. General L. M. Chistyakov)
- 35º Ejército soviético (Tte. General N. D. Zakhvatayev)
- 10º Cuerpo Mecanizado (Tte. General I. D. Vasil'ev)
- Grupo Operacional Chuguevsk (Maj. Gen. V. A. Zaitsev)
- 9º Ejército del Aire soviético (Col. General I. M. Sokolov)
- Flotilla del río Amur (Comandante N. V. Antonov)



El Ejército Kwantung:

El Ejército Kwantung, antaño orgullo de las tropas japonesas destinadas en oriente, acostumbrado a victorias fáciles contra el Ejército Nacional Revolucionario de China, en comparación con las tropas del Ejército Rojo era inferior. Aunque agrupaba a más de un millón de hombres a principios de 1945, muchos de ellos eran reclutas manchúes o coreanos de dudosa efectividad. Las unidades japonesas habían sido sensiblemente mermadas debido a las demandas que exigía la guerra del Pacífico, motivando el traslado de veteranos, y su sustitución por reemplazos de conscriptos, reservistas o tropas de calidad inferior, que además se encontraban faltos de abastecimiento adecuado. Para colmo, la relación entre los mandos no era buena; el comandante en jefe, General Otozo Yamada, tenía poca experiencia, y le resultó difícil coordinar las actividades de sus subordinados. Asimismo, los planes defensivos eran bastante confusos.

Orden de batalla del Kwantung:

Fuerzas Iniciales:
• 1º Ejército de Área: comandado por el General Kita Seiichi . Sus ejércitos eran los siguientes:

- HQ-Reserva: 3 divisiones de infantería (122ª,134ª y139ª divisiones)
- 3º Ejército Japonés( Tte. General Murakami Keisaku): 4 divisiones de infantería (79ª, 112ª,127ª y 128ª divisiones y 132ª Brig. Independiente Mixta).
- 5º Ejército Japonés (Tte. General Shimizu Noritsune) : 3 divisiones de infantería (124ª, 126ª y 135ª divisiones).

En total, el General Kita contaba con 10 divisiones de infantería y una brigada mixta. Sus efectivos llegabana a 222.157 hombres, y era responsable del este de Manchukuo.

• 3º Ejército de Área: comandado por el General Ushiroku Jun. Sus ejércitos eran los siguientes:

- HQ-Reserva: 108ª división de infantería y 171º Reg. de Caballería. Más 3 brigadas mixtas (79ª, 130ª y 134ª Brig. Indep. Mixtas) y 1 de carros (1ª Brig. Indep. de Carros)
- 30º Ejército Japonés (Tte. General Iida Shojiro) : 4 divisiones de infantería (39ª, 125ª, 138ª y 148ª divisiones)
- 44º Ejército Japonés (Tte General Hongo Yoshio): 3 divisiones de infantería (63ª, 107ª y 117ª divisiones) y 1 brigada de carros (9ª Brig. Independiente de Carros).

En total, el General Ushiroku contaba con 8 divisiones de infantería, 3 brigadas mixtas, y 2 brigadas de carros de combate. Sus efectivos llegabana a 180.971 hombres, y era responsable del centro y oeste de Manchukuo.

• 4º Ejército: comandado por el Tte. General Uemura Mikio, era responsable del norte y del noroeste de Manchukuo. Contaba con tres divisiones de infantería (119ª, 123ª y 149ª divisiones) y cuatro brigadas mixtas (80ª, 131ª, 135ª, 136ª Brig. Indep. Mixtas) . En total, comandaba 95.464 efectivos.

Fuerzas adicionales: (asignadas después del inicio de las hostilidades):

• 34º Ejército: a cargo del Tte. General Kushibuchi Senichi, consistía en dos divisiones de infantería (59ª y 137ª divisiones) y 1 brigada mixta (133ª Brig. Indep. Mixta), con unos 50.104 hombres.

• 17º Ejército de Área: consistía en siete divisiones de infantería y dos brigadas mixtas.


A pesar de que Manchuria habría sido relativamente fácil de defender debido al hecho de encontrarse rodeada por cordilleras, pantanos y valles fluviales con grandes bosques, su tamaño 1.500.000 kilómetros cuadrados, resultaron excesivos para Yamada. Inicialmente, el Ejército Kwantung se desplegó con la intención de atacar la Unión Soviética, pero desde septiembre de 1944 esta estrategia se alteró, sustituyéndola por medidas puramente defensivas, con las unidades concentradas para cubrir todas las posibles vías que podían ser susceptibles de un avance soviético.

El plan Yamada se basaba en la utilización de sus tropas fronterizas para retrasar ese hipotético avance, lo que le daría tiempo para que el cuerpo principal de su fuerza maniobrara en la meseta central y pudiera lanzar un contraataque. En caso de que esa operación fracasara, ordenaría el retroceso de lo que quedase de sus tropas hacia las montañas del norte de Corea.

Sin embargo, los soviéticos no podían ignorar el potencial que encerraba el Ejército Kwantung, y Vasilevsky necesitaba asegurarse de que, cuando diera comienzo el ataque, conseguiría el factor sorpresa y una gran rapidez de acción.

En principio, el factor sorpresa se veía bastante comprometido debido a la declaración realizada en abril de 1945, en la que se señalaba que no se renovaría el Pacto de Neutralidad, además del movimiento de tropas en el ferrocarril Transiberiano (parte del cual bordeaba la frontera con Manchuria). No obstante, los japoneses fueron engañados. Sus servicios de inteligencia, bastante mermados debido a la necesidad de concentrar sus esfuerzos en la guerra del Pacífico, minusvaloraron el grado de agrupación de tropas de los soviéticos, mientras que los comandantes locales, convencidos de que las cordilleras, ríos y pantanos les proporcionarían una impenetrable barrera que frenaría cualquier avance, permanecieron pasivos.

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Plan de operaciones soviético: “La operación tormenta de agosto”

Vasilievsky hizo todo cuanto estuvo en su mano para que se mantuviera esta situación, ordenando a sus soldados que cavaran trincheras y concentrando tropas en el frente, justo en los ejes donde los japoneses esperaban que se produjera el avance soviético. Otra de sus estrategias fue ordenar que el 36º Ejército soviético, una unidad de segunda categoría, aunque muy bien comandado, realizara una serie de movimientos llamativos frente a Hailar, al norte de la cordillera del Gran Khinghan, que era la ruta “clásica” que habría de seguir todo intento de inavasión que partiera de Mongolia, mientras que tras la verdadera cabeza de lanza del Frente Trans-Baikal, el 6º Ejército soviético de Carros de la Guardia, se desplegaba con el mayor sigilo en las proximidades de la frontera, pero manteniéndose fuera del alcance visual del enemigo. El General Yamada, convencido de que las montañas no ofrecían ningún paso accesible, especialmente para los blindados enemigos, estaba satisfecho de que todo se desarrollara aparentemente a la perfección.

Mientras tanto, Vasilievsky limaba los últimos detalles de la “operación tormenta de agosto”. Se trataba de una estrategia bastante sencilla, en la que se proyectaba la realización de un amplio movimiento de doble tenaza a través del centro de Manchuria que evitaría la consolidación de las tropas japonesas en la meseta central, dejando rodeados a importantes elementos del Ejército Kwantung en el norte, aislados de sus enlaces terrestres con Corea y el resto de China.
El Frente Trans-Baikal de Malinovsky, que incluía 654.000 hombres, 2.416 carros de combate y cañones autopropulsados, además de 10.000 piezas de artillería, apoyado todo ello por la presencia de 1.324 aviones, avanzaría, dejando atrás Mongolia, desde el sector oeste, atravesando rápidamente las montañas para alcanzar la meseta central, al sur de Harbin. No podía retrasarse, ya que se le había exigido un avance de 33 km por día a las unidades mixtas y de 70 km a las unidades de carros, entre las que destacaba el 6º Ejército de Carros de la Guardia. La operación estaba llena de riesgos, ya que no toleraba retrasos, esto incluía a las líneas de suministros, que deberían moverse igual de rápido. Como elementos de apoyo de este asalto, se contaba con el 36º Ejército, situado en el norte, que trataría de mantener ocupadas a las tropas japonesas situadas en torno a Hailar, mientras que el sur, el General Issa Pliev dirigiría la fuerza de caballería mongol-soviética a través del desierto del Gobi, para que contactaran con las unidades chinas que se hallaban en las proximidades de Beijing, de modo que pudiera cortar toda posibilidad de retirada en esa dirección.

Simultáneamente, el 1º Frente del Lejano Oriente, que estaba integrado por 586.589 hombres, 1.860 vehículos acorazados y 11.430 cañones, que disponía de un apoyo aéreo de 1.387 aviones, realizaría un ataque en el sector oriental cerca de Vladivostovk, haciendo frente a las excelentes defensas que los japoneses habían levantado alrededor del lago Janka. Al 25º Ejército se le encargó la importante tarea de cortar la ruta de escape japonés a Corea. A pesar de la alta densidad enemiga en la región, a este Frente se le exigió que avanzara 10 km al día, siendo su primer objetivo Mutankiang, para luego reunirse con Malinovsky en la zona de Harbin. Cuando ambos Frentes se encontrasen en el área de Changchun , juntos avanzarían hacia Port Arthur, para acabar con la resistencia japonesa restante El 2º Frente del Lejano Oriente de Purkayev, formado por 337.096 hombres, 1.280 vehículos acorazados y 6.000 cañones, además de 1.260 aviones, avanzaría sobre un amplio frente para mantener ocupados a los defensores japoneses del 4º Ejército a lo largo de los ríos Amur y Ussuri. Otros elementos de este Frente pondrían en marcha asaltos anfíbios para apoderarse de la parte sur de la isla Sajlín y la mayoría de las islas del norte del archipiélago de las Kuriles, mientras la flotilla del río Amur prestaba apoyo al ataque principal.



Tan sólo faltaba que Stalin diera la orden de atacar. De acuerdo con los datos disponibles, parece ser que pensó darla en septiembre u octubre, después de que cesarán las torrenciales lluvias de verano, pero se vio forzado a adelantarla debido a una serie de sucesos que estaban ocurriendo en otros lugares. El 6 de agosto de 1945 los norteamericanos lanzaron la bomba atómica sobre Hiroshima y, a pesar de que el Gobierno japonés pareció mantener una postura firme, era obvio que su rendición no podría retrasarse durante mucho tiempo. Ante la posibilidad de que se produjera esa circunstancia antes de apoderase de Manchuria, Stalin aceleró la puesta en marcha de sus planes. A las 5 de la tarde (hora de Moscú) del 8 de agosto, se informaba al embajador japonés en la capital soviética que se había declarado el estado de guerra entre su país y la Unión Soviética, y dada la orden de que comenzaran las hostilidades diez minutos después de la medianoche (hora de Manchuria). Debido a que ya eran las 11 de la noche cuando se produjo esta declaración, tanto en Manchuria como en Tokio los japoneses sólo disponían de 70 minutos para preparar sus defensas, en el caso de que consiguieran que el mensaje llegara a sus líneas. Con la zona de Manchuria prácticamente aislada a causa de las lluvias estivales, la sorpresa fue completa.

Oeste y Noroeste de Manchuria:

Lo que ahora resultaba necesario era conseguir la mayor velocidad posible. En el Frente Trans-Baikal sería, sobre todo el 6º Ejército de Carros de la Guardia el que avanzaría más rápidamente, alcanzando las laderas de las montañas del Gran Kinghan al amanecer. Con una vanguardia constituida por carros T-34, dos columnas empezaron la difícil ascensión hacia las montañas, marchando a través de senderos muy arduos con un terreno muy escarpado, en dirección hacia los pasos que les condujesen a la meseta central. Las tropas defensoras japonesas optaron por dispersarse, incapaces de creer que alguien estuviera lo suficientemente loco como para atacar bajo una intensa lluvia una cordillera cuyas montañas alcanzaban altitudes superiores a los 1.000 metros (el monte Datudingzi alcanza los 1.690 metros). Además, todos los refuerzos que podrían haber acudido allí para sacar ventaja de las condiciones del terreno, se encontraban muy atareados en la defensa de Hailar, en el norte, que se hallaba bajo la amenaza de las tropas del 36º Ejército, que el día 9 de agosto, ya había tomando algunos sectores de la ciudad. El 39º Ejército esquivó las posiciones fuertes japoneses, dirigiéndose al sur, ya que se planeó cortar la línea férrea de suministros y aislar a los atrincherados japoneses. El 10 de agosto, por su parte el 53º Ejército recibió la orden de cruzar la frontera desde Mongolia, con el objetivo de explotar la victoria conseguida por el 6º Ejército de Carros de la Guardia, pero esta unidad estaba muy distante.



Ante la inutilidad en defender las fronteras, el General Yamada ordenó la retirada general a la retaguardia y la construcción de una línea defensiva. El General Ushiroku, comandante del 3º Ejército de Área, emitió otra orden que contradecía a la de Yamada, ya que demandaba que se defendiera las regiones al norte y sur de Mukden, con el objetivo de proteger a la población nipona. Estas órdenes solamente causaron más confusión en unas tropas que trataban de retirarse lo más rápidamente.
En el sur, el Grupo de Caballería Mecanizada Mongola de Pliev, operando en formación de dos columnas, hicieron su entrada en el desierto del Gobi, barriendo las escasas líneas defensivas planteadas por los japoneses, que se quedaron atónitos ante la ofensiva, y avanzando hacia los pueblos que se habían fijado con anterioridad como bases de suministros y provisiones. Todo parecía producirse de acuerdo con lo planeado.

La realidad era que el 6º Ejército de Carros de la Guardia estaba avanzando demasiado deprisa. En la noche del 9 de agosto, después de haber esperado en vano la respuesta japonesa, el 6º Ejército de Carros de la Guardia continuó el complejo cruce por las montañas del Gran Khingan, ya que las unidades que le seguían ya estaban llegando a la cadena montañosa en otros puntos. Después de detenerse por un tiempo para sacar de la vanguardia al 9º Cuerpo Mecanizado y colocar en su lugar al 5º Cuerpo de Carros de la Guardia, el avance continuó. El 9º Cuerpo Mecanizado presentó problemas de abastecimiento de combustible, ya que utilizaba carros estadounidenses Sherman, los cuales tenían un mayor consumo que los T-34. La columna que marchaba por el sur, aprovechando al máximo la movilidad de sus vehículos oruga, aplastó toda la oposición que encontró en su camino hacia el paso de Khorokhon, al que llegó la noche del 10/11 de agosto. Tras esta conquista entraron de lleno en la gran llanura de Manchuria, territorio más favorable para los carros de combate. Ese día el 5º Cuerpo de Carros de la Guardia llegó a Lupei, sin haber entablado combate. Después de avanzar 350 km, los carros se encontraron con problemas de suministro, ya que el avance había sido demasiado veloz. En una quizá desesperada pero audaz maniobra, Malinovsky utilizó 400 aviones para arrojar bidones de combustible para proseguir con el avance. Sin embargo, los días 12 y 13 fueron inútiles debido al parón generalizado de las unidades mecanizadas. Para entonces, el 36º Ejército había circunvalado Hailar y trataba de abrirse camino en dirección Pokotu, mientras Pliev, que se encontraba aún en el desierto, avanzaba a un promedio de 90 kilómetros diarios.

Para el cuarto día desde el inicio de las operaciones, las fuerzas del Frente de Transkaibal habían alcanzado los objetivos planificados para el quinto, sin encontrar oposición seria, a excepción de la toma de Hailar, que duró hasta el 18 de agosto.

Tras sufrir un segundo bombardeo con armamento atómico, esta vez contra Nagasaki, el 9 de agosto, y enfrentándose al desastre en el Pacífico, el Emperador de Japón emitió una orden de cese de fuego, que fue retransmitida por la radio el 15 de agosto, aunque está llegaría muy deficientemente al General Yamada, por lo que la resistencia y combates se prolongaron. Oficialmente el Ejército Kwantung dejó de existir como tal el 16 de agosto.

Para el 14 de agosto, las montañas del Gran Khingan habían sido cruzadas por todos los ejércitos soviéticos y el Mariscal Malinovsky ordenó la captura de Kalgan, Chihfeng, Mukden, Changchun, y Tsitsihar antes del 23 de agosto.

El 18 de agosto, el Grupo de Caballería Mecanizada Mongola de Pliev llegó a Kalgan, y después de capturar la ciudad, cruzaron la Gran Muralla China y se dirigieron a Beijing, entregando en su camino equipo enemigo capturado al 8º Ejército del Partido Comunista Chino, que estaba en guerra con la República de China. Ese mismo día, las tropas del 17º Ejército soviético, agobiadas por el calor, llegaron finalmente a la costa del Mar de Bohai.



El 21 de agosto, el 6º Ejército de Carros de la Guardia ocupó Changchun y Mukden, aunque tropas aerotransportadas habían llegado a dichas ciudades dos días antes. Debido a la escasez de combustible, se decidió que las tropas que participarían en la toma de Port Arthur se trasladarían por tren.

Después la resistencia japonesa disminuyó apreciablemente y se consideró la campaña finalizada. El hecho de que el paso por las montañas del Gran Khingan hubiesen sido entregadas con tanta facilidad es un error imperdonable de los generales japoneses. La falta de coordinación entre los mismos también contribuyó al rápido cierre del frente. Los japoneses entregaron el oeste de Manchuria con mucha facilidad, sin ofrecer resistencia, salvo en Hailar. Además, los posteriores problemas de abastecimiento soviéticos no fueron aprovechados por el enemigo, incluso cuando el 6º Ejército de Carros de la Guardia se mantuvo inactivo por casi dos días.

En el este, el 1º Frente del Lejano Oriente de Meretskov se encontró con una tarea mucho más difícil. Sus tropas habían atacado al mismo tiempo que los hombres de Malinovsky, pero tuvieron que hacer frente a una serie de grandes y complejas fortalezas, sobre todo las que se encontraban en las cercanías de Suifenho. En este lugar, el terreno está configurado por colinas boscosas y abruptos valles por los que discurren ríos, y estaba protegido por algunas de las mejores unidades de las que disponía Yamada. Esta parte de la frontera estaba defendida por el 1º Ejército de Área siendo el sector de fronterizo, que iba desde el norte del lago Janka al Mar de Japón. Estas tropas habían sido estacionadas allí durante varios años, construyendo una zona densamente fortificada con defensas muy bien pertrechadas. Debido a esta razón, Meretskov recibió un gran número de piezas de artilleria. Sin embargo, el comandante de aquel sector, el General Nicolai Krylov, a cargo del 5º Ejército, tenía por intención mantener el factor sorpresa y atacar sin realizar un bombardeo previo. En vez de ello, dispuso en la vanguardia a sus fuerzas a grupos especiales de infantería de asalto y de zapadores, para que se infiltraran en las líneas japonesas, utilizando como cobertura las intensas lluvias para camuflar su avance.



El ataque soviético se inició en la medianoche del 8 de agosto. La lluvia hizo creer a los japoneses que los soviéticos no atacarían en esas condiciones, y muchos guardias de fronteras fueron sorprendidos. El 5º Ejército soviético lideró la ofensiva, ejecutando un ataque de dos olas. La primera oleada pasó por la región fortificada de Volynsk, dejando aislados a los defensores nipones, quienes fueron reducidos por la segunda oleada en tres días, dicha oleada incluía a zapadores y artillería auto-propulsada. Para la noche del 9 de agosto, el 5º Ejército había alcanzado el norte de Suifenho, abriendo una brecha de 35 km en las líneas defensivas japonesas, y había avanzado entre 16 y 22 km más allá de las mismas. Dos días más tarde, las tropas que formaban la vanguardia llegaban al río Muleng.

Mientras tanto, en el flanco derecho del 5º Ejército, el 1º Ejército de la Bandera Roja se abría paso a través de un espeso bosque de 12 km de longitud. Delante de los carros de combate de éste Ejército avanzaban 3 Divisiones de Infantería, abriendo caminos en el bosque para los carros. Para el mediodía del 10 de agosto, las unidades soviéticas salieron del bosque y el avance soviético se disparó. Los japoneses entregaron Linkou sin ofrecer mucha resistencia, retirándose a posiciones defensivas previamente preparadas al norte y noroeste de Mudanjiang.

Enfrente del lago Janka, el 35º Ejército repitió las mismas tácticas de toma de "regiones fortificadas" que otras unidades soviéticas ejecutaron. En efecto, avanzando por terreno pantanoso e inundado, los soldados del 35º Ejército aislaron a las fortalezas japonesas y cruzaron los ríos que se interponían en su camino, intentando no reducir el ritmo de avance. Cuando los japoneses se percataron que era inútil defender su sección de la frontera, se retiraron a Mudanjiang. Después del 13 de agosto, la resistencia japonesa en la zona casi desapareció.

En vista del rápido avance soviético, mayor al planificado, se ordenó al 5º Ejército que adelantara la fecha de todos sus objetivos. Presionado, el comandante de este ejército envió a la 76º Brigada de Carros a la vanguardia, mientras que el resto de las fuerzas le siguieron en una columna. No sería hasta la mañana del 12 de agosto que esta fuerza de vanguardia encontraría fuerte resistencia y se despacharían refuerzos inmediatamente desde la retaguardia, con ataque de artillería previo. Después de abrir una brecha de sólo 4 km en las posiciones niponas, los soviéticos siguieron avanzando, en dirección a Mudanjiang. Dándose cuenta de los planes enemigos, los japoneses se retiraron a la ciudad, donde improvisaron un perímetro defensivo.

En la noche del 13 de agosto, unidades del 5º Ejército alcanzaron las primeras fortificaciones en Mudanjiang. Al día siguiente unidades del 1º Ejército de la Bandera Roja se acercaron desde el norte. La ciudad era clave, ya que era el centro de comunicaciones del este de Manchuria, y era el Cuartel General del 1º Ejército de Área japonés.

La batalla de Mudanjiang duró casi dos días, y el 1º Ejército de la Bandera Roja realizó casi todo el asalto, ya que el 5º Ejército se limitó a operaciones de apoyo. Durante la batalla, varias divisiones de infantería niponas fueron diezmadas a casi una fracción simbólica de sus efectivos. Al finalizar la batalla, el 5º Ejército se dirigió al suroeste, mientras que el 1º Ejército de la Bandera Roja se dirigió a Harbin, al noroeste. El 18 de agosto se anunció la capitulación japonesa, y todas las unidades soviéticas interrumpieron temporalmente sus operaciones, preparadas para recibir la capitulación de cada unidad japonesa. El 20 de agosto, en Harbin, unidades del 1º Frente del Lejano Oriente se encontraron con unidades del 2º Frente del Lejano Oriente.

Mientras tanto, en el sur, el 25º Ejército del 1º Frente del Lejano Oriente marchaba a lo largo de la costa en dirección al norte de Corea, en dirección a Tungning, desde donde cortarían la retirada japonesa. Debido a que los japoneses esperaban el avance enemigo por aquel sector, el 25º Ejército inició su avance casi 24 horas después que el resto de los ejércitos, en un intento de sorprender al enemigo. La oscura noche y la fuerte lluvia relajó a los guardias nipones, y el 10 de agosto, unidades del 25º Ejército entraron a Tungning.



En este punto, el Mariscal Meretskov consideró que a pesar de que todos sus ejércitos habían ganado las batallas fronterizas, el frente del 25º Ejército era el más favorable para una ruptura definitiva del frente. Por lo tanto, Meretskov ordenó a tres Cuerpos, uno de ellos acorazado, que atacase por esa región. Los carros de combate tuvieron que avanzar entonces lentamente, a través de la única carretera local, mientras que cuerpos de zapadores se encontraban en la vanguardia limpiando el camino de minas. No obstante, a pesar de que el cuello de botella que se formó dejó a los soviéticos en una situación precaria, la resistencia nipona no se materializó. Para el 16 de agosto, las ciudades norteñas coreanas de Unggi, Najin y Ch'ŏngjin habían caído ante los soviéticos, y las operaciones en Corea finalizaron.

El 19 de agosto, la capitulación japonesa fue radiada a todas las unidades en Manchuria, y desde ese día, las unidades empezaron a rendirse individualmente. El 20 de agosto, soldados soviéticos aterrizaron en aeropuertos en Harbin y Jilin, para tomar las rendiciones de las guarniciones japonesas apostadas allí. El 25º Ejército continuó entonces su avance por Corea, y a finales de agosto alcanzó el paralelo 38º, que era la frontera acordada por los estadounidenses y los soviéticos para el avance de sus ejércitos en Corea. Las últimas posiciones fuertes japonesas no fueron neutralizadas sino hasta el 25 de agosto, aunque algunas unidades niponas, que habían quedado incomunicadas o habían desobedecido la orden de capitulación, continuaron luchando por unos días más.

La ofensiva del 1º Frente del Lejano Oriente probó ser eficaz, y distrajo a muchas unidades enemigas del sector occidental del Frente de Transbaikal. Los japoneses, carentes de carros de combate y cañones contracarro, no tuvieron oportunidad frente a las unidades acorazadas soviéticas. Los oficiales japoneses confiaban en la dificultad del terreno, que sería aprovechada por la infantería para neutralizar a los carros en misiones casi suicidas; sin embargo, no contaron en la maniobrabilidad soviética, que permitió que los puntos fuertes de la infantería fueran aislados y superados sin mucha dificultad. En efecto, los casos de heroísmo y fanatismo japonés en el este de Manchuria fueron cuantiosos, pero improductivos frente a un enemigo con mayor capacidad móvil.

Noreste de Manchuria

A pesar de que el 2º Frente del Lejano Oriente, al mando de Purkayev, era el contingente más débil de los 3 Frentes soviéticos, y su papel era secundario (retener tropas japonesas en el norte), estaba involucrado una serie de complejas maniobras, y el avance por cientos de kilómetros en un tiempo limitado. A partir del 9 de agosto, el 2º Ejército de la Bandera Roja, junto al 15º Ejército cruzaría el río Amur, entre Leninskoye y Blagoveshchesk. En esta empresa serían apoyados por la flotilla del Amur, que les proveería el transporte fluvial a las tropas. A su vez, el 56º Cuerpo de Fusileros invadiría el sur de Sajalín. Los dos ejércitos soviéticos involucrados en Manchuria actuarían por separado, ya que grandes pantanos los separarían, sin contar a las altitudes menores de las Montañas Khingan.



A la 1 de la madrugada del 9 de agosto, destacamentos de vanguardia y reconocimiento del 15º Ejército cruzaron el Amur y tomaron las principales islas del mismo, sin contar con respaldo de la artillería. Al iniciarse la mañana, ya se habían establecidos cabezas de puente en la ribera sur del río, que fueron consolidadas y extendidas durante el día. La fuerte lluvia convirtió el campo de batalla en un lodazal y complicó la ofensiva soviética. Durante los siguientes dos días, las unidades principales soviéticas cruzarían el Amur lentamente, mientras que al mismo tiempo se terminaba de limpiar el sur del Amur de defensores japoneses. Con todo, la flotilla del río Amur, al entrar en el río Sungai, consiguió abrirse rápidamente camino, lo que facilitó que las tropas de tierra pudieran avanzar en dirección a Harbin y Tsitsihar. Igualmente esta flotilla sería la primera en contactar con tropas pertenecientes al 1º Frente del Lejano Oriente, lo que ocurrió el 21 de agosto. Para entonces el 56º Cuerpo de Fusileros, con infantería naval soviética, procedente de Sovetskaya Gavan, ya había invadido y conquistado el sur de la isla de Sajalín y la mayoría de las islas Kuriles. La situación en otras partes del frente era similar: Harbin y Tsitsihar fueron tomadas y se completó la unificación de frentes.

Conclusiones (Rápido y seguro):

Las tropas soviéticas mantuvieron el ritmo de su avance, combatiendo contra unidades cuyos oficiales se habían suicidado o habían abandonado su puesto dejando atrás a unos soldados desmoralizados que se rindieron “en masse”. Pequeños focos de resistencia resistirían hasta septiembre, pero la campaña estaba completamente finalizada; para el 20 de agosto, Manchuria había caído en manos soviéticas.

Los japoneses aunque temían una ofensiva soviética, no esperaban ni su magnitud ni, sobre todo, su “tempo”, es decir el nuevo planteamiento de las operaciones móviles con armas combinadas: la “blitzkrieg” a la rusa. La operación “Tormenta de Agosto” se preparó minuciosamente, tanto mediante el reconocimiento y recopilación de información, selección de los mejores mandos (desplazando si era preciso a los veteranos), asegurando los suministros a pesar de las escasas comunicaciones, y evitando alertar a los japoneses mediante deliberadas medidas de detección. Lo más importante: al contrario que en anteriores operaciones, se evitó en lo posible la interferencia del mando una vez planificada y lanzada la operación, permitiendo la iniciativa individual y favoreciendo las acciones audaces. Aunque esto llevó a ocasionales errores y confusiones, permitió a los mandos actuar según las cambiantes situaciones tácticas y responder con gran flexibilida😛 era copiar las tácticas alemanas de 1941, pero con los medios de 1945.

Los soviéticos en Manchuria se encontraron fundamentalmente con tres desafios: los requisitos estrictos de tiempo, los obstáculos el terreno y la resistencia japonesa. El ejército soviético hizo frente por sí mismo a los dos primeros desafíos, mientras que las disposiciones y planes japoneses le ayudaron a resolver el tercero. En esencia, los soviéticos terminaron la operación en siete días (antes del 16 de agosto). No obstante, los soviéticos excedieron su calendario por tres semanas, pero sufriendo ligeras bajas y arrollando al Ejército de Kwantung.

¿Por qué la victoria soviética? Hay que reconocer que la victoria final Soviética era inevitable. La preponderancia de las fuerzas soviéticas, el desmoronamiento japonés postura en el Pacífico occidental, la ofensiva devastadora de bombardeos contra Japón (incluida la bomba atómica), y el debilitado estado de Ejército de Kwantung, contribuían a la inevitable derrota para Japón. Por tanto, la pregunta clave en este tema es ¿por qué la victoria soviética llegó tan rápidamente? Principalmente fue consecuencia del:

- Exitoso y audaz plan de operaciones soviético, basado en el máximo secretismo, así como la acumulación de apoyos y suministros, que llegaron a ser casi masivos. También se puso mucho esmero en la cuidadosa selección de los comandantes a todos los niveles (estratégico, operacional y táctico), dotándoles además de una amplia iniciativa y flexibilidad. Aunque se tenía cierta idea del plan de defensa japonés (se preveía un último y nutrido reducto japonés en el sur de Manchuria ) se esperaba una mayor resistencia del ejército japonés, por lo que el ataque se produjo en muchos ejes, incluida Corea. Pero con todo, los comandantes soviéticos quedaron sorprendidos por el alcance y la velocidad de sus propios éxitos.

- Por el contrario, en términos de liderazgo, equipo y mano de obra, el Ejército de Kwantung de 1945 ciertamente no era el mismo ejército de 1941. No obstante, las divisiones japonesas equivalentes a las soviéticas lucharon bien, aunque con problemas de reemplazos. Muchas guarniciones de frontera, en abrumadora desventaja de números, realizaron defensas heroicas y se ganaron el respeto de sus adversarios. De hecho, donde las fuerzas japonesas combatieron bajo un liderazgo competente, hicieron un trabajo creíble y dieron a los soviéticos la oposicición que estos esperaban (por ej. "unidades de la muerte", que se arrojaron con sus cuerpos cargados de explosivos sobre los carros). En realidad, fue el escalón más alto liderazgo del Ejército de Kwantung el que falló, al dirigir dicho ejército con un mediocre desempeño, sobre todo donde el terreno les era muy favorable.



En una operación relámpago, en la que se dejó constancia de las lecciones aprendidas durante 4 años de guerra con Alemania, 83.000 soldados japoneses resultaron muertos y casi 600.000 fueron hechos prisioneros e internados en los gulags soviéticos (muchos de los cuales no volverían jamás a sus hogares). Los soldados soviéticos sólo tuvieron que lamentar 8.219 muertos y 22.264 heridos. La campaña ofensiva estratégica de Manchuria había mostrado no sólo la potencia militar que había acumulado el Ejército Rojo hacia el fin de la guerra, sino también el extraordinario arte militar de los generales soviéticos, ya que se trataba de una victoria impresiónante y conseguida a un coste realmente muy bajo.