Juegos Multijugador, Aficción o Adicción...?

Day 2,827, 11:04 Published in Uruguay Thailand by CarrascoUy


Que jugar es una de las actividades humanas más importantes está
fuera de toda duda. Para los niños, el juego representa un auténtico
proyecto de investigación y, a la vez, una necesidad vital indispensable
para su desarrollo. Cuando los adultos vemos a un niño jugando
pensamos que lo hace porque le gusta y le divierte y que tal actividad
le proporciona placer. Un análisis más detallado nos muestra que,
además del placer, intervienen otros factores. Al lado de la dimensión
gratificante del juego se sitúa la dimensión significante del mismo; es
decir, el desarrollo de aspectos sociales, simbolismos, capacidades intelectuales, comunicativas, emocionales y motrices.
Mediante el juego, el niño establece ciertas relaciones con el mundo que le rodea. El juego es un modo de expresión del niño y, a través del mismo, podemos
acercarnos a su mundo interior. De ahí que todos los psicólogos infantiles
le concedan una importancia fundamental, tanto en el campo del
diagnóstico como en el terapéutico.
Puesto que todos los adultos hemos sido niños, conservamos en cierta
medida la idea de que jugar es una actividad más dentro de nuestro
repertorio conductual. De ahí que abunden los juegos de todo tipo desde
los típicos juegos de mesa, hasta los sofisticados juegos de ordenador o
videoconsola, pasando, cómo no, por los juegos deportivos para distintas
edades. Es más, en la sociedad actual se da una marcada tendencia a
la diversión de tipo infantil a cualquier edad, adultos incluidos.
Hoy a nadie le extraña, por ejemplo, que una empresa organice una serie de
actividades lúdicas, algunas de claro tinte infantiloide como el paintball,
para sus empleados y directivos, con el fin de promover la comunicación,
la cooperación y el rendimiento laboral de los mismos.
Cifras elocuentes son los Juegos Multijugador Online que se van multiplicando año tras año sin parar.
Los sociólogos insisten en que el factor diversión está casi
omnipresente en todas las facetas de la sociedad y el ocio, en que los adultos también necesitan jugar de vez en cuando y en que gracias al juego obtienen enormes dosis de distracción, diversión, emoción e incluso aprendizaje.
El juego en el niño equivale al trabajo en el adulto; en él reafirma su personalidad.
No obstante, el juego de los adultos puede resultar conflictivo. ¿En
qué casos se podría afirmar tal cosa? En principio, y más allá de los criterios
racionales y lógicos en relación con las conductas adictivas, podríamos decir que una actividad de juego se ha convertido en patológica cuando aparecen la dependencia psicológica y comienzan o ya están los efectos perjudiciales percibidos o negados. En este sentido podemos hablar de una auténtica
«adicción conductual», similar a la adicción a ciertas sustancias.
La dependencia psicológica se manifiesta a través del deseo, ansia o
pulsión irresistible (craving); la polarización o focalización atencional;
la modificación del estado de ánimo (sensación creciente de tensión
que precede inmediatamente al inicio del cambio de conducta del
probable dependiente, ya sea, placer o alivio o incluso euforia
mientras se mantiene esa conducta; agitación o irritabilidad si no es
posible satisfacerla), y la pérdida de control e impotencia.
Para considerarlos perjudiciales, los efectos tienen que ser graves y
alterar tanto el ámbito intrapersonal (experimentación subjetiva de
malestar) como el interpersonal (trabajo, estudio, finanzas, ocio, relaciones
sociales, problemas legales, etcétera). Los síntomas deben estar
presentes durante un periodo de tiempo continuado.
Si se aplican estos criterios a la conducta de jugar, cabría suponer que
todo tipo de juego podría llegar a ser adictivo, ya que la patología no
radica tanto en el objeto de la adicción sino en el sujeto que la manifiesta.
En este sentido cualquier juego, desde el más inocente al aparentemente más dañino, podría llegar a constituirse en objeto de adicción para ciertas personas. Sin embargo, existe un tipo de juego que los especialistas reconocen potencialmente muy adictivo:
Los juegos de rol online, llamados Massively Multiplayer Online Role-Playing
Games (MMORPG). Estos juegos son claros exponentes de lo que
puede suceder cuando jugar se convierte en adicción.
En estos casos se pierde la dimensión gratificante antes mencionada,
una dimensión significante que permite observar un malestar psicoló-
gico que es a la vez causa y consecuencia de la adicción.
Tú donde crees que te ubicas? Aficción o Adicción?
Aguardo tu comentario,
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