Uturunco: El Hombre Yaguarete

Day 2,096, 16:47 Published in Argentina Argentina by Gabriel R. Mandarino

En quechua Uturunku, Uturuncu, Inturuncu, Oturunco u Otorongo, significa; yaguar, tigre.

En Argentina también lo llamamos Tigre, Yaguar, Overo, Pintado, Manchado o Sacha Tigre. Las distintas naciones aborígenes lo conocen con otros nombres: Nahuel o Nawell los mapuches; Halsche-huen, Challue o Jalue los tehuelches; Ki-dóc los pilagás; Yahuá o Iahuá los chiriguanos; Tiog los wichí.
En guaraní es el Yaguareté y quiere decir "verdadera fiera". Los Kolla le dicen; "Michilo".



En muchos lugares del continente se lo llama Jaguar, versión europeizada del autóctono nombre Yaguar. A los que son negros se los denomina Yaguareté Hu en guaraní y Onça Preta los brasileros.

En muchos lados, cuando los hombres van al monte, dicen que aparece con solo nombrarlo, por eso evitan hacerlo y lo llaman "el bicho", "el pintado", o simplemente, "Él".

Existe otro nombre el RUNA UTURUNKU (RUNA; hombre), para designar al Hombre Tigre.
Se trata de una leyenda muy difundida en la región tucumanense, referida a la transformación de seres humanos en el Runa Uturunco, con el fin de dañar a sus semejantes o para hacer justicia.

Un hombre, que está dominado por el odio, la angurria, la envidia, el egoísmo, la avaricia, los celos, al convertirse en el Runa Uturunco, sale por las noches a realizar todo tipo de tropelías. A adueñarse de lo ajeno, a emboscar a sus victimas, a violar, a rapiñar, a hacer daño. Solo por el gusto de dañar lo ajeno y disfrutar del dolor de su victima.



Sus acciones son sus garras, con ellas, destroza a la gente, pero lo que más disfruta es de su impu-nidad, porque al otro día, está mezclado entre la gente y sabe que no le pueden decir ni hacer nada, es uno más en el montón.
Disfruta que hablen de el, que le tengan miedo, que su leyenda se extienda, es como que al extenderse sus actos, le preparan el camino, para su próximo ataque.

Pero está el otro, el hombre que solo no puede contra las cosas que le pasan o le hacen, y necesita de una ayuda, por eso busca el cuero del tigre o yaguar; se dice, que al conseguir la piel, debe ser extendida y el hombre debe pensar en su acción o en el uso que le quiere dar a su transformación, luego recostarse sobre el cuero y en la oscuridad se produce la conversión.

En este caso, busca justicia, en su vida ocurrieron muchas cosas, es un hombre que a vivido el dolor desde chico, el hambre, la miseria, el calor, el frío, la humillación de su familia, la violación de sus mujeres; madre, hermanas, esposa, hijas, la discriminación, el odio, la portación de cara, a sufrido por ser “distinto”, de piel oscura, o por ser feo, poco agraciado, por ser bueno, sin maldad.

Sufrió todo tipo de despojo; educación, cultura, derechos, tierra, comer bien, salud, respeto, valoración.
Todo eso origina su resentimiento y no encuentra salida, quiere conocer la justicia, quiere sentirse bien.
Dicen, que el Uturunco deja huellas de cinco dedos y no cuatro como las bestias verdaderas.



En cierta época, se decía muy fuertemente, que es el que se le oponía al Perro Familiar, el buscaba a los dueños de los perros y a sus familias y hacía justicia, muchas de esas familias tradicionales guardan en secreto esas historias, esos hechos, quizás porque si las cuentan ponen en evidencia los pactos con el “demonio”, con el Familiar.

También dan fe de sus actos, aquellos que lo perseguían, los sorprendía, y generalmente producía en ellos, solo heridas, nada más, porque ellos eran como el, cumplían ordenes, a su manera eran hombres humillados.
En esta leyenda se origina el nombre de uno de los primeros grupos guerrilleros que actuaron en Tucumán: Uturuncos.

Pero también hay otras historias, como aquella que dice; que los poderosos empezaron a cazar por mil pretextos a los verdaderos tigres que pueblan el continente, por que se comen sus animales, porque atacan a los hombres, por su piel, para tenerlos en jaulas y hacer plata. Pero en el fondo, buscan la extinción, para que los hombres, cansados de humillaciones y esclavitud, no tengan los cueros suficientes para transformarse. También de paso, destruyen los lugares, la casa, donde anda el tigre, tirando bosques y selvas a lo largo del continente.

Otra historia es sobre los pocos cueros que hay, hay Amautas, (sabios, maestros) que van recorrien-do las poblaciones, las ciudades, buscan a los hombres que quieran ofrecer su vida al servicio de la causa, convirtiéndose en los justicieros.

Por eso, siempre hay hombres y mujeres que lideran miles de causas perdidas y hacen tomar conciencia de la degradación del ambiente, el exterminio de las culturas autóctonas, el cuidado de la dignidad humana, el respeto por los pobres, el acceso a oportunidades. Buscan miles de formas de justicias, muchos de ellos, aparecen el la televisión, se los escucha en las radios, en las manifestaciones, en los diarios, en las villas, en las fabricas, las universidades, las empresas, en las familias, en las iglesias.

Ellos tienen, aunque no se les vea, el cuero sobre su propio cuero de hombres, por eso, muchos los siguen, creen en ellos, los acompañan, porque el que cree, el que es carente de dignidad y libertad, pueden ver más allá de la persona, solo ellos pueden ver al Runa Uturunco.

Y la otra, más urbana, es que todos, somos hombres tigres, ahora presos, enjaulados, solo es cuestión de ir convirtiéndonos en el Uturunco. Esas,son decisiones y elecciones personales.