Join the new world

Se presentaba todo muy negro, o es que quizás estaba la luz apagada. Lo cierto es que no se veía nada. Las líneas de cobre habían sido vilmente desconectadas y no había indicios de quién y por qué habían sido hurtadas. Fantas man lo tenía claro. Si quería que toda la sociedad pudiese calentarse una sopa por la noche, ahora que venía el frío (tipo Frozen Stauros), necesitaría restablecer la corriente eléctrica.
Corrió, cabalgó, esperó en el andén del autobús, volvió a correr otro rato… todo en pos de solucionar los problemas, de “desfacer entuertos” emulando a su idolatrado Quixote de la Mancha. Finalmente llegó a su destino, un edificio oscuro en medio de la nada pero al que siempre recurría cuando sus problemas eran casi irresolubles. La palabra “GESTORÍA” relucía en letras brillantes sobre la placa de metálica encima de la puerta.

- “Buenos días” dijo con voz cansada Fantas man.

Levantó la mirada el joven de la entrada. A Fantas man le gustaron sus ojos marrones intensos y su tez morena. Siempre le gustaron los jovencitos. Con desgana le espetó el joven:

- Ya era hora, paga la factura de una vez.