No abras la puerta - Relato de Terror

Day 2,490, 09:36 Published in Spain Serbia by Cueti Power
Este relato pertenece al jugador j a j para el concurso de Relatos de terror de Hummungus..Le presto mi recién creado periódico, y de paso, sed tan amables de haced los 25 comentarios para la misión...¡Gracias!


Era una tarde tranquila, Jorge, un chico de quince años, iba en el autobús del colegio camino a casa. “Oh, al fin viernes”, pensó. A la mitad del recorrido del autobús sonó el celular de Jorge, era su madre – el padre de Jorge había muerto hace ya cinco años, pero su madre era una mujer bien preparada y tenía un buen puesto de trabajo, era una ejecutiva de una importante empresa, así que nunca habían tenido problemas económicos. – Jorge contestó el teléfono: Hola mamá, ¿Cómo estás? – Bien hijo, gracias. Ha surgido un viaje de último minuto, la persona que debía viajar a Inglaterra se ha enfermado y me han pedido que yo vaya en su reemplazo. Te he dejado el almuerzo dentro del microondas, sé que ya eres un hombrecito y confío en que puedas estar solo el fin de semana. Tú tienes todas las llaves del departamento, así que iré al aeropuerto. Si surge alguna emergencia no dudes en llamarme, tú sabes cocinar, así que no pidas comida rápida solo por pereza. – Está bien, buen viaje mamá, cuídate. – Adiós cielo.

Vivía en un pequeño edificio de tres pisos que había sido comprado su padre; el primero lo habían vendido, el segundo lo estaban alquilando, y él vivía con su madre en el tercero, para llegar hasta ahí debía subir una escalera d caracol.

Cuando llegó a casa subió al departamento y vio en el microondas la comida que le había dejado su madre. Era una deliciosa lasaña, acompañada de arroz con verduras.

Jorge se sentó a comer mientras veía las noticias en el televisor. Vio una que le llamó la atención: Un asesino serial había escapado del manicomio con ayuda de tres personas, de esas tres, dos habían sido capturadas, la otra restante y el asesino habían huido. Esto inquietó un poco a Jorge, pero luego se preguntó a si mismo ¿Cuáles eran las probabilidades de que el asesino volviera a matar y justamente en su domicilio?, la respuesta era muy tranquilizadora.

Después de ducharse y descansar, Jorge se dirigió a si habitación y encendió el computador, jugó eRepublik durante dos horas y luego salió a caminar. Bajó las escaleras cerrando con llave la puerta de su departamento y la de las escaleras.

Jorge estaba tranquilo caminando por el parque, pero sintió que alguien lo observaba, un escalofrío recorrió su espalda, Jorge se volteó, pero no vio nada así que siguió caminando, poco después comenzó a llover, había truenos, pero a Jorge no le importaba, le gustaba la lluvia y el ruido de los truenos lo relajaba. Poco rato después sintió de nuevo que alguien lo miraba, y le empezó a dar frio por el viento, tras voltearse de nuevo y asegurarse que seguía sin seguirle nadie, se dirigió a su departamento.

Cuando llegaba a su casa, vio a la distancia, entre unos botes de basura, unos ojos rojos, y lo que él adivinaba era una sonrisa, esto lo hizo estremecerse. Entró rápidamente y subió las escaleras, cuando iba a la mitad de la escalera, llegando a su departamento, sintió que alguien le respiraba en la nuca, saltó del susto y se volteó violentamente, pero no había nada, bajó hasta el segundo piso y llamó a la puerta. La señora que vivía en el departamento le abrió muy amablemente y sonriendo le preguntó: ¿Todo bien Jorge? – Sí señora Martínez, ¿Y usted? – Muy bien gracias, llegó este paquete para ti.

La señora Martínez le entregó un paquete un poco pequeño, Jorge le agradeció y se despidió. El paquete era el libro de Los juegos del hambre que había pedido hacía una semana. Subió contento, cuando estaba a dos escalones de terminar la escalera, un trueno iluminó el balcón, el cual estaba justo al lado de la puerta de entrada, Jorge vio lo que parecía ser un rostro, con esa mirada macabra que había visto antes de llegar a su casa. Salió al balcón y un poco nervioso lo revisó, pero no había nada, así que entró al departamento. Como estaba todo mojado, cogió ropa limpia y entró al baño a ducharse. Cuando estuvo listo, se preparó un emparedado, se lo comió y se fue a dormir.

A la mitad de la noche Jorge se despertó sobresaltado, no sabía por qué, pero se levantó y se encaminó al baño para mojarse la cara, pero cuando estaba a mitad del pasillo, escuchó unos pasos en las escaleras y una risa débil, se acercó a la puerta, la abrió, se asomó por la baranda, pero no había nadie. Volvió hacia el baño, pero cuando acababa de encender la luz, volvió a escuchar esa risa, Jorge se lavó la cara y se miró al espejo diciendo: “Vamos, necesitas dormir eso es todo”, en ese mismo instante se dio cuenta que tenía unos rasguños en los brazos, no sabía a qué se debían, pero solo quería volver a conciliar el sueño, así que se dirigió a su habitación, y se durmió nuevamente.

A la mañana siguiente, antes de desayunar, Jorge llamó por teléfono a su madre para saber cómo estaba, pero ella no contestó, volvió a llamar, lo hizo tres veces, pero su madre no contestaba. Jorge supuso que debía estar en una reunión de trabajo, así que no insistió y se preparó el desayuno. Luego de lavar todo, encendió el computador y se propuso averiguar por qué se había despertado de esa manera y por qué se vio esos rasguños en los brazos, los cuales, ya no estaban.

Jorge no almorzó, no quería parar hasta haber encontrado todo lo que quería.

Después de investigar, a las siete de la noche, Jorge había anotado lo que encontró mientras investigaba, se puso a repasar y había encontrado que:

El haberse despertado en medio de la noche, según expertos, estaba relacionado con la sensación que uno tiene cuando siente que alguien lo está mirando, “A todos nos ha pasado”, pensó, pero el papel continuaba diciendo que, cuando uno se despierta a mitad de la noche, es porque alguien, o algo te está observando fijamente. Esto puso los pelos de punta a Jorge, porque después de despertarse había escuchado esa risa en las escaleras, pero en ese momento recordó que el edificio, había sido comprado luego que su dueña, una anciana a la que se tomaba por loca, había muerto. Los vecinos contaban que la señora salía a caminar todas las noches, subiendo y bajando las escaleras sin parar, riéndose macabramente. La señora decía que durante todo el día ella hablaba con Dios y con Satanás, quienes le hablaban acerca de su muerte y el tiempo que pasaría hasta que llegara. Cuando murió, la casa pasó a ser propiedad del Estado, ya que la anciana no tenía familia.

Jorge pensó que tal vez el espíritu de la señora había ido a visitar su antigua casa y ver como estaba.

Con respecto a los rasguños, encontró que según los expertos, se debían a que a veces el cuerpo entra en un estado de descanso, con el cuerpo estresado, uno sueña que tiene una pelea con alguien, y el cuerpo inconscientemente se hace daño según piensa que lo recibe en la pelea. Jorge pensó que se debía a que la noche anterior había sentido que alguien lo miraba pero, ¿Por qué le sucedía todo esto en la misma noche?

El texto decía que ducharse antes de dormir servía mucho, así que puse a llenar a bañera mientras preparaba carne para cenar. Cuando la carne estuvo con todos los condimentos listos y la bañera llena, Jorge metió la carne en el horno a fuego lento. Entró en el baño y después de quitarse la ropa, entró en la bañera y se recostó tratando de relajarse.

Se sentía bien, así que probó con meter la cabeza por debajo del agua, pero cuando había abierto los ojos debajo del agua se sobresaltó con un gran susto. Por fuera del agua, veía el rostro de su madre, pero estaba muy pálida, y su mirada era perturbadora. Jorge salió rápidamente del agua, pero el rostro ya no estaba. Pensó que había arruinado todo lo que se había relajado con eso. Salió de la bañera, se secó, se vistió y fue a la cocina a sacar la carne del horno.

La carne se había quemado de una forma particular, lo negro era igual al rostro que había visto la noche anterior. Jorge se abofeteó y se dijo que todo eso no tenía sentido. A él le gustaba mucho el terror, se pasaba un buen tiempo de cada día buscando historias relacionadas a este tema, por lo que no se asustaba con facilidad; pero esto se estaba pasando. Luego de comer, lavó los platos y se fue a su habitación a jugar en el computador, tenía que recuperar el tiempo que no había jugado por investigar, su país lo necesitaba. A pesar de estar solo, cerró la puerta de su habitación.

Cuando eran cerca de las once, Jorge empezó a escuchar pasos, pero no venían de las escaleras, estaban muy cerca, parecían estar avanzando por el pasillo y casi llegando a su puerta, en ese momento le llegó un mensaje privado, Jorge no estaba leyendo sus mensajes, al contrario, estaba en el campo de batalla, la página del navegador se había cambiado sola, cuando sintió que los pasos ya estaban al lado de su puerta se decidió por revisar el mensaje, el Nick del remitente era irreconocible, era una combinación aleatoria de números y letras muy extensa. Dudó en abrir el mensaje, pero con los nervios de punta, al final lo hizo, el mensaje decía:

“No abras la puerta. Pase lo que pase no lo hagas. Ellos harán todo lo que sea posible para tratar que la abras. Pueden hacerse pasar por alguien que conoces, incluso hablarte con la voz de esa persona. Pero no te lo creas, es una trampa. Escucha lo que te digo por favor. Pase lo que pase. ¡NO ABRAS LA PUERTA!”

Esto inquietó mucho más a Jorge de lo que ya estaba, en ese instante escuchó que alguien golpeaba la puerta. No estaba seguro de si el correo era una mera coincidencia. Pero escuchó la voz de su madre por fuera de la habitación, le pedía que le abriera, que había llegado de su viaje antes de tiempo. Pero Jorge estaba inmóvil, no podía acercarse a la puerta, su madre insistía, Jorge miraba el correo con temor, después de unos minutos, la voz de su madre se transformó en un grito de ultra tumba que le gritaba: “!TE HE DICHO QUE ABRAS!” . Jorge se sobresaltó y esta vez con terror, volvió a mirar la pantalla del computador, pero el correo había desaparecido. Jorge pasó toda la noche aterrado sin abrir la puerta, no podía ni siquiera pensar en dormir.

A las seis de la mañana, los golpes en la puerta cesaron. Jorge apagó el computador y esperó sentado quince minutos. Nada sucedía, así que se recostó en su cama y se durmió.

Cuando despertó era la una de la tarde, tenía mucha hambre, pero recordando lo de la noche anterior, se acercó temeroso a la puerta, la abrió y dio un suspiro de alivio cuando vio que al otro lado no había nada. Se preparó un buen almuerzo y lo disfrutó mucho. Estaba agitado, llamó a su mejor amigo y le preguntó si podía ir a su casa a pasar la noche. Su amigo le dijo que no había problema, lo cual alegró mucho a Jorge, acompañado no podía volver a pasarle cosa semejante a lo de la noche anterior.

Antes de ir a la casa de su amigo, Jorge volvió a llamar a su madre, pero ella seguía sin contestar, así que le envió un mensaje de texto pidiéndole que lo llamara apenas lo leyera.

Jorge la pasó muy bien con su amigo, subió de rango, ahora era Dios de la Guerra, aproximadamente a las diez de la mañana regresó a su departamento, agradeciéndole a su amigo y a sus padres por haberlo acogido en su hogar por esa noche.

Cuando estuvo de vuelta en su casa, Jorge buscó a su madre por todos lados, debía haber llegado el domingo en la noche, pero ella no estaba. Jorge ya estaba muy preocupado, así que llamó a la oficina de su madre a preguntar por ella. Le contestó el teléfono una mujer, Paula, su oficina quedaba justo al lado de la de su madre, ambas mujeres se llevaban bien. Jorge le explicó que su madre no había llegado de su viaje, pero la respuesta fue muy desconcertante. Paula le dijo que su madre la llamó a ella luego de haber hablado con él, y le había contado que había recibido un correo electrónico que decía que no abriera la puerta por ningún motivo, y en ese momento se escucharon golpes en la puerta de entrada del departamento, le había dicho que seguramente era una broma de algún joven del vecindario, que ella sabía que no había nada detrás de la puerta. Después de eso, había colgado el teléfono. Paula le había dicho a Jorge que su madre ni siquiera había llegado al aeropuerto para tomar el avión, ella tuvo que ir a Inglaterra. Jorge le contó todo lo que había sucedido mientras su madre no estaba, Paula se desconcertó y le dijo que apenas pudiera iría a verlo a su departamento.

Cuando Paula llegó, Jorge le contó todo nuevamente, pero esta vez más calmado. Llamaron a la policía e iniciaron la búsqueda de la madre de Jorge.

Esa noche, Paula le preguntó a Jorge si quería que ella se quedase a acompañarlo, Jorge le agradeció, pero se negó a que se quede. Paula se despidió se fue.

Jorge se fue a su habitación muy preocupado, no sabía qué hacer, seguro jugar un momento lo tranquilizaría un poco y luego podría dormir. Pero antes de que pudiera abrir el navegador, se abrió la página de eRepublik, tal como aquella noche, otro usuario con un Nick irreconocible le había enviado un mensaje, como Jorge sospechaba, éste decía que no debía abrir la puerta. Jorge se enfureció mucho, corrió hacia la puerta y la abrió gritando: “!DÓNDE ESTÁ MI MADRE!”.

Nunca se supo nada más sobre Jorge o su madre, el computador quedó encendido en la página de eRepublik, con un mensaje que decía: “Les dije que no la abrieran”.