la independencia argentina un poco de historia

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Celebramos el 9 de Julio en Argentina uno de los acontecimientos decisivos de la historia del país: el Día de la Independencia, que fuera declarada el 9 de julio de 1816.

Este día, se produjo la concreción de la afirmación y definición formal de su existencia como Nación latinoamericana; la conclusión de un sentir que se inició en Mayo de 1810 cuando expresamos nuestra intención de transformarnos en una Nación libre constituyendo un gobierno propio, y que fue consolidada con esta Declaración de la Independencia.
Independencia Argentina!
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Varios territorios que habían pertenecido al Virreinato del Río de la Plata no pudieron hacer llegar sus representantes: algunos por haber recaído ante los realistas, otros por estar acometidos por la invasión luso-brasileña. Todas las provincias de la Liga Federal (Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe) intentaron allegar a sus representantes pero estos fueron aprisionados por los agentes del Directorio unitario instalado en Buenos Aires, sólo por su situación estratégica y por la habilidad de sus diplomáticos una sola provincia con gobierno federalista logró hacer llegar sus representantes: Córdoba la cual, aunque no logró hacer triunfar las ideas federales, sí representó el ideario preconizado por José Gervasio Artigas. En cuanto a Paraguay, tal territorio se declaró independiente (tras haber estado confederado) ante las actitudes hipercentralistas del Directorio establecido en la ciudad Buenos Aires, en cuanto a los territorios de la Patagonia, Comahue y el Gran Chaco se encontraban bajo el dominio de los llamados pueblos originarios. El Congreso se inició el 24 de marzo con la presencia de 33 diputados.


Casa de la Independencia Argentina.
Es de notar que, pese a una hegemonía de representantes de las provincias con signo "unitario", el Congreso de San Miguel de Tucumán expresó muchas de las intenciones federales mantenidas por José de San Martín, Manuel Belgrano y Bernardo de Monteagudo, entre otros de sus principales realizadores. La situación de guerra abierta con la monarquía española y la creciente injerencia del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve hizo que, tácticamente, muchos de los que podían tener simpatías por el federalismo, decidieran abroquelarse monolíticamente en una especie de "unitarismo" coyuntural ante los ataques externos.
Por otra parte, el Congreso, en la memorable sesión del 9 de julio de 1816, reivindicó la casi totalidad de lo declarado en el llamado Congreso de Oriente reunido a pedido por José Gervasio Artigas en Arroyo de la China a mediados de 1815. Entre otras cruciales intenciones que se establecieron en el Arroyo de la China, en el Congreso de Tucumán se proclamó la declaración de independencia argentina respecto de España y (tras una semana) de toda otra dominación extranjera.
Según la decisión de los propios delegados, la presidencia del Congreso era rotativa y cambiaba cada mes. Este cuerpo, tenía además, la facultad de intervenir en casi todos los asuntos que se presentaban a su consideración. Esto provocó interminables debates.
La votación finalmente se concretó el 9 de julio. En ese momento presidía el cuerpo, el representante de San Juan, Francisco Narciso de Laprida. Ningún país reconoció, en ese momento, la independencia nacional. Las discusiones posteriores giraron en torno de la forma de gobierno que debía adoptarse para el nuevo Estado.
Las labores del Congreso continuaron en Buenos Aires, donde comenzó a deliberar en 1817, y donde sancionó la Constitución Argentina de 1819. El Congreso fue disuelto en 1820, tras la derrota del Directorio en la batalla de Cepeda, que marcó el inicio de la anarquía del Año XX.

julio

Casa de la independencia Argentina
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Declarada por el Congreso de las Provincias Unidas en Sudamérica.
En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de 1816: terminada la sesión ordinaria, el Congreso de las Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto y sagrado objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España, los representantes sin embargo consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya pueblos representados y posteridad. A su término fueron preguntados ¿Si quieren que las provincias de la Unión fuese una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Aclamaron primeramente llenos de santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su unánime y espontáneo decidido voto por la independencia del país, fixando en su virtud la declaración siguiente:
"Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en congreso general, invocando al Eterno que preside el universo, en nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unánime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que los ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando séptimo, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad bajo el seguro y garantía de sus vidas haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación. Y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración." Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios.
El 19 de julio, en sesión secreta, el diputado Medrano hizo aprobar una modificación a la fórmula del juramento. Donde decía «independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli», se añadió:
"...y toda otra dominación extranjera"

de

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Firmantes de la Declaración de la Independencia

Presidente
Francisco Narciso de Laprida, representante por San Juan

Vicepresidente
Mariano Boedo, representante por Salta

Secretarios
José Mariano Serrano, representante por Charcas
Juan José Paso, representante por Buenos Aires

Diputados

Por Buenos Aires
Dr. Antonio Sáenz
Dr. José Darragueira
Fray Cayetano José Rodríguez
Dr. Pedro Medrano
Dr. Esteban Agustín Gascón
Dr. Tomás Manuel de Anchorena

Por Catamarca
Dr. Manuel Antonio Acevedo
Dr. José Eusebio Colombres

Por Córdoba
Eduardo Pérez Bulnes
José Antonio Cabrera
Lic. Jerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera

Por Jujuy
Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante

Por La Rioja
Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros

Por Mendoza
Tomás Godoy Cruz
Dr. Juan Agustín Maza

Por Salta
Dr. José Ignacio de Gorriti

Por San Juan
Fray Justo Santa María de Oro

Por Santiago del Estero
Pedro Francisco de Uriarte
Pedro León Gallo

Por Tucumán
Dr. Pedro Miguel Aráoz
Dr. José Ignacio Thames

Por Mizque
Pedro Ignacio Rivera

Por Charcas
Dr. Mariano Sánchez de Loria
Dr. José Severo Malabia

Por Chichas
Dr. José Andrés Pacheco de Melo

Estuvieron imposibilitados de presentarse tres diputados:
el coronel José Moldes (Salta), que se encontraba detenido en Salta;
el coronel Juan José Feliciano Fernández Campero (Chichas), que estaba al mando de tropas en el frente de combate;
el presbítero Miguel Calixto del Corro (Córdoba), que estaba realizando una misión diplomática ante José Artigas.

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El 6 de julio de 1826, el presidente Bernardino Rivadavia ordenó que el 9 de Julio se conmemorase juntamente con el 25 de Mayo pues consideraba que la repetición de estas fiestas irroga perjuicios de consideración al comercio e industria.
Pero Juan Manuel de Rosas, durante su segundo gobierno, y a punto de celebrar los 20 años de la declaración de la Independencia, dispuso mediante un decreto promulgado el 11 de junio de 1835, que la celebración del 9 de Julio debía hacerse con los mismos preceptos que el 25 de Mayo.
Se reproducen aquí los artículos primero y segundo del mencionado decreto:
Art. 1º- En lo sucesivo el 9 de Julio será reputado como festivo de ambos preceptos, del mismo modo que el 25 de Mayo; y se celebrará en aquel misa solemne con Te-Deum en acción de gracias al ser Supremo por los favores que nos ha dispensado en el sostén y defensa de nuestra independencia política, en la que fuese posible, el muy Reverendo Obispo Diocesano, pronunciándose un sermón análogo a este memorable día.
Art. 2º- En la víspera y el mismo día 9 de Julio, se iluminará la ciudad, la Casa de Gobierno y demás edificios públicos, haciéndose tres salvas en la Fortaleza y buques del Estado, según costumbre.
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Luego de la Revolución del 25 de mayo de 1810, el camino hacia la independencia nacional estaba trazado: la ruptura de los lazos coloniales con España en 1810 no hicieron más que cristalizar un movimiento liberador que venía buscando, desde 1806, mayor participación política y económica de los criollos.

Este año, la conmemoración de la Independencia se realiza en el gran año del Bicentenario Argentino, en donde se celebran los 200 años de la Revolución de Mayo de 1810, aquella que abrió el camino hacia la emancipación. Es por ello que los festejos prometen ser inolvidables, en Tucumán como sede central.

Las actividades comenzarán el jueves 8, a las 19 horas, con una Velada de Gala, a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional con Miguel Ángel Estrella. En tanto, a la medianoche, sonará el Himno Nacional Argentino ejecutado desde la histórica Casa de Tucumán, que culminará con un show de fuegos artificiales.

El 9 de julio, a las 13 hs., la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, participará de un recorrido por la Casa Histórica de esa provincia.

A las 14 hs., se llevará a cabo el Desfile de la Independencia, sobre la avenida Soldati (Parque 9 de Julio). Será un espectáculo histórico, cultural, de integración y federal.

A las 19 hs., en el escenario de la Plaza Independencia, se efectuará el homenaje a Mercedes Sosa, quien cumpliría 75 años. La anfitriona será Teresa Parodi quien invitará al escenario a reconocidos artistas: Ana Prada, Víctor Heredia, Marcela Morelo, Liliana Herrero, Marian Farías Gómez, Gladys “la bomba tucumana”, Juan Quinteros y Luna Monti, Lucho Hoyos, Coqui Sosa, Chiqui Ledesma, Verónica Condomi y Tania Libertad.

En tanto, a las 22 hs., los argentinos podrán disfrutar de un recital de Charly García.

El 10 de julio, finalizarán los festejos con más espectáculos musicales en el escenario de la Plaza Independencia, con la presencia del Chaqueño Palavecino, Gladys “la bomba tucumana”, Luciano Pereyra, Daniel Argañaraz, Koki y Pajarín Saavedra y Arbolito, además de artistas locales invitados.

A la abultada agenda por los actos centrales del viernes, se suman las actividades previas entre las que figura el Acto Anual de Homenaje a los Próceres de la Independencia, este martes 6 de julio a las 10, a cargo del Consejo de Rectores y la obra “Latidos de libertad”, el jueves 8 a las 23. Además, esa noche, se realizará la ceremonia de relevo de los puestos de guardia de honor del museo e importantes artistas entonarán el Himno Nacional.

Luego de la visita presidencial del mediodía, el museo de la Casa Histórica de Tucumán abrirá nuevamente sus puertas a los visitantes, aproximadamente a las 15. A partir del 10, los horarios se extenderán, todos los días, de 9 a 19. La entrada general tiene un valor de $5, jubilados $2 y niños menores de 12 años ingresan sin cargo. Mientras que el espectáculo de Luz y Sonido, con una entrada general de $10 y de $5 para jubilados y niños, se proyectará todos los días a las 20.

Un atractivo imperdible que se repondrá, a partir del 10, es la obra "La trama secreta del Congreso", una creación colectiva entre el grupo Los Intérpretes y Atilio Gómez. A modo de visita guiada teatralizada, los actores realizarán un recorrido por la historia convirtiendo a los visitantes en activos viajeros en el tiempo. La pieza aborda las costumbres de la época y los distintos problemas y discusiones entre Aráoz, el alcalde de Tucumán, y otros

Cronología del 9 de Julio
En 1810, América del Sur estaba dividida en dos bandos: los revolucionarios y, por otro lado, los leales al Consejo de Regencia, llamados “realistas”. Los revolucionarios buscaban más autonomía dentro del sistema colonial hasta que volviera el rey y muy pocos se inclinaban por la independencia al principio. Por eso las juntas se hicieron en nombre de Fernando VII, el rey preso.

Sin embargo, cuando los revolucionarios intentaron sumar a los realistas a su determinación, comenzaron las guerras entre ambos mandos, cuyo resultado sería la independencia de los dominios coloniales en América. España no intervino porque se encontraba ocupada por los franceses y luchando por su propia independencia. La guerra no tuvo un mando único, cada gobierno americano siguió sus propias decisiones.

En el Río de la Plata, la Banda Oriental –lo que hoy es Uruguay- y el Litoral empezaron a defender su autonomía y a desafiar la postura centralista de Buenos Aires. Es por ello que, en la Asamblea de 1813, otro importante antecedente de la independencia, los representantes orientales no fueron aceptados cuando se convocó a un congreso para organizar al Río de la Plata. En la Asamblea, la mayoría revolucionaria era partidaria de declarar la independencia. Sin embargo, no se animaron a dar ese paso, a causa de los acontecimientos que se daban en Europa.


En efecto, en 1814, el rey Fernando VII fue liberado justo después de que Rusia, Austria, Prusia, Suecia, Portugal, España y Gran Bretaña formaran una gran alianza que derrotó a Napoleón. Así, las monarquías absolutistas resultaron grandes ganadores y declararon que cualquier gobierno surgido de una revolución era ilegítimo.

Sin embargo, ya desde 1813 los revolucionarios estaban bien encaminados: Bolívar reconquistó Caracas e instaló la segunda república venezolana; los revolucionarios del Río de la Plata triunfaron en la batalla de Salta sobre los realistas. Y San Martín ya estaba formando el Ejército de los Andes, con el objetivo de liberar los territorios de Chile y Perú.

Por su parte, el enfrentamiento entre Buenos Aires y los seguidores de Artigas, máximo líder de la Banda Oriental, se agudizó: el Litoral y la Banda Oriental formaron la “Liga de los Pueblos Libres” y se separaron del resto de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Por su parte, Paraguay, que había dejado de ser realista, se desvinculó completamente del resto y se mantuvo aislada.

A fines de 1815, la situación de los revolucionarios era desesperada. Venezuela y Colombia fueron reconquistadas por los realistas. Sólo el Río de la Plata seguía en pie, amenazado desde Chile y el Alto Perú. A nivel internacional, la situación era preocupante: Austria, Rusia y Prusia habían formado la Santa Alianza para defender a los absolutismos y apoyaban a Fernando VII en su búsqueda de recuperar su imperio.

En medio de esa gran emergencia, en 1816 las Provincias Unidas decidieron convocar a un nuevo congreso, que se reunió en Tucumán para decidir qué hacer. Todas las provincias de la Liga de los Pueblos Libres (Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe) no lograron participar del encuentro, ya que sus representantes fueron aprisionados por el Directorio unitario instalado en Buenos Aires. Una sola provincia de ideas federalistas pudo hacer llegar a sus representantes: Córdoba. Los territorios de la Patagonia, Comahue y el Gran Chaco se encontraban bajo el dominio de los llamados pueblos originarios. El Congreso se inició el 24 de marzo de 1816 con la presencia de 33 diputados, en una casa en San Miguel de Tucumán, alquilada a Francisca Bazán de Laguna, hoy Monumento Histórico Nacional.

Cabe destacar que, pese a una hegemonía de representantes de todas las provincias partidarias del centralismo porteño, el Congreso expresó en gran parte intenciones federales mantenidas por José de San Martín, Manuel Belgrano y Bernardo de Monteagudo. Luego de acaloradas discusiones, el Congreso del 9 de julio de 1816 proclamó la declaración de independencia argentina respecto de España y de toda otra dominación extranjera.