Ken Loach: Desafiar el relato de los poderosos

Day 2,557, 05:29 Published in Argentina Argentina by Pablo El Rufian

Una importante cantidad de imágenes e historias de la clase trabajadora tienen su lugar en el cine de la mano del director británico Ken Loach. Desde los años `60 comenzó su intensa producción con programas de TV que abordaron las problemáticas de la vivienda, el desempleo, las crisis de las relaciones personales, la lucha contra las injusticias sociales, las huelgas o la organización de los trabajadores. Hasta la actualidad dirigió casi treinta películas entre las que se encuentran Riff-Raff, Agenda secreta, Tierra y libertad, Pan y Rosas, La canción de Carla, Mi nombre es Joe, El viento que acaricia el prado, entre las más conocidas.

En sus obras se encuentra siempre presente la crítica a la burguesía, sus valores y costumbres; como también el rescate de personajes de las clases populares. Protagonistas sin fama cargados también de contradicciones de vidas comunes, llenas de fracasos y momentos heroicos. Con una solidaridad que emerge de la condición de clase, e identifica a trabajadores cruzando épocas y fronteras nacionales.

En el libro recientemente editado Desafiar el relato de los poderosos (Paidós, 2014), Loach repasa sus principales bases para la realización cinematográfica. Forma y contenido interrelacionados siempre para dar lugar a una producción original que cuestiona el orden existente. A través de una breve introducción plantea cuál es el principal objetivo de su cine "Lo que tratamos de hacer con nuestras películas es plantear dudas, subvertir, trastornar. “Agitar, educar, organizar.” Lo primero es agitar. Sí, eso es lo que tratamos de hacer: desafiar el status quo, el relato de los poderosos…"

Para lograr esta idea desarrolla, en diversos artículos, la forma en que los elementos del lenguaje cinematográfico deben ser abordados. La importancia de construir personajes contradictorios y a través de las películas poder descubrir la impredecible forma en que las personas se comportan entre sí. Abordar a estos protagonistas desde una perspectiva humana "el lente debe ser como el ojo humano ...no te comprometes con las personas en un gran primer plano, sino, como mínimo, con cabeza y hombros…"

A contramano de todas las recetas de la industria, Loach desarrolla su método de trabajo "escena por escena", en orden cronológico "para que los actores vivan el personaje". Los actores no conocen el guión completo previamente al rodaje para que no tengan juicios prematuros ni pierdan espontaneidad. También se busca la similitud social real "actuar una clase social diferente es muy difícil."

Sobre el desarrollo de la historia el director rescata la idea de microcosmos "pienso que funcionan mejor cuando parecen historias comparativamente pequeñas pero tienen grandes implicaciones". Porque más allá de las particularidades específicas cada historia estará cruzada por un marco general que las trasciende "La sociedad aún se basa en el conflicto, una clase contra la otra. Los que están en el poder no desean que las personas luchen contra su enemigo real, la clase capitalista...Su sociedad se basa en los conflictos, en la división, en la explotación…"

En cuanto al montaje se plantea una resistencia a las renovaciones tecnológicas "Todavía editamos sobre la cinta de película…Editar digitalmente es muy difícil de comprender para el director que se sienta junto al editor...si se corta la cinta es muy simple ver qué está pasando…". Esta elección le generó muchas complicaciones en la finalización de su último film Jimmy´s Hall ya que la cinta para empalmar el material fílmico no se fabrica más y el equipo de Loach tuvo serias complicaciones para terminar el montaje. A pesar de los obstáculos la idea del montaje tiene para él un rol central en el proceso creativo "Editar es como la música. Cortas cuando tu ojo te ordena cortar."

A partir de la experiencia de años de trabajo en la BBC, plantea una perspectiva muy crítica de los medios audiovisuales en manos del estado capitalista. "Este medio tiene un potencial enorme, pero lo que está en televisión es muy limitado... Todo requiere ajustarse al mercado…y es difícil resistírsele en forma individual. Modificar esto forma parte de un cambio político mucho más grande.""Es una institución del estado, y la ideología del estado prevalecerá…hasta que no haya una sociedad democrática y socialista, nada va a cambiar...pero éstas son exigencias revolucionarias. El estado en su situación actual jamás atenderá estos reclamos."

Sus propias vivencias durante la época de Thatcher refuerzan estas afirmaciones. En medio de los duros ataques a la clase obrera desarrolló una producción documental para la televisión que tomó como eje estas problemáticas "Hicimos documentales, como cuestionaban a la dirigencia sindical al final no los pasaron, por presión de estos mismos líderes sindicales. Se perdieron y nunca más se supo de ellos...No hay ejemplo más brutal de censura política. Bien brutal."

Otro eje que recorre la producción de Ken Loach es la denuncia de la dominación de Inglaterra sobre Irlanda. El libro repasa los problemas de censura y críticas devastadoras de los medios a partir de este posicionamiento. "La maldad de los ataques es fuera de lo común. Lo que no soportan es que alguien desafíe el relato de la historia británico-irlandesa…Que Gran Bretaña colonizó Irlanda durante ochocientos años y aplicó una violencia terrible sobre los irlandeses es inaceptable. Una negación de su historia."

El impacto social y político de las películas es otro de los temas que toma el libro. Un ejemplo que destaca es el debate a partir del estreno de Tierra y libertad, "El libro de Orwell y el film que hicimos no encajan con los socialdemócratas, que atacaron a la izquierda revolucionaria, y por cierto no encaja con los estalinistas, porque también atacaron a la izquierda y asesinaron a sus líderes….De modo que los comunistas que quedaban odiaron la película."

Para finalizar el libro Loach plantea una serie de reflexiones sobre problemas políticos de actualidad "Aquí en Inglaterra la gente dice que las ideologías han muerto. Pero estamos en garras de una: el capitalismo rampante. Fracasa en todos los frentes pero los que tienen el poder no dejan alternativas, motivo por el cual es absolutamente necesario un movimiento revolucionario. Nunca fue más necesario."

Y el cine tiene también un lugar en la construcción del futuro "Una nueva generación ha comenzado a hacer películas políticas. La aplanadora de las compañías multinacionales lo aplasta todo. Los filmes pueden ser detonadores, pero es preciso que nosotros, el pueblo, hagamos de ellos un fuego y lo mantengamos vivo. Es la única salida."