Join the new world

Día 1235 del nuevo mundo

Esta noche es más fría que la demás, más larga y más oscura. Si quedasen campanas, llorarían. Esta noche, Brasil toma Aquitania.

Después de una semana de cruentos combates, tan sólo unos pocos jugadores resisten los embates del rival, sus tanques ya se han puesto cómodos, como en casa y los helicópteros sobrevuelan las pocas cabezas desesperadas que aún se menean, lamentándose.

A las ruinas de lo que en su día fue el Pont d’Aquitaine, en el barrio de Lormont, se acerca, furtiva y derrotada, una sombra que ya no es sino un fantasma. Es Gauss.

El otrora presidente de España, miembro de esa antigua casta de capitanes que no abandonan el barco, se jugará, sin cartas, el último all-in: un ataque desesperado al puerto de carga tomado por los brasileños hace dos días, nada queda por perder, nada por ganar, si acaso, tiempo.

Calienta, junto a un muro la última ración de comida y cierra los ojos sin dormir, escuchando el crepitar de la hoguera.

De pronto, su instinto oye un ruido y le obliga a abrir los ojos, en un instante, piensa, da la vuelta al bloque, esperando que el intruso se acerque a la hoguera, así es, se acerca despacio, lento como un lunes hasta que identifica el uniforme, es español. La prudencia le hace preguntar:
- ¿Quien va?

Que perra y que justa es la vida, que irónica y que puta: es Lleiko

- ¡!Tú!! Que haces aquí??? Pacifista de los cojones???
- Lo mismo que tú, luchar por mi pais
- A buenas horas¡¡¡
- Cuando ha tocado…
- ¿Vienes solo?
-Sí, ¿y tú?
No hizo falta contestar
- ¿Ves a donde nos trajo tu política?
- ¿Ahora me vienes con esas, payaso?
-¡La madre que te…
Antes de acabar la frase sus Glock reglamentarias ya se estaban presentando. Hasta la hoguera calló. Que triste. ¡!!Que resumen de la historia¡¡¡ eso reflejaba todo, tan ocupados en tirarse mierda uno a otro que el enemigo se encontró el trabajo hecho. Esa era la historia de nuestro pais. Pero ahora ya es tarde. Muy tarde.
Phoenix se había hecho muy fuerte. Francia y Alemania, como hermanos, nos habían hecho retroceder hasta la cocina. Polonia, ocupada en frenar el empuje ruso no podía hacer nada y Asturias y Madrid estaban inmersas en la guerra con Portugal. Hoy les tocaba zamparse el postre: Aquitania. Yo nací allí, para mí, siempre había sido española.

Sonrieron, poco, como el que escucha un mal chiste y bajaron las armas.

LLeiko encendió un cigarro, le dio dos caladas y se lo pasó a Gauss:
- ¿Qué piensas hacer?
- Llevar los explosivos que me quedan hasta el muelle de carga y hacerlos detonar.
- Eso es un suicidio, lo sabes, ¿verdad?
-Sí.
- Ok. Yo te abriré paso, al M16 le quedan 4 cargadores.
- Vas…. Vas a venir conmigo? , intentó no balbucear Gauss.

Lleiko no dijo nada, apago la hoguera, tiró al río la mochila con la radio (ya de nada serviría) y se plantó frente a su eterno rival, fusil en ristre, con una sonrisa de despedida. El primer rayo de luz fue testigo del apretón de manos, mudo, seco, sincero… y español.

Y se pusieron en marcha, sin hablar, sin resentimientos, sin reproches,
con un orgullo que acaso no sabrán manejar…