Sueño. Primera parte (por ataskado2)

Day 1,396, 13:03 Published in Spain Spain by Mojo Jojo23
El autor de este texto es mi compañero de milicia ataskado2, quien me ha pedido que se lo publique al no tener él un periódico. Trata sobre un sueño numerológico centrado en el 3572. Lleva un tiempo escrito, es anterior a ese donate con la misma cifra, un donate que nada tiene que ver con nosotros.

Sueño (por ataskado2)

Desde pequeño me han fascinado los números; cuando pequeño era por indescifrables circunstancias el número 1048 el que me obsesionaba. Nunca he creído en la numerología, para efectos prácticos todos me pueden considerar ateo y escéptico de todo cuanto no sea probado científicamente, en incluso dudo de mucho de lo que la ciencia dice.

En cualquier caso, los n;umeros son fascinantes, y me han fascinado hoy hasta niveles que mi infantil 1048 no podría haber imaginado, hoy soy, como algunos saben, un recién licenciado matemático.

Los números ocupan un espacio extraño en mi cabeza, las regularidades y faltas de regularidad en el mundo ocupan mi cabeza por varios días, y por varias noches. Quisiera contarles un poco de esto último.

Hace unas semanas, inspirado sin duda por los textos de un personaje con nombre de villano de las Chicas Super Poderosas; entró a mi mente el número 3572; y no solo de forma consciente sino en sueños; quisiera hacer un breve relato de lo que me fue revelando en aquel sueño.

Caminaba por la arena de una playa, con una túnica de color claro, sin que mis pasos dejaran huella. Me dirigía hacia una cabaña – creo - que estaba muy cerca de la orilla del mar, que miraba hacia el centro. Era temprano en la mañana, no había perros ni bañistas; comerciantes ni salvavidas. Cuando me quedaba aun un trecho por caminar antes de llegar a mi destino encontré tres objetos en la arena, un trozo de madera con números tallados y dos monedas fracturadas por la mitad.

Las monedas tenían las mitades fracturadas encajadas, por un lado se veía claramente un cefalópodo de 8 brazos, mientras por el otro una forma extraña con dos semicircunferencias una sobre la otra, junto a una forma indescifrable. Las traté de acomodar sobre la madera; pero resvalaron y cayeron nuevamente a la arena. Las piezas se separaron y al tratar de acomodarlas nuevamente me di cuenta de que las piezas que parecían de la misma moneda no eran tales; que en dos de los cuatro trozos había un número tres, que ambos pares de circunferencias encajaban y en numero tres no era menos que la mitad del número 8.

Junté las otras dos mitades, y logré entender que lo que antes parecían formas indescifrables no eran mas que los símbolos de los antiguos para las operaciones aritméticas básicas; al girar las monedas ya no eran pulpos los dorsos, sino más símbolos. Mi mente turbada no sabía que hacer; así que recordé que ante la duda hay que lanzar las monedas, asi que dejé la madera sobre la arena y lancé de a una al aire ambas monedas. Atrapé la primera entre mis manos y en ella había un kraken sobre una caravela. La segunda moneda se me resvaló entre los dedos y cayó sobre la madera; tenía de cara al sol el símbolo de los antiguos para la suma, y había caído entre el 3 y el 5; Entendí entonces que si la suma de tres y cinco son ocho; 35 no es mas que una forma de representar los tentáculos del pulpo; que eran tres brazos los que cubrían la calavera y 5 los que la sostenían desde abajo.

Supe de inmediato que si seguía lanzando las monedas me iban a ser reveladas las verdades sobre el 3572 que me habían estado inquietando. Lancé las monedas juntas al aire, pero al levantarse en el aire eras mas livianas que antes, y se alzaron varios metros sobre mi cabeza; levanté mi vista pero el sol con sus ocho rayos me cegó y las perdí de vista, Esperé varios minutos mirando al mar por si las monedas caían, entendí que había sido muy pretensioso de creer entender los designios de Paul, tomé el trozo de madera; lo guardé bajo la túnica y marqué con unas piedras el sitio del hallazgo, y seguí mi camino hacia la cabaña, marcando mis pisadas sobre la arena, bordeando el agua de mar que iba y venía; sin volver la vista atrás.




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