Sabiduría para todos: 3ª Parte.

Day 1,883, 11:33 Published in Venezuela Venezuela by Ministerio de Ocio y Cultura




Venezuela, Venezuelan Capital
Dia 1883 del Nuevo Mundo.



Seguimos esta semana con las publicaciones correspondientes.

Esperamos que las disfruten...



¡¡¡A petición del público!!!

Jacinto Convit



Un médico venezolano cuyo trabajo ha marcado un hito importante dentro de los estudios epidemiológicos, al desarrollar una vacuna para la cura de una de las enfermedades más terribles en la historia de la humanidad, la lepra. Este notable aporte a la ciencia médica, le valió ser postulado en 1988 para el Premio Nobel de Medicina.

Nació el 11 de septiembre de 1913. Fueron sus padres Francisco Convit y Martí (inmigrante catalán) y Flora García Marrero, venezolana, quienes aparte de Jacinto, tuvieron cuatro hijos más, Miguel Ángel, Reinaldo, René y Rafael. Puede decirse que la familia Convit García fue por mucho tiempo una familia “pudiente”, hasta que circunstancias extrañas al hogar, precipitaron una crisis económica que coincidió con los años en que Jacinto debía comenzar sus estudios universitarios.

Su educación secundaria la realizó en el liceo Andrés Bello (Caracas) bajo la dirección de dos insignes maestros: Rómulo Gallegos y Pedro Arnal. En 1937 conoció a quien sería su esposa, Rafaela Martota (enfermera), contrayendo nupcias con ella el 1° de febrero de 1947, siendo padre de cuatro hijos: Francisco (194😎, Oscar (1949), Antonio y Rafael (1952), quienes son gemelos.

El 19 de septiembre de 1932 ingresa a la escuela de medicina de la Universidad Central de Venezuela. En septiembre de 1937 recibe el título de Bachiller en Filosofía, optando enseguida por el título de Doctor en Ciencias Médicas, presentando la tesis “Fracturas de la Columna Vertebral” en 1938. Finalmente, Convit se graduó de doctor en Ciencias Médicas el 27 de septiembre de 1938. El 25 de junio de 1940 se inscribió en el Libro de Inscripción de los Médicos Residentes en el departamento Libertador del Distrito Federal como especializado en medicina interna-enfermedades de la piel. El desempeño sanitario-epidemiológico de Convit se inicia en 1937 cuando siendo estudiante de medicina es invitado por Martín Vegas (profesor de dermatología en la Facultad de Medicina) y Carlos Gil Yépez a asistir a la leprosería de Cabo Blanco (departamento Vargas, Distrito Federal).

Inmediatamente después de graduado, es designado médico residente de esa leprosería. Entre 1940 y 1943, paralelamente a su cargo en la leprosería, trabaja como director ad honorem de la Cruz Roja (seccional La Guaira), lo que le permite tener una vivencia más amplia de la clínica médica. Durante este mismo período, asiste también a la consulta de enfermedades de la piel del Dispensario Central, perteneciente a la escuela de Venereología, ubicado de Conde a Piñango (Caracas). En síntesis, a partir de 1937 es imposible separar la vida de Jacinto Convit de la lucha contra la lepra en Venezuela. Hasta 1942 esa lucha consistió solamente en el aislamiento y tratamiento de los enfermos en “leprocomios” que dependían de la Dirección de Asistencia Social del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS). En 1945, Convit es enviado por el Ministerio de Sanidad al Brasil, para observar los servicios antileprosos de ese país, en el cual la lepra es aún un grave problema sanitario. Allí encontró 35.000 enfermos de lepra, hospitalizados en grandes sanatorios, los cuales presentaban múltiples problemas. A su regreso, es nombrado médico director de las leproserías nacionales, cargo que desempeñó hasta 1946. Asimismo, de enero a julio de 1946, Convit es designado médico director de los Servicios Antileprosos Nacionales, y desde julio de 1946 médico jefe de la División de Lepra; correspondiéndole por tanto organizar toda la red nacional de lucha contra la lepra.

En abril de 1961, Convit recibió la Orden del Libertador en el grado de Comendador y en agosto la Medalla Cultura Gaspar Vianna, conferida por el Ministerio de Salud del Brasil. Cabe destacar que durante estos años, Convit invirtió un gran esfuerzo en la búsqueda de un modelo experimental para la cura de la lepra. Para ello inoculó mamíferos, reptiles y hasta peces bajo muy diversas condiciones. En 1989 Convit anunció que había encontrado que armadillos traídos de la zona cercana a la represa del Hurí (Edo. Bolívar) eran sumamente susceptibles a contraer el bacilo de la lepra (M. Leprae), causante del contagio de la enfermedad; a diferencia de los armadillos de otras regiones. A partir del estudio con estos animales, Convit y su grupo de investigadores desarrollaron una vacuna que podía ayudar a las personas enfermas con lepra. Posteriormente, Convit declaró que era viable la utilización del modelo de vacuna contra la lepra, para curar la Leishmaniasis. Resultando con el tiempo un completo éxito en la cura de dicha enfermedad. Como reconocimiento a su labor en la búsqueda de vacunas para la cura de la lepra y la leishmaniasis, Convit fue postulado en 1988 al Premio Nobel de Medicina. Pese a presentar trastornos de salud a partir de 1996, los cuales le obligaron a alejarse un poco de los laboratorios clínicos, Jacinto Convit sigue activo y preocupado por el destino de Venezuela.





Siguiendo con nuestra línea editorial de mejoramiento del hablar y de la escritura, continuamos con las palabras mal escritas o mal pronunciadas por los venezolanos.

A continuación les presentamos una lista de palabras que muchos de nosotros debemos corregir:

Ha habido / han habido

Cuando el verbo haber se emplea para denotar la mera presencia o existencia de personas o cosas, funciona como impersonal y, por lo tanto, se usa solamente en tercera persona del singular.

En estos casos, el elemento nominal que acompaña al verbo no es el sujeto (los verbos impersonales carecen de sujeto), sino el complemento directo. En consecuencia, es erróneo poner el verbo en plural cuando el elemento nominal se refiere a varias personas o cosas, ya que la concordancia del verbo la determina el sujeto, nunca el complemento directo.

Así, son INCORRECTAS oraciones como
•Habían muchas personas en la sala.
•Han habido algunas quejas.
•Hubieron problemas para entrar al concierto.

La forma CORRECTA es:
•Había muchas personas en la sala.
•Ha habido algunas quejas.
•Hubo problemas para entrar al concierto.

Se ha vuelto una costumbre colocar acentos a las palabras donde no van, por ejemplo:

Diabetes: Esta palabra es grave, aunque comúnmente la pronunciamos como esdrújula. Su forma correcta de pronunciar es diabetes (dándole más fuerza de voz en la silaba “be”, sin acentuarla).

Intervalo: Comúnmente la pronunciamos dándole mas fuerza a la silaba “ter”. Esta palabra es grave, la sílaba tónica es "va", no lleva acento porque termina en vocal.

¿¿Cual es la diferencia entre “Vinimos o Venimos”??
Ejemplo 1: Venimos a comer: Tiempo presente.
Ejemplo 2: Vinimos a comer: Es tiempo pasado.



Nos fiamos más de las personas con ojos marrones.



¿Por qué algunas personas, incluso sin conocerlas, nos inspiran más confianza que otras?

Esta es la pregunta que un equipo de investigadores de la Universidad Charles de Praga ha intentado resolver. Los resultados del análisis muestran que el color de los ojos y la forma de la cara son importantes en nuestra percepción.

Los científicos reclutaron a más de 200 participantes a los que les mostraron retratos de 80 hombres y mujeres europeos. Los voluntarios debían asignar a cada retrato una puntuación del 1 al 10 según el grado de confianza que les inspiraba. Los resultados, que se publican en la revista Plos One, revelaron que, tanto para hombres como para mujeres, los ojos marrones inspiran más confianza que los azules. Además, los hombres con caras redondas y barbilla y boca grande también eran una fuente de confiabilidad. Por otro lado, en general los rostros de mujeres transmitían más confianza a los participantes.

Los investigadores encontraron también que, por lo general, las personas de ojos oscuros tienen el rostro más ancho, y sugieren que sea precisamente la forma de la cara el rasgo que determina la confianza transmitida por alguien. Otros estudios han observado que los rostros redondeados, con cejas más juntas y ojos grandes, parecidos a los de un bebé, inspiran más confianza que las caras angulosas de ojos pequeños.

El siguiente paso será repetir la investigación con otros grupos étnicos para ver si esta es una tendencia universal o varía en función de la raza o región de procedencia.



¿Fumar daña el cerebro?



Según revela un estudio europeo publicado en la revista Biological Psychiatry, las personas fumadoras sufren un adelgazamiento de la corteza orbitofrontal. En concreto, los experimentos demuestran que cuanto más cigarros fuma al día una persona y más tiempo lleva siendo fumadora, más fina es su corteza cerebral en esta región. El adelgazamiento de la corteza del cerebro ha sido relacionado con el envejecimiento y la reducción de la inteligencia.

Además, según concluye Simone Kühn, investigadora de la Facultad de Medicina "Charite" de la Universidad de Humboldt (Alemania) y coautora del estudio, dado que la corteza orbitofrontal ha sido relacionada con el control de impulsos, la recompensa, y la toma de decisiones, su adelgazamiento puede aumentar el riesgo de adicciones. En consecuencia, fumar tendría un efecto acumulativo sobre el cerebro que hace que para los fumadores crónicos resulte cada vez más difícil abandonar el hábito.



Esto es todo por hoy. Esperemos que les haya gustado nuestra presentación.

Estaremos atentos a sus sugerencias e inquietudes.

Atentamente

Ministra de Ocio y Cultura.-