Revelaciones eDivinas

Day 1,025, 20:21 Published in Spain Spain by Vokchan

El otro día, después de regar las diversas y diferentes plantas del jardín del chalet Q5, donde evivo de alquiler, me quedé sentado en una de las tumbonas del patio trasero junto a la piscina. Estuve un rato allí, quieto, en silencio, mirando aquel lujoso chalet que durante tanto tiempo he llamado ehogar y que en muy pocos días tendré que abandonar.
El dueño me pide un aumento excesivo del alquiler que no estoy dispuesto a pagar.



Mientras el tímido sol de finales de verano se iba ocultando tras la casa estuve recordando anécdotas y vivencias ocurridas en aquel lugar. La mayoría de los recuerdos eran buenos y agradables. Como siempre pasa, los malos recuerdos van desapareciendo mas rápido de la memoria que los buenos, salvo aquellos lo suficientemente malos que duran un poco más para que no volvamos a recaer en los errores que nos llevaron a esos malos momentos…

Bueno, el caso es que me quedé placidamente dormido y aunque yo no suelo recordar los sueños que tengo,,, (¿será por el humo con el que voluntariamente me intoxico?) pero el de aquella noche lo recuerdo a la perfección. Puede que sea porque más que un sueño me pareció una Revelación eDivina…



El primer onírico recuerdo que tengo es el de verme a mi, desnudo y en posición fetal sobre un inmenso campo de perfecto césped. De repente y no se como ni de donde, apareció una figura femenina con una manta que me arropó y se marcho dándome un beso en la frente. No se quien era, no pude ver su cara. Apareció de espaldas y se marcho sin darse la vuelta, sin mirar hacia atrás. Caminaba hacia el fondo, donde las nubes eran cientos de Burbujas flotando en un cielo de color transparente y reflectivo.
De repente una brisa de aire tomo un poco más de fuerza y eso originó la explosión de algunas burbujas. Esas explosiones dieron paso a una reacción en cadena que terminó por explotarlas todas. De cada burbuja surgió una gota inundando toda la superficie dejándola a ella aislada en un pequeño pedazo de suelo seco...



Fue entonces cuando un escalofrío me despertó, posiblemente causado por un repentino e inoportuno viento. De manera inconsciente estiré mi cuerpo para activar el mecanismo de la tumbona que reclina el respaldo para pasar a una posición más vertical y me acurruque totalmente abandonado al sueño.



De vuelta en aquel mundo de fantasía todo había cambiado. Ya no me veía a mi. La escena era totalmente diferente.
Era una vista aérea del mapa del eMundo, pero los epaises solo estaban representados en dos colores, Blanco y Negro y el mar era de un color verdusco como si del agua de un río se tratara.
No puede distinguir el criterio de la asignación de los colores a los epaises pues cuando estaba empezando a buscar oí el aleteo de un par de Chocobos. En ellos venían montas las eDiosas Nagato Yuki y Mikuru Asahina.

- ¿Aún no lo ves? – Dijo Nagato
- N,,, no… -Respondió susurrando Mikuruu. – Noto que hay cambios, que hay algo diferente, algo que no ha estado nunca,,, pero no consigo ver donde esta… -
- Mira, – dijo la diosa del espacio y la sabiduría sin despegar la mirada de un atlas eUiversal. - es allí. - Señalando con su imdice derecho hacia donde yo solo distinguía agua.
Acto seguido la bella diosa descendió sobre su chocobo para poder observar mejor la zona que su compañera le estaba indicando y fue como si el mapa se fuera acercando hacia mi.

De repente, mientras la vista del mapa se hacía más precisa, comencé a distinguir una pequeña zona que resaltaba sobre el agua. Parecía lucir parpadeante en un color que no llegué a distinguir entre un morado muy tenue o un lila intenso…

- ¡Ya lo veo! – Gritó Mikuruu, al tiempo que detenía su descenso y con el la aproximación del mapa hacia mi perdiendo la referencia y la ubicación de aquel punto parpadeante.
- ¿La has perdido? – Preguntó Nagato, pero esta vez no hablaba a su compañera, sino a mi.
Instintivamente volví a mirar al mapa volviendo a fracasar en la búsqueda. Después oí como la otra eDiosa me murmuraba algo:
- Esta hay, encuéntrala.
Y dicho esto sentí como si cayera lanzado desde un avión sin paracaídas y sin posibilidad de salvación. A los pocos segundos ya había recorrido la suficiente distancia como para percibir perfectamente la “zona resaltada” que no resulto ser otra cosa que un montón de burbujas flotando sobre el mar reflejando la luz del Sol. Sin remedio y sin explicación fui a caer sobre aquella isla de burbujas que desapareció en una inmensa explosión con mi estrepitosa llegada.


El resultado de esa caída en el mundo de los sueños se tradujo en una caída a menor escala en el emundo cuando por un sobresalto involuntario me caí de la tumbona al suelo. Agradecí en ese momento el haber cuidado tan bien del césped durante todo el verano porque amortiguo toda mi caída.
Sin dolor físico pero con algo de frío, pues ya no quedaba ningún rastro del Sol y el césped estaba húmedo, decidí entrar en la casa y hacerme algo ligero para cenar e intentar buscarle sentido a aquel extraño sueño.

Ya en la cocina me prepare unos pocos sándwiches de atún con mahonesa y lechuga que devore en muy poco tiempo. Acto seguido me recosté en el sillón y como quien no quiere la cosa termine tumbado profundamente dormido.
Soñando de nuevo…