Relato: Un jugador de eR

Day 2,850, 20:15 Published in Spain Colombia by Disonancia Ludonarrativa

Click... Click... Click...

El proceso era repetitivo a más no poder, y cada click parecía más inutil que el anterior. "¿De verdad les gusta esta mierda a todos estos?" pensó. Si, se dedicaba a la guerra a matar pixels, pero unos simples clicks y una animación paupérrima no le animaban en absoluto. Preferia ser llamado niño-rata en un famoso fps. "Pero nosotros tenemos tanques" le dijo el juego. 'Si cambiar un sprite de un soldado por otro de un tanque que hace lo mismo que el primero es tener tanques... 11/10 IGN" fue la contestación del jugador.

Y aún así, continuó destrozando su ratón.

Click... Click... Click...

"En fin, si no puedo ser el héroe en esta guerra, vamos a forrarnos y ser más ricos que la señora Botín". Pero mayúscula fue su tremenda sorpresa que, para ser rico en este juego, o tenía pasta para montar su imperioso holding de empresas o lo conseguía de otras maneras. "Ya sabes, siempre puedes recurrir a la VISA para financiar tus empresas" le dijo el juego. "¿Poner dinero REAL en este juego? Antes prefiero comprar vidas del juego favorito de Celia Villalobos... Ahora sí que se que este juego no vale nada" le contestó el jugador.

Y aún así, continuó destrozando su ratón.

Click... Click... Click...

"Seamos político pues. Congresista podría estar bien..." Querido lector, ¿Recuerda la sorpresa de nuestro protagonista al querer ser un empresario rico? Pues esta fue aún mayor que la anterior, pues el pobre se enteró al salir electo que no tenía ni recompensa ni poder alguno. "Bienvenido a la Dictadura, esa que cuesta mucho dinero... Si quieres mandar, gástalo" le dijo el juego. "Ahora que soy político, no mando nada... ¿Tengo que montarme un chiringuito propio para poder mandar algo o qué?" pensó el jugador, "Ahora sí que si que dejo el juego..."

Y aún así, continuó destrozando su ratón.

Click... Click... Click...

Al poco, descubrió la prensa. Era lo unico que le quedaba: No necesitaba tener ni fuerza ni tanques, el dinero no era necesario en grandes cantidades para poder escribir y además tenía pleno poder para decidir sobre si quería escribir una cosa u otra bien distinta. "Que más puedo pedir de esto!" Penso nuestro querido jugador.

Empezó a escribir tonterias pidiendo 25 comentarios y cosas asi, a causa de las misiones del juego. Pero, poco a poco se animo a escribir más y más, hablaba de las guerras de su país, de lo dificil que era avanzar sin pasar por caja, de lo malvado e inculto que era el dictador de su país vecino... Incluso llegó a crear su propio con varios colaboradores. "¿Ya no dices nada, querido juego? ¡Acabo de triunfar en el módulo periodístico! Estas muy callado..."

"Disculpa" le contestó, "¿a qué módulo te refieres? Yo es que eso de la prensa me preocupa menos que el llenarte la pantalla con ofertas de packs..."

En ese momento, el jugador, abrumado por la respuesta impasiva del propio juego, cerró su sesión y no volvió a entrar nunca más a tal mierda de juego.

Su ratón dejó de sufrir tanto desgaste por clicks idiotas.




La pasta de los endorses irá destinada a barcos y señoras que reparten amor a cambio de una suma variable de dinero según servicio pactado. O al Ministerio de Cultura, lo que pille más cerca...