Reflexion de lo que hacemos y como lo hacemos

Day 2,323, 20:38 Published in Colombia Mexico by Tarik Nassar


la comunicación jibarizada es mucho más que los 140 caracteres de twitter. En Japón triunfan las colecciones de libros elaborados a partir de los SMS que envían jóvenes. Programaciones de microteatro, basado en representaciones de 15 minutos; libros de micropoemas y concursos de microrrelatos están a la orden del día. La Red forma parte de este universo. Y no es baladí. Las consecuencias de este modelo virtual se hacen sentir en las estructuras cognitivas y en los modos de percibir la realidad. “Muchos psicólogos y pedagogos aseguran que Internet fomenta el pensamiento somero, apresurado y superficial; aunque se pretenda que en la Red caben todos los textos, ello no significa que se lean de manera completa”. Otro efecto de Internet, la dispersión de las ideas; actualmente ocurre con la información algo similar a lo que sucede con el buffet libre en las comidas, “más que un plato elaborado, se prefiere el picoteo. Y, en consecuencia, hay una mala adaptación a los argumentos largos y a los matices. En pocas palabras, se prefiere surfear en la información a sumergirse en argumentos elaborados”.



Tampoco resulta fácil en la actualidad una lenta digestión de las noticias. Se impone el ritmo trepidante. recuerden las palabras de una viñeta de “El Roto”: “Gracias a las nuevas tecnologías me informo al segundo y me olvido al instante”. Uno de los mejores ejemplos de este frenesí comunicativo lo constituyen los informativos de televisión. Entre las bombas en Afganistán, los goles de Messi y las piernas de Madonna, “no puede haber profundidad ni pensamiento completo”. Podría considerarse la ambición por dar noticias nuevas como algo inherente al periodismo. Pero lo que existe hoy, es “una obsesión enfermiza por la inmediatez; lo que acaba de ocurrir se afirma siempre que es urgente; no hay tiempo para plantearse la trascendencia de los hechos ni para contrastarlos”. Por lo demás, se picotea en las noticias como abejas que van de flor en flor. Comunicación incesante, consumo masivo de noticias. Mientras el espectador visiona el informativo de un Canal 24 horas, aparece un cintillo en la parte inferior de la imagen con SMS, anuncios o más noticias. Pero la cosa va más allá: Un joven puede escribir un comentario en Facebook, un mensaje en su celular o un Watsap casi al mismo tiempo. Aunque, no sepan leer media hora seguida; tenemos gran dificultad para concentrarnos y sumergirnos en hábitos de lectura profunda. Las nuevas tecnologías fomentan otro mito: el de la ubicuidad. La fascinación por hallarse en muchos lugares al mismo tiempo. “Los medios conectan en directo con Afganistán y a continuación con Israel, donde está de gira Obama, pero sin que se expliquen las raíces ni la complejidad del conflicto”.



Aunque algunos apologistas se ufanen de vivir en la sociedad del conocimiento, en la que muchos ciudadanos tienen la posibilidad de vivir 24 horas conectados y consumiendo noticias, tanta información nos inunda, asfixia y aplasta; además, los medios tampoco la jerarquizan, ordenan ni seleccionan. La edición de un fin de semana del New York Times contiene más información que la que un ciudadano medio podía llegar a tener a lo largo de toda su vida en la Inglaterra del siglo XVII. “Todo el mundo tiene interés en vender algo: gobierno, partidos, sindicatos, empresarios, compañías, científico. Todo el mundo emite su comunicado jibarizado y ello hace que la información finalmente elaborada por el redactor sea de lo más sencilla y simple. En el modelo vigente, además, imperan las fuentes institucionales (los gabinetes de imagen y comunicación), con efectos letales para el periodismo. El oficio ya no consiste, como decía Orwell, en contar cosas que alguien pretende ocultar.



¿Internet ha sentado las bases de un acceso generalizado a la cultura? Más bien ocurre lo contrario, han servido para que el ingeniero escriba sin acentos pero no para que el panadero lea a Kant. Pero, sobre todo, hay una cuestión de principios: “Las tragedias como el hambre, la guerra o los recortes suceden en el mundo real, no en el virtual”. Lo mismo ocurre con las luchas sociales, pensamos que nos movilizamos y combatimos porque participamos en las campañas en la Red. Pero esto resulta una ilusión. Las luchas se dan en las calles y plazas, con los compañeros con los que estamos, no con quienes virtualmente nos encontramos. Algo parecido afirma Isaac Rosa en el artículo “Soy minero”, publicado en julio de 2012 (eldiario.es): “Mientras nosotros escribimos posts y tuits de denuncia contra los recortes (yo el primero), ellos se encierran en los pozos, paralizan el tráfico, levantan en pie de guerra comarcas enteras, y finalmente echan a andar por la carretera”.Ahora bien, criticar el modelo actual de comunicación jibarizada no implica, abogar por el ludismo ni reivindicar la destrucción de la tecnología. Pese a todas las críticas que puedan formularse al paradigma dominante, “hemos de luchar en todos los ámbitos, es decir, no hay que dejar ningún campo expedito al enemigo”. La crítica a las nuevas tecnologías implica, a juicio del escritor, el manejo de las mismas en términos adecuados. Por ejemplo, twittear el título de libros pero siempre que resulten de interés y se hayan leído antes; o documentales de más de 20 segundos (ironiza) o utilizar facebook para convocar reuniones, “siempre que luego asistamos a las mismas”.
En la actual vorágine comunicativa, el tiempo adquiere asimismo otra dimensión. Según Guy Debord, ocupamos primero nuestro tiempo de trabajo y luego hacemos lo mismo con el de ocio. Por eso en “La comunicación jibarizada” se hace también una especie de “elogio del aburrimiento”. Las mejores ideas surgen muchas veces cuando uno escapa de la actividad febril. “Cervantes y Gramsci escribieron sus mejores obras encerrados en la cárcel”.



Les presento esta sinopsis de Pascual Serrano presenta “La Comunicación jibarizada” como para que nos preguntemos de que lado estamos. !!!!!

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