PREMONICIONES

Day 2,479, 10:54 Published in Peru Serbia by Carlos Cornejo Rosello

Tan solo fue un sueño, me digo interiormente. Me levanto iracundo, corroído por la ira que me llena el no saber cómo terminaba esa historia que se venía desarrollando en mi inconsciente. Y lo que aumentaba la ira eran los gritos de mi madre al despertarme.
Me levanto con desdén, casi sonámbulo. Me pongo a pensar en el final que yo le puedo poner al sueño. Estoy reunido con bastantes conocidos, es un velorio y no logro ver quien es la persona que se encuentra en el ataúd, solo sé que el ambiente es tenso, como en cualquier velorio, y nadie me dirigía la palabra.
-Levántate, haragán, ve a buscar trabajo o lárgate de esta casa- Es el grito que me despierta de este sopor matutino.
-Eso hago todos los días, muchas ganas de quedarme a vivir acá, no tengo- respondo.
Mi madre, con cierta cautela decide no responder para no hacer más tenso el ambiente, prefiere terminar de hacer los quehaceres de la casa. Prepara un desayuno que, espero, alcance para mí. Me meto a la ducha presuroso para no oír si se animaba a lanzarme alguna otra queja.
Me devano los sesos tratando de saber quién era la persona que yacía en aquel ataúd, la situación no me causaría tanta intriga si no fuera porque vi que había demasiada gente conocida en mi sueño, y asumí que era alguien a quien yo debía conocer bastante. Si era alguien conocido debía llamarlo para asegurarme que este bien o desear que se cuide. No creo que los sueños se hagan realidad pero advertir a alguien por un poco más de cautela, nunca está de más.
Salgo a la calle, la luz del sol me parece chocante. Vivo en un departamento en el que solo se ve un haz de luz filtrado por una ventana. Trato de organizar mi jornada. Primero ir a desayunar, no alcanzo el desayuno para mí. Iré a una entrevista de trabajo a las 11:00 am y luego a repartir mi curriculum por algunas empresas conocidas.
Camino sin percatarme de nada, completamente distraído y preocupado por el sueño que me aqueja desde la mañana. Se me vienen a la cabeza algunos nuevos detalles. Estaba mi madre llorando, mis hermanos la flanqueaban cuidando que se caiga al piso ante un eventual desmayo. Fue entonces cuando caí en cuenta de quién era la persona que reposaba en el ataúd. Mi padre.
Llamo a mi papa y no contesta el celular, me empiezo a inquietar en demasía. Decido ir a casa y pedir perdón a mi madre por mi comportamiento de la mañana, siento que algo malo iba a ocurrir, me apresuro.
No distingo gente en la calle, corro sin mirar a ningún otro lado. Gran imprudencia. Omito ver un auto que venía a toda velocidad en una avenida poco circulada, el impacto me da de lleno en la parte izquierda del cuerpo.
Algunos dicen que una persona antes de morir recuerda toda su vida en cuestión de segundos, este no es mi caso, yo veo el futuro, el final del sueño se me viene y la realidad de los hechos me hacen caer en cuenta en lo errado que estaba antes, no era mi padre el del ataúd… era yo.