Por nuestras raíces

Day 1,655, 05:40 Published in Spain Bulgaria by ElMenda17



Día 1655 del Nuevo Mundo.

Ha pasado más de una semana de mi última anotación en este diario, y muchas cosas han pasado en muy poco tiempo.

Después de ese pequeñito altercado en Norte y una gran victoria de la DA y de España las cosas se torcieron… Un nuevo enemigo se unió a la fiesta. China ha ido comiendo territorios españoles por el sur de España y Portugal, aprovechándose del ataque chino y gracias a sus amigos grandullones de su pandilla, han recuperado sus territorios iniciales y ha comenzado una invasión por el oeste de España. Y no suficiente con esto, nuestro gobierno se desmorona dejando una España desorganizada, cada uno luchando por su lado…

Todos los periódicos del país hablan de trameos en los altos cargos del país, es el tema que esta de moda ahora… En uno de estos periódicos vi un artículo que decía que en el sur del territorio valenciano, los chinos estaban destrozándolo todo… ¡El sur del territorio valenciano! No podía ser lo que leía… el pueblo de mi infancia destrozado por chinos, mi familia en manos de estas sucias ratas amarillas…


Prensa española...

En seguida hable con Sengatus y le comente todo lo que había leído… y nos pusimos en marcha. No había tiempo para esperar a los demás, les deje una carta a cada uno citándolos en una casa de las afueras de nuestro pueblo que teníamos de pequeños y que esperaba que hasta allí no hubieran llegado los chinos…

El camino hasta allí fue duro, por un camino viejo y destrozado. Íbamos en un autobús camuflados entre las familias que viajaban hacia Alicante. Allí las cosas no estaban tan mal como decían en aquel articulo, pero conforme íbamos bajando nos dimos cuenta que era incluso peor de cómo lo pintaban… Unos kilómetros mas abajo tuvimos que bajar y continuar a pie, hasta llegar como a una barricada donde los chinos habían montado una gran vigilancia y no dejaban pasar a nadie.



Vigilancia china pasando el rato

No sabíamos que hacer para poder llegar a nuestro destino, en ese mismo instante vimos un camión parado en la entrada. Vimos bajar de este a un chino que parecía que estaba identificándose para entrar, ese era nuestro momento, corrimos hasta la parte de atrás del camión y nos colamos dentro. El camión estaba lleno de armas y piezas de bazocas.

Tuvimos suerte de que el camión fuera a nuestro pueblo, bueno si podía aun llamarse pueblo… Estaba todo destrozado, todo, esa plaza en la que jugábamos inocentes de pequeños, esa tienda de helados que visitamos todas las tardes de verano, ese instituto que tanto había llegado a odiar en mi época de estudiante…

En una parada que hizo el camión, cogimos todas las armas que pudimos y salimos de este. Fuimos directos a la casa donde esperaríamos a los demás. La casa estaba un poco destrozada pero aun se sostenía en pie. Allí pasamos la noche.


Casa de nuestra infancia

A primera hora de la mañana llegaron todos. Nausias e Ismalote habían llegado en un pequeño barco y nos dijeron que la habían dejado en un embarcadero abandonado. Eso nos iba a servir bastante aunque no sabíamos la gente que tenían los chinos encerrada… Planear como sacar de allí a nuestros vecinos de antaño nos llevo todo el dia, como conseguir vehículos, armas y la manera de entrar en el cuartelillo que habían levantado en el puerto del pueblo.

A la mañana siguiente con todo organizado, mientras Torreviejaman e Ismalote llamaban la atención de los chinos en la entrada, disparando con los bazocas que les robamos hace tres días a los chinos en el camion, Sengatus y yo nos colamos por unos pasadizos que daban al puerto, lo cuales habíamos recorrido tantas y tantas veces cuando éramos unos chavalines. No había mucha vigilancia ya que habían salido todos al escuchar los disparos de Ismalote y Torreviejaman. Nos deshicimos de un par de ellos y sacamos a toda esa gente de allí, habría unas treinta personas. Los dirigimos hacia el muelle donde nos esperaban Hispanhoa y Nausias cada uno en un barco, allí nos montamos todos y salimos hacia el faro donde nos esperarían los dos que faltaban.

Al llegar al faro subieron a bordo, pero cuando disponíamos a irnos apareció un helicóptero de los chinos disparando ráfagas contra nosotros, solo nos quedaba un proyectil para el bazoca, si fallábamos podría ser que toda esta maniobra no hubiese servido para nada, solo para mandarnos directos a la tumba. Sengatus cogió el bazoca convencido y en sus ojos se podía apreciar un odio inmenso hacia aquellas sucias ratas que no solo habían destrozado la parte sur de España sino también nuestro pueblo natal.
Cuando disparo, fueron los diez segundos más largos de mi vida. Ví como se acercaba lentamente el misil hacia el helicóptero hasta alcanzarlo dejando una gran explosión detrás nuestra mientras nos dirigíamos a la costa catalana.


Bye bye chineses