Noticias desde la Provincia de La Britania

Day 2,789, 11:15 • Published in Argentina Argentina • by Dr Cornelius Fernandez
Londres, día 2789. Reporta nuestro corresponsal en La Britania.

Han pasado 17 largos días desde que las fuerzas armadas eArgentinas sofocaron los últimos bastiones de la resistencia británica en las frías islas. Y lo que en un principio fuera temor entre el pueblo inglés, se convirtió pronto en regocijo. Las ruinas han sido limpiadas y los edificios reconstruidos en tiempo récord, fiel a la usanza sudamericana y para gran sorpresa de los impuntuales e inconstantes europeos. Y hoy reina la alegría.



La prohibición del dañino brebaje que los nativos llamaban "te" o "tea", en la antigua lengua local, fue recibida con odio. Hoy, ya no es necesaria. Los locales se han adaptado ya a beber el mate como corresponde y el asunto ha quedado olvidado.

Los castigos corporales a todo aquel que pronunciara la palabra "Falklands" en público ya casi no se ven. Hoy, nuestros compatriotas ingleses asimilados no sólo dicen Malvinas, sino que han adoptado el castellano como lengua propia.

El pueblo británico se encuentra alegremente sometido, entregado y arrodillado ante la salvadora nación eArgentina que los liberó de sus ataduras y los trajo a la luz del verdadero dios Roto.



Es por esto que la milicia argentina acantonada en las islas ha recibido con regocijo la noticia de que se otorgará una región para que la La Britania pueda tener su congreso propio y sancionar su constitución provincial.
Y si bien no faltan quienes dudan de la lealtad de los ingleses a la Nación argenta, está claro para este humilde cronista que el gesto responde a la madurez de los ciudadanos de la Pequeña Britania, que han trabajado duro en pos de convertirse en argentinos de ley y abandonar su vida de paganismo.



Y es sabido por todos, desde los civiles de Manchestevez hasta los aguerridos milicianos que hacen guardia en Puerto Messi (antes llamada algo así como "London" en la antigua lengua indígena), que si fallara la prudencia de nuestros nuevos compatriotas, siempre estará la persuasión de los cañones argentinos para traerlos de nuevo al rebaño.

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