La Pascana de Yggdrasil

Day 1,597, 18:05 Published in Bolivia Bolivia by Pura Fruta

Endho Miniades, tras heredar algún dinero de su recién fallecido tutor, pudo realizar, con la herencia, su deseo de construír y administrar una elegante posada cerca al puerto más famoso de Similmundo.

Y dada su ubicación, esta posada tendría muchas historias para contar. La ciudad Portuaria Yggdrasil, al estar al límite de Tonductú, donde tiene frontera con el Reino del Alba, era un eje estratégico para todo tipo de actividad. El puerto de Yggdrasil cargaba con la peor reputación de entre los puertos de Similmundo por el otro nombre con que era conocido: "El puerto de los Naufragios". Y es que justamente los números estadísticos no jugaban a su favor. Ya fuera que los navíos lo tuvieran por punto de salida o de destino, uno a otro iban sumándole naufragios a su insuperable record por asociación.

En una tarde extraña de llovizna y neblina, a aquella recepción con aspecto de taberna que tenía la antecámara junto al comedor del atrio interno de la posada de Miniades ingresó un hombre vistiendo de legionario y portando la marca de los Invulnerables, del Reino del Alba.

"¿A quién tengo el gusto de registrar?" - pregunto Miniades. Aquel sujeto le respondió: "A un fantasma." La expresión siguiente en el rostro de Miniades manifestó intriga, y es que al haber sido colaborador de un historiador que tenía gusto por las leyendas, palabras como esas siempre suscitarían intriga en él.

-"Imagino que hasta los fantasmas tienen nombres." - dijo Miniades.
-"El mío es un nombre que la gente debe haber escuchado hasta el cansancio." - contestó aquel sujeto, y añadió: "Sobre todo, sin duda también alguien como usted, señor Miniades."
- Con la piel erizada, Miniades replicó: "¿De dónde me conoce?"
- El legionario se sonrió y dijo: "Es más lo que las almas en pena hablan de los vivos que lo que ustedes los vivos hablan de los muertos".
- Con el corazón agitado y sin pensar, Miniades, con animo exaltado preguntó: "¿Conoció usted a mis padres?"

- Al oír eso el sujeto cambió el semblante y con mucha seriedad dijo: "Por hoy basta que sepa mi nombre, ya habrá tiempo para otras respuestas"
- "Diga su nombre entonces." - dijo Miniades con el ánimo algo turbado.
- "Mi nombre es de Laufey, Váli de Laufey. Y no espero de usted escepticismo por oír tal nombre."
- Miniades se turbó con mucha ansiedad ante tales palabras, pero guardando compostura dijo: "Bien Milord, acompáñeme para encontrar su agrado y comodidad en lo que esta posada puede ofrecerle."
- El fantasma con aparente fatiga concluyó la interacción diciendo: - "Solo deme la pieza 17, que veo la llave disponible, yo sabré encontrarla. Sepa también que estoy acá para dar encuentro a una dama, aunque ella aún no lo sabe. Cualquiera que viniese hágamelo usted saber. Hasta entonces nada por favor, y tenga usted buenas tardes."