Feliz Día San Valentín

Day 2,644, 07:16 Published in Spain Spain by corchuela


Ya ha pasado el día de los tontolavas. ¡!Qué horror ¡!,menos mal. Eso si, el que este año no haya mojado que vaya pensando pasar por el bisturí de físico o de cerebro, pues un año donde se juntan Día de los tontolavas, Carnavales y el estreno de 50 chorros de grey, muy difícil hay que tenerlo para no echar un casquete.



Pero hoy me voy a centrar en ese día tan bonito, donde sobre todo los hombrespenes regalan desinteresadamente, y donde el Corte Inglés se descojona de cuanto retardatión tiene la sociedad. Si amigos, el día de San Valentín (los seguidores del coletas que no se me enfaden), el día de cupido, el día de los enamorados.

Cupido y sus flechas del amor… ains que emoción, tirando sus flechitas llenas de amor a niñas guapas, que rebotan en la entrepierna del hombre. Dichosos aquellos que la flechita les llegó al corazón, y a los que no les llegó, espero que se tomaran un par de whiskys y se convirtieran en Legolas, cazando orcos.
Los más pudientes, los que no están tiesos, los de la cartera gorda que no le cabe en el bolsillo, regalan ese día una fiesta con su respectiva noche de hotel, ramo de rosas, anillo, lencería y osito “i love you”. Joder!!, más barato sale irse de pilinguis.

¿Y en los adolescentes nadie piensa?, con la caja de gomitas ya se les va el presupuesto.



Pero vayamos a los regalos, que esa es otra; un día de estrés, ¿y todo por qué?, porque no escuchamos a las mujeres. Ya no te digo de entenderlas, que no se entienden ni ellas mimas ¿pero escucharlas?, un poquito de por favor. Te pones a pensar “¿ella quería el PC fútbol 4?”, “¿quería la película garganta profunda?”, “¿unas entradas para el Eche-Cordoba?”, total, que al final, para que no se enfaden terminas regalándole lo típico guiados siempre por el gran consejo del CorteInglés.



El primer regalo típico, el number one, es el ramo de Rosas. Vas de camino a la floristería, pensando las 12 rojas que le vas a regalar, ¿y por qué 12?, ni idea, es como cuando compras los huevos, una medida estandarizada. Pues eso, que vas pensando en las 12 rosas, en lo guapa que es, la sonrisa que va a poner, como la vas a poner mirando a Trebujena… y entras en la floristería, cuando te dice el dependiente “5€ por rosa”, ¡¡¿QUEEE? ¿5€ por rosa?!!, pues nada deme un par, total, lo que cuenta es la intención. Hay quién después del shock , opta por regalarle una 12 de claveles del gitano de turno, que trae del cementerio, ¿Qué no hay más romántico que regalarle una 12 de claveles de la tumba de tu abuela?; que por cierto, el gitano también ha subido el precio, por eso de la “oferjta y dermanda, payo”.



Ahora toca ponerle la tarjetita y empiezas a escribir “Cariño mío, este año ha sido el mejor del mundo mundial, tu me has dado lo que nadie más me dio…. (y ahora es cuando te vienes arriba), como besas, como te mueves, como jadeas, ninguna otra lo hace como tú”. El florista, que de eso sabe mucho, mira la tarjeta y dice “no se yo si esta es muy romántica…”, y te enseña unas prefabricadas , que terminas por escoger, no vaya a ser que se te joda el polvete… ¡¡Feliz año!!.

Otros optan por regalarle lencería, pero eh, que quede claro que es por ella. Ese día las tiendas de lencería están llenas de tíos, donde te sientes más perdido que un mariquita en una rebaja de bragas. Por fin ves la ideal, donde la Pedroche sale con un camisón transparente, y debajo se le ven unos enormes senos, tapaditos por un triquini negro, que solo dejan ver ese precioso ombligo… sisi, este es. Y llega la noche de autos, donde si no apaga la luz ella “porque le da vergüenza”, deja que te deleites con el modelito (pero vuelvo a repetir que se lo has comprado porque ella es lo que quería), y vaya, piensas que está defectuoso, que alguna costura no está bien, pues en la fotografía quedaba puesto de otra manera, y mi novia tiene la misma figura que la Pedroche… finalmente, ahora eres tú el que opta por apagar la luz.


“Le queda igualito igualito que a tu novia”

Los hay que son más de ositos; de esos ositos que ponen “Kiss me” o “i love you”, y yo que pensaba que el lenguaje del amor era el francés, pero resulta que los anglosajones también se llevan la palma aquí. Esos pobres ositos, que acabarán en esa estantería de su cuarto, que tantas veces has visto repletas de ositos, pero que nunca te has preguntado “¿por qué tantos ositos?”, pues no es porque ella sea una infantil o porque le gusten lo osos (¿o no ves que están llenos de polvo y mierda?), sino porque el de la izquierda se lo regaló Antonio, el de más abajo José, el de arriba pepito…. Y el tuyo acabará en esa estantería de trofeos que ella tiene. Ella se ha ido más de safari que el Rey Juan Carlos, pero ha sido más discreta; tu y tu osito, sois uno más, y no los últimos.

Los que más arte tienen, los duendes del amor, optan por una cenita romántica, de esas que el cubierto sale por 60 eurazos, pero ¿para que está el dinero si no es para comprar amor?. Los dos muy guapos, sentados bajo la luz de las velas, empiezan a llegar los platos: de entrada “ensalada exótica frutal”, que están compuesta ni más ni menos, que los ingredientes especiales de Lechuga, huevo, tomate y atún; de segundo, “la pasta del amor”, unos espaguetis con tomate en forma de corazón (ni atún ni chorizo ni nada); de segundo “la tentación de la carne”, un trocito de carne de ternera para que los enamorados no se indigesten…. Y el postre, ay el postre, la tragedia del postre; te ofrecen “la tarta San Valentín” ó “La trufa del enamorado”, y ella dice que no va a pedir, donde tú le insistes que si, que está incluído (¿no se da cuenta que si ella no se lo come, me lo como yo?) , pero ella dice que no porque “La tarta de San Valentín” tiene nata y ella es alérgica (mierda, ya no podré usar el bote de nata esta noche), y el de “La trufa del enamorado” lleva chocolate y se va a empachar; total, que llega tu deseado postre, y ella te dice “¿puedo cogerte un poquito?”, tú en un acto generoso le dices que sí, y al final se come medio postre tuyo, cayendo en la cuenta de no haber perdido medio de ese sabroso pastel, sino uno y medio porque a ella no le salió del potorro pedir el suyo (pero mejor no enfadarse, es el día de los enamorados).

Lo mejor es durante la cena, tus ganas de bostezar pero que aguantas, y ella te dice “¿tiene picante la comida?, te veo rojo y lágrimas saltadas”… no hija mía, es que me aburres, me importa una mierda que la carne esté pasada o cruda, que a la comida le falte sal, que el vestido de la de enfrente lo viste rebajado el otro día, que estás pensando en irte de Erasmus para chingarte a todo dios, que el de la mesa de al lado es un exnovio… pero al final optas por decirle “no cariño, es que me he mordido la lengua”. Es el momento de deleitarla con la poesía que llevas tres días aprendiendo, de esas que nadie sabe; se suele cometer un fail, pero que más da, t u te lanzas y ya está “¿Y tu me preguntas que es poesía?, poesía son tus tetas”.

Por fin llegan las ansiadas copas. Te la vendieron como barra libre, pero en verdad son dos copas y las demás a 7€; habrá que hacer otro esfuerzo, pero por si acaso me llevo dos horas hablando de fútbol y tías con un desconocido, no vaya a ser que a esta le dé por beber como una vikinga. De vez en cuando te acercas a ella para bailar un rato, donde demuestras tus dotes seductoras con el baile del gorila, mientras le miras el culo a otras.

La noche ha sido perfecta: una cena de 10€ te la han cobrado a 80€, te han metido garrafón del quince en una barra libre que no era tal, ella sube a la habitación con cara de pocos amigos porque además de no echarle ni cuentas, te están ayudando a subir dos camareros por la tranca que llevas… al entrar en la habitación caes encima de la cama, donde aplastas las rosas que le regalaste, ella se va al cuarto de baño para ponerse el picardías que le has comprado 6 tallas más pequeño, y cuando sale te ve dormido roncando como tal lechuza, que ella opta por agarrarse al osito pensando que esta quizás no haya sido su mejor presa.


“Mejor regalo para el Calor en la habitación”

Muchos se preguntarán ¿y el anillo?; no señores, ese es un topicazo, los hombres huyen de los anillos, dan urticaria, significan compromiso… quita, apártate de mí Satanás, yo solo quería un polvete. Además que sale realmente caro; ¿este cuánto cuesta?, 150€, ¿y este? 200€… cuando has preguntado 10 veces te dice el dependiente “¿vamos a ver chico, cuánto tienes?”, a lo que respondes “15 euros” y sacando pecho “pero puedo llegar a 20 euros”, momento en el cual el dependiente te lleva a la trastienda, y detrás de unas cortinas te enseña el género de 15€ o 20€; tú eliges rápidamente uno, sin saber el tamaño del dedo ni nada, total, hay que salir corriendo, porque si el dependiente te ha llevado a la trastienda con ese secretismo está claro que estos anillos son robados de 1000€ , y a mí, que me ha visto especial, me lo está ofreciendo.

Joder, al salir corriendo el dependiente ni me lo ha envuelto ni me ha dado una cajita molona, por lo que optas por quitarle a tu madre una de esas cajas vacías que tiene, y no te das cuenta que pone “ Avd. del Infantado 54, Sahara (colonia española)”; caja que pertenece a tu madre, pero que antes perteneció a la madre de tu madre, y antes a la madre, de la madre, de tu madre. Toda una reliquia, que acabará como aro de sarcillo en la oreja de tu novia.

¿Y en eR, como se celebra el día de San Valentín?, este año Plató no ha querido regalarnos unas de sus misiones, total, nadie las echaba cuenta. ¿Pero y los jugadores?, ah, eso es otra cosa, los jugadores son más imaginativos, más detallistas, pues unos regalan 1000q1 de pan, otros 2 golds, etc… y el que tiene el Nick “linda20”, más conocido como Manolo en su casa, muy agraciado, le manda una foto de chica, para ver si ese tierno encanto le manda más golds. Los que esa noche no han tenido la suerte de la flecha de cupido, o la de Legolas, que menos que tengan las flechas de Plató ¿no?.



Queridos lectores, piensen antes que quieren hacer esa noche y acierten, porque si no, se verán acostados en el sofá de tres piezas con el ordenador, la play, coca-colas, pizza, tv, y sin que nadie les diga que apague la luz porque quiere dormir…. Yo desde hace años, he optado definitivamente, por dormir en el sofá, con todo el dolor de San Valentín.