EN eR NO CABE EL IMPERIALISMO (coolpics incorporated).

Day 923, 11:51 Published in Spain Spain by Elder Lagafash
Buenas tardes queridos lectores, de un tiempo a esta parte hemos podido volver a observar en eR el auge de ciertas ideologías que, si bien son perfectamente respetables, no son las únicas posibles en el juego, como muchas veces quieren hacernos creer aquellos que las defienden a capa y espada. Más allá de que se defienda una u otra ideología, lo que me parece más curioso de este fenómeno es la clara voluntad que tienen ciertas epersonas de que sus ideas se acepten como las únicas posibles en e eRepublik.

En este sentido es frecuente ver en la prensa de nuestros días afirmaciones tales como: “en eRepublik no cabe el antiimperialismo”. Y en artículos más antiguos: “un hospital q5 en eCataluña no sirve para nada”. Afirmaciones como éstas, independientemente de que sean falsas o verdaderas, están impregnadas de ese espíritu totalitarista del que hablaba antes, y que tan nocivo me parece para eRepublik. A lo largo de la historia de la humanidad hemos visto cómo los fanáticos, los acólitos, y en general toda persona fuertemente apegada a las tradiciones, aceptaban todas las ideas que les venían de arriba sin cuestionarlas; mientras que las personas que las discutían eran consideradas antisociales, brujas, herejes, rebeldes… Hasta que en la Era Moderna, estas formas de pensar se fueron moderando paulatinamente, se reconoció el derecho de las personas a pensar y vivir por y para sí (lo que se llama Humanismo), y los humanos empezamos a ver síntomas de lo que dimos en llamar Progreso, considerado éste en su dimensión política, social, económica, científico-tecnológica, e incluso religiosa (válgame dios).



Pues bien, yo digo que estamos viviendo en el eMedievo. Si eRepublik gozó alguna vez de tiempos mejores en este sentido, los tiempos de los debates políticos y de la versión Beta que tanto nos recuerdan algunos de nuestros más destacados, ilustres y antiguos congéneres; yo digo que esa época de esplendor ya está pasada, y que tras ese período de innovación, ilusión y de fe en un futuro mejor (llamémoslo eEra eClásica), la sociedad erepublikana ha ido cayendo en el pozo de la eBarbarie, de la eSinrazón y de la eEstulticia (llamémoslo eEdad eMedia). Afirmaciones como la que denunciaba al principio (a saber, que “en eRepublik no cabe el antiimperialismo”) y espíritus como los que promueven semejantes afirmaciones son quienes nos tienen sumidos en este eMundo obscurantista en el que las masas-no-pensantes asumen como “certezas” lo que no son más que las “creencias” de unas élites dominantes que basan su autoridad en su veteranía y en el prestigio que les confieren sus muchas medallas.

Cuando volvemos la vista atrás, hacia nuestra Edad media, nos surgen innumerables ejemplos de lo que venía diciendo: tomemos como referencia a nuestros médicos medievales, convencidos como estaban de que la sangría era la forma de terapia más indicada para casi cualquier enfermedad, y entenderemos a qué me refiero cuando hablo del daño que puede hacer una creencia tan firmemente enquistada como equivocada. Del mismo modo que esos médicos sangrones hablaban de la conveniencia de sus sangrías, tan terribles como bienintencionados, hablan muchos de nuestros econciudadanos sobre la necesidad de ir creando eImperios en eRepublik; pero todavía no he visto una sola explicación convincente que me haya hecho pensar que la pretensión de formar un eImperio eEspañol no sólo es legítima sino, sobre todo, factible. Antes bien, toda apología del imperialismo en eR que he visto, ha estado siempre basada en una concepción dogmática y totalitaria de lo que debe ser este juego. En este sentido cabe hacer una excepción con NEL que, quizá por el conocimiento de muchos de sus afiliados sobre el módulo de economía de eR y de otros aspectos del juego, o por causa de sus experiencias vitales, son los únicos que he visto adoptar una actitud claramente imperialista combinada con el respeto hacia las ideologías y formaciones políticas que ven las cosas de una manera distinta.


Aquí la cúpula de NEL, economistas e imperialistas tolerantes con el resto

Pero el resto son PATRAÑAS. Y digo patrañas y no mentiras porque, a diferencia de las mentiras, que son meras falsedades que uno puede o no creer, las patrañas son mentiras diseñadas para que parezcan veraces; mentiras cuyos autores no se creen, sino que las inventan para poder someter a una masa crédula, ignorante y manipulable. Y luego es esa masa la encargada de trasmitir esa ideología, de imponerla con la simple autoridad que le confiere el número, la aquiescencia de sus ideólogos, y un sinfín de términos destinados a hacer piña y a aniquilar de raíz cualquier atisbo de pensamiento crítico; términos, por supuesto, de sobra conocidos: fail, cuartuco, lolazo, crymeariver y una extensa retahíla de sandeces que, por lo general, se dicen cuando no se tiene nada inteligente que decir pero se quiere parecer “guay”… Es lo que vemos en los colegios cuando los niños se juntan en grupos para ocultar su mediocridad, oprimir al débil y desprestigiar al crítico, al que piensa de manera diferente.

Esto mismo ocurre en eR todos los días en lo que se refiere a un montón de formas de pensar, y ocurre mucho últimamente cada vez que sale a la palestra el tema del imperialismo. Pues bien, a quien no le guste la diversidad de pensamiento que coja esta piedra:

EN REALIDAD, ES EL IMPERIALISMO EL QUE NO TIENE CABIDA EN Er.

Y como no me gusta incurrir en los defectos que denuncio en los demás, trataré de explicar esta idea de manera razonada y alejada de dogmatismos.

Cuando digo que el imperialismo no tiene cabida en eR, lo hago en primer lugar por contrarrestar la opinión de aquellos que, sin ningún tipo de razonamiento, afirman lo contrario; pero también lo digo porque lo creo. Si el imperialismo tuviera cabida en este juego, pronto acabaríamos todos aburridos de él. Si un epaís, el que sea, tuviera la posibilidad real de formar un imperio sólido, esto ya habría ocurrido y ahora mismo estaríamos todos, o casi todos, a la vera de alguno de los poquísimos imperios que ya se habrían consolidado, ejerciendo el papel de meretrices imperiales, que es el rol que le toca adoptar a todos los países sometidos a la influencia de un gran imperio. Pero lo cierto es que esto no ha ocurrido, y en mi opinión es francamente difícil que ocurra por varios motivos, a saber:

1. Si eR estuviera concebido para que algún país se alzara con la ehegemonía emundial, el juego debería estar diseñado para que cuando eso ocurriera, el país que lo logre se proclame ganador y todo volviese a empezar de nuevo, desde cero. No digo que esto tenga que ser así forzosamente, simplemente me parece lo más lógico, habida cuenta de cómo están diseñados los distintos juegos masivos online de estas características (como travian u ogame). En otras palabras, si eR tuviera un objetivo final, que al conseguirlo puediera permitir proclamar ganador a un epaís, entonces sí tendría sentido, y mucho, una política netamente imperialista. Pero al no tener ese objetivo final, lo más lógico es que los programadores del juego hayan buscado la manera de que nadie pueda acumular grandes cotas de poder, por la sencilla razón de que si eso ocurriera, los jugadores perjudicados se aburrirían del juego y lo dejarían.

2. Mucha gente cree que un imperio se forma conquistando provincias a tutiplén y ya está, sin pararse a pensar que lo que caracteriza a un imperio no es la capacidad de conquista, sino la capacidad de preservar los territorios ocupados a lo largo del tiempo, hasta incorporarlos a su ideosincracia particular de tal modo que la gente comprenda el conjunto de las posesiones de un imperio como una unidad en la que todas las partes están integradas y a gusto, en la que no haya provincias rebeldes. Y hemos visto que la buena coordinación y la franca superioridad militar son útiles para las labores de conquista, pero se revelan insuficientes para someter definitivamente los territorios conquistados. Como pasó efectivamente en la época dorada de la alianza hispano-polaca, en que ambas naciones acabaron de un plumazo con eFrancia y eAlemania, que comprobamos que ni la potencia combinada de estas dos grandes superpotencias bastaron para doblegar a dos epaíses que, si bien no tenían nuestro poderío militar, tampoco eran mancos. La conclusión en este apartado es que para forjar un imperio se hace indispensable una superioridad demográfica tan abrumadora con respecto a nuestros rivales, que a priori se nos antojaría poco menos que imposible.

3. Muchos dirán, pensando en lo que expuse en el punto anterior, que sí es posible formar un imperio siempre y cuando se constituya a base de conquistar pequeñas provincias de pequeños países que, ni tienen ni tendrán (en principio) una masa demográfica lo suficientemente importante como para defender lo poco que aun atesoran. Yo digo que un imperio así vale tan poco como la meretriz de un imperio de verdad, y no creo que mis detractores estén en desacuerdo conmigo cuando defiendo la poca valía del botín más baladí: ningún caballero se enorgullecerá de haber derrotado a un campesino en batalla singular.

4. En relación con el punto anterior, si consideramos que solo se puede forjar una voluntad imperialista a costa de someter a los más débiles e indefensos, como ya apuntó sombrax8 en un comentario a un artículo, entonces pronto nos quedaríamos sin rivales de entidad a quienes atacar, y con una serie de enemigos tan fuertes como nosotros, e igual de aburridos que nosotros de saquear botín sin importancia pero viendo cómo el verdadero enemigo permanece tan intocable como nosotros mismos. Y aquellos epaíses que tenían el potencial de convertirse en rivales dignos habrán quedado reducidos a cenizas cuando apenas empezaban a mostrar su voluntad de hacerse notar en eR. ¿Es esto lo que deseamos?

5. Y ya por último quiero señalar en qué se han convertido, en mi opinión, no solo las pretensiones imperialistas de nuestros aliados polacos y las nuestras mismas, sino también las de todos nuestros rivales más temibles (eRusia, eBrasil, eHungría, eEtc.): se han convertido en SWAPEOS NO PACTADOS. Así de sencillo. Incluso un izquierdoso perroflauta en la VR como yo, encontraría quizá placer en un proyecto bélico serio destinado a la total conquista y sometimiento de, pongamos por caso, nuestra querida eFrancia; pero no puedo aceptar como una pretensión imperialista legítima este jueguecito de guerras de saqueo y de estrategias veladas cuando me parece evidente que aquí nadie va a lograr nunca lo que dice perseguir. Lo siento, pero no me lo creo.

Si me preguntan si no le veo sentido a la guerra en eR diré que sí, se lo veo; pero ni me creo que haya una voluntad imperialista legítima ni mucho menos bien planificada en eEspaña, ni creo que tengamos ningún derecho a despreciar la opinión de los que no están dispuestos a aceptar patrañas como si fueran dogmas de fe.

Hace poco, no contento con llamar fascista a ealguien, lo llamé fascista hijo y nieto de fascistas por causa de una opinión vertida en un artículo. Este ealguien me escribió en privado diciéndome que él no era “eso” y que me dejara de mezclar conceptos de la VR con los de eR. Pero lo cierto es que esta epersona afirmó que era una obligación de todo eespañol patriota apoyar actos como el de Azotador, que pretende transformar el BOI (Bloque Obrero Internacionalista) en un partido de extrema derecha totalitaria y al que ha rebautizado como PIE (Partido Imperialista Español). Pues bien, yo, ni apruebo semejantes acciones, ni comparto la ideología que las promueve, ni creo que no deba llamar a las cosas por su nombre. Pero si a los que comparten esta forma de pensar con Azotador y su improvisado defensor les molesta que les llamen fascistas, les llamaré efascistas como un gesto de consideración por mi eparte.


Mi señora esposa también quiso tener otro gesto de consideración mostrándoles una foto le sacó mi cuñado

Queridos lectores, ya saben ustedes cuánto rechazo me produce el pensamiento único, y que esta no es la primera vez que hablo de estos temas, de modo que pueden suponer que tampoco será la última. Pero de momento cortamos aquí: el texto ya es más largo de lo que aconseja la prudencia y tienen ustedes material más que de sobra para rumiar. Así que, sin más dilación, y deseando que lo pasen bien, se despide atentamente

Elder Lagafash.