El Demonio Dormido (intento de Novela)

Day 2,570, 06:03 Published in Chile Chile by TrasuMiante
Introducción

Me gustaba verla dormirse. Oír su respiración y sentir esos suspiros pequeños que lanzaba únicamente cuando el sueño la vencía. A veces, con mucha precaución, le acariciaba el pelo antes de levantarme en puntillas e irme. Partía con el mayor sigilo, evitando despertarla... Aún así, casi siempre me descubría y, sin abrir los ojos, me detenía con un perentorio "¡No!".

Y yo me quedaba otro rato, saboreando como un triunfo que esa mujer encantadora quisiera -¡sabe Dios por qué!- retenerme a su lado siquiera por unos momentos más.

No se piense que mi actitud era tan pasiva todo el tiempo, ni que toda nuestra relación fuera así de inocente, pero, sumando y restando, al final, los momentos que más me llenan el alma son esos, los de delicada contemplación de mi amada. A veces durante el sueño, a veces mientras comía. Más de una vez me dejé llevar durante una conversación y me perdí de ella, lo que me valió algún raspacacho gracioso de su parte por no poner atención.

¿Lo sabía ella? Sin duda, pero ¿sabía cuánto significaban esos detalles para mí? Creo que lo sospechaba, pero no se detenía a pensarlo mucho, porque le resultaba incómodo. Incómodo como cuando alguien nos quiere demasiado y no hallamos cómo diablos decirle que en realidad no se haga muchas ilusiones, que no va a durar mucho, que la verdad es que no existe amor…

Resulta extraño escribir sobre los sentimientos de uno. ¿No queda siempre la sensación de que no se ha dicho todo? ¿Que “no es tan así” lo que se dijo? En cualquiera de los dos casos se corre el riesgo de escribir páginas y páginas inútiles, dándole vueltas a lo mismo, tratando de abarcar todo… un todo que no entiende ni uno mismo y mucho menos podrá explicar, sino enredarlo más.

Y que no se diga que hay que ser “objetivo”, porque se trata precisamente de lo más subjetivo que existe.

Les contaré, pues, lo que recuerdo. Ahora. Ahora que los recuerdos aún están frescos en mi mente y ojalá antes que el subconsciente los comience a modificar mañosamente, a su antojo, envolviéndolos como las enredaderas a la casa vieja, hasta formar parte de ellos y que sea imposible distinguir… ¿Distinguir qué? Juzguen Uds.

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CONTINUARÁ...
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