El congreso no es un circo

Day 675, 07:58 Published in Spain Spain by DMaxwell
Política: sust., f. Un conflicto de intereses disfrazado como lucha entre ideales.

- Ambrose Bierce, El Diccionario del Diablo.


Saludos, eConciudadanos.


Acabo de entrar a eRepublik por primera vez en el día, y lo primero que me encuentro es una moción de censura al presidente Himan.

No es que Himan sea precisamente santo de mi devoción, puesto que no deja de antojárseme un tanto lamer. Con todo, ha sido un presidente que ha culminado la labor de reconquista de eEspaña, y durante su legislatura se han aprobado algunas leyes de cierta utilidad (si nos olvidamos de la giliflautada de las cebollas, claro). Un aprobado, en mi opinión, pero no demasiado holgado.

Pero no es esta la cuestión: La cuestión es que ha encontrado a un rival a su altura. Se trata del polémico congresista Raúl Montesdeoca, cuyo nombre resuena por toda la prensa española desde hace unos días, empezando desde el momento en el que se votó y debatió la reforma del estatuto de las Fuerzas Armadas del Estado.
Todos conocemos lo que pasó después en esta historia: Se saltó la jurisprudencia legal asentada para la realización de interpretaciones, y fue inhabilitado como congresista en los foros durante 24 horas.

Según él, se saltó las normas porque estaba hasta la coronilla del comportamiento de ciertos afiliados y congresistas del partido Reconquista, que según él le habían intimidado e insultado (no me quedó claro mediante qué medios) desde el momento en que mostró su oposición a la reforma del estatuto de las FF.AA..
Enfocó su irritación particularmente hacia Himan, entonces presidente de dicho partido e integrante de la comisión que precisamente impuso la inhabilitación. Según Montedeoca, el presidente se aprovechó de su posición como miembro de la comisión que impuso su castigo, hecho que desmintieron tanto Ardacho como el resto de integrantes de la comisión, que había aprobado por unanimidad la concesión de la pena.


Lo cierto es que la manera con la que algunos afiliados del partido Reconquista tratan a los integrantes de otros grupos se encuentra, por qué no decirlo, en los límites de lo normativo y muy por debajo de los de lo decente. Considero que el antiguo presidente del partido, como su responsable último, debería de haber controlado mejor a su base.
Porque, aparte de la imagen lamentable que se ha estado dando no solo de su propio partido, sino del congreso entero; es tan reprobable incurrir en falta como consentirla siendo testigo de ella.

En todo caso, la imagen del congreso no podría haber caído tan bajo de no ser por la labor del propio Montesdeoca, que proponiendo esta moción de censura está utilizando los mecanismos del estado con fines personales. En otras palabras, se ha convertido en perpetrador de la misma clase de falta que critica, y para más inri a la vista de todos.

Y no se trata de un empleo personal cualquiera, sino de uno que podría suponer un problema para eEspaña. Cuando se realiza una moción de censura ya no es posible proponer otra sino al cabo de una semana. En caso de que el presidente se viera obligado a abandonar el juego por cualquier motivo, ora debido a asuntos personales en la vida real (como ocurrió hace un par de semanas con Emerick en los EE.UU.), ora porque sea baneado (y en cuyo caso la pregunta que uno se haría sería la de cómo diablos los ciudadanos permiten el acceso a la presidencia de alguien que recibe un castigo por hacer trampas); no se podría sustituir inmediatamente en el puesto, y eEspaña se convertiría en una presa fácil y muy jugosa para cualquier potencia extranjera.


La Ilustración, como gaceta de opinión que es, quiere expresar su posicionamiento firmemente en contra de la egoísta decisión del congresista Montesdeoca. El fin no justifica los medios, y si al oponerse a una forma de hacer las cosas se incurre en las mismos errores que se observan, la crítica pierde todo su valor, y se convierte en demagogia.

Por último, algo que no debe pasarse por alto es que ni Himan ni Montesdeoca se presentarán de nuevo como congresistas.