Deseperación y lucha.

Day 2,851, 08:37 Published in Spain Serbia by Drike

Suenan las campanas; "¡ES LA GUERRA, ES LA GUERRA!" se oye gritar por las calles.

-¡Levánta cariño, rápido, no preguntes, levántate!
-"¿Pero.. mami...?"



De pronto se hizo el silencio, se hizo la paz, todo era oscuro, se escuchaba un intenso pitido, se iba recobrando el sonido y empezó a escucharse un horrible estruendo, cada vez más cerca, cada vez más intenso, gritos, lamentos, lloros, desesperación...

Escondidos en el sótano, madre e hijo, arropados hasta el cuello del frío de aquella mañana invernal esperaban desesperados la llegada del padre de familia, una llegada que jamás se produciría...

Pasaron las horas y la gente salió a la calle, fueron a la plaza del pueblo, pedían explicaciones, desesperaban información; qué ocurría, dónde estaban sus familiares, no entendían, no comprendían, desesperaban.



Al final del reciento de butacas del ayuntamiento se encontraba Boško, un hombre que rondaría los 40 años de edad, de rasgos muy distintos a los habitantes del pueblo: gesto serio, rostro envejecido, con marcas en el cuerpo, pelo más bien canoso y de rudo carácter. Boško nació y vivió en eSerbia hasta hacía 7 años, llevaba siete años aquí en la provincia de Esukadi, cuentan que Boško no se relacionaba mucho, que era más bien hombre de pocas palabras, amable eso sí. Boško llegó hace apenas unos años, no hablaba nada de nuestro idioma y menos tenía nuestra cultura y ni por asomo tenía dónde vivir, recuerdo aquella noche del final del verano en la que apareció de la nada aquel ser, grande, fuerte, de rasgos marcados, cabello canoso y tez blanquecina como la nieve que cubre nuestros montes en esta época. Andaba yo por la plaza mayor con mi tía y mis primos que habían venido a pasar unos días a la casa familiar, mi primo Aitor fue el primero en verlo, ¡menudo susto se llevo!, jamás habíamos visto a nadie de fuera del pueblo más que al gobernador provincial y algún peregrino perdido, al principio nos quedamos parados, no sabíamos quien era aquél ser que asomaba por la plaza donde todas las tardes jugábamos, sin tardar mucho se le acercaron el panadero y su hija que volvían a casa del paseo, obviamente no entablaron demasiada conversación.

Los primeros días Boško andaba en boca de todo el pueblo, ya ves tú querido lector, qué haría un extranjero en nuestro pequeño municipio de apenas 1000 habitantes, durante este tiempo Boško permaneció en el hostal local aunque no sin refunfuño de la dueña del hostal, la señora Ortíz, agarrada como ella sola (típica Jew erepublikana), fue la voluntad del pueblo, incluso muchos vecinos se ofrecieron a darle cobijo en sus casas. Nosotros le veíamos salir siempre muy temprado del hostal, iba siempre al río (supongo que se lavaría allí), al volver le acompañabamos, le ibamos enseñando algunos caminos, nosotros nos reíamos con él aunque no nos entendiese.
La maestra intentó comunicarse con él pero todos los intentos fueron en vano hasta que un día se acercó al pueblo el párroco mayor que no sabíamos nadie que había estado de misionero durante las dos guerras que nos preceden, le aterraba la guerra pero su vocación le mandó a Europa ayudando a quienes más lo necesitaran, el párroco Miguel consiguió entablar conversación con el extranjero, no hablaba en serbio, lo hacían en inglés. Miguel consiguió una casa estable y un trabajo para Boško. Sí, se quedó en mi casa y sí, trabajó con mi padre, Boško se hizo uno más de la familía, son siete años con él aquí, siete años en los que nos contó el horror de las guerras que ha iniciado eSerbia y en las que fue forzado a luchar; -"El arma y tu familia o sólo el arma, elige" solía narrarnos, extrañaba su amada eSerbia libre y pacífica, sin tiranía, añoraba el tiempo pacífico que hace ya mucho que se dió, hoy Boško se levantó de su rincón en el pleno, alzó la voz y dijo:

-"Son las bombas de mi país, el país en el que nací y me crié, el país en que fui obligado a luchar y el país que quiero libre de nuevo"

Toda la sala enmudeció, nos chocó aquel comentario a todos, Boško ya dominaba nuestra lengua pero seguía siendo un hombre de pocas palabras. En seguida Boško continuó:

-"Es la guerra, y yo lucharé junto a vosotros contra la tiranía de eSerbia, vosotros me representáis, no la tiranía del país que me vió nacer"

Sin tardar mucho se contactó con los pueblos vecinos, se formaron grandes milicias desde centro y norte peninsular hasta las islas, se empezó a luchar al gran enemigo, a la gran potencia, se empezó a derrotar a eSerbia.

"Coodinación, milicias, conocimiento del terreno" este fue el lema de Boško en su lucha contra eSerbia para liberar nuestra eEspaña, lucha en la que yo participé, lucha en la que llevamos tiempo, lucha que al fin ve luz al final del túnel, lucha de pueblos contra el imperio. Un imperio que haremos caer, gracias a todos los pueblos que se nos unen y luchan a nuestro lado como hace Boško.

Sí, yo soy el niño del principio, Boško es mi referente y lucharé con él hasta acabar con la tiranía, ¡hasta la victoria siempre!