Crónica desde eChina nuevamente (y van dos)

Day 1,655, 11:08 Published in Spain Spain by Espaugyl





Los Corresponsales de Guerra suelen ser gente intrépida, valiente, arriesgada y objetiva, tan sólo preocupados por informar y por dar a conocer con imparcialidad lo que ocurre en el frente de batalla, por eso ni yo entiendo por qué elegí esta profesión, ya que creo que del listado anterior sólo coincido en “preocupados por”, que en mi caso suele ser “por mi propia seguridad”. Y digo esto porque tras más de una semana a mi pesar en eChina sigo sintiéndome tan inseguro como al principio, cuando tuve que esconderme del sempiterno Herr Hans, el ambiguo Admin de la GestapoeRepublik que quiere chocopuntearme hasta que no pueda sentarme, que aquí se hace llamar Hel Hang para no ser reconocido (recomiendo la lectura de mi Crónica anterior para saber de lo que hablo).


Lo cierto es que el hecho de que Hans quisiese pasar desapercibido en eChina me tenía preocupado, porque hablamos de alguien que pasea por los campos de batalla altivo, con paso firme y la mirada fría, sin importarle lo cerca que puedan pasar las balas o la metralla, sólo deteniéndose aquí y allá cuando vislumbra entre los combatientes una cara bonita mal afeitada y le brillan de deseo los ojos al mandar detenerlo para chocopuntearlo en privado. Así es Hans, un teutónico Admin contra-natura que mejor evitar y que no suele disimular su presencia si no es por algo.



Herr Hans mimetizado para pasar desapercibido pero sin poder disimular sus fríos ojos llenos de lascivia pensando en chocopuntear


No soy de los que opinan que sea cierto aquello de “ten cerca a tus amigos pero ten aún más cerca a tus enemigos”, que lo debió de decir alguien que tenía a su enemigo atado de pies y manos y apuntándole a la sien con una Q1 al menos, porque yo si no es así suelo poner muchos kilómetros de por medio y a velocidad nunca inferior a la de un Ferrari con oxido nitroso. Aun pensando así decidí desentrañar el misterio de “Hel Hang”, porque sí soy de la opinión que mejor saber lo que trama un Admin antes de que te caiga encima la trama, un saco de chocopuntos y la madre que lo parió. Pero hasta seguir disfrazado de chino a un Admin de la GestapoeRepublik mezclado con chorrocientos millones de chinos por las calles de Shangai es peligroso, y no por ser descubierto sino porque en eChina por cada habitante hay al menos una docena de bicicletas, que son engañosamente inofensivas salvo cuando al cruzar una calle se pone el semáforo en verde y un alud de gente con cara de dormidos acometen los pedales con furiosa indolencia y tienes que correr por tu vida.



Supongo que acerté a cruzar la calle en plena Vuelta Ciclista a eChina, que por tamaño y duración tiene competidores de todas las edades, ya que comienzan la Vuelta cuando son aún jóvenes y van acabándola en plena tercera edad


Advertido del peligro de las calles de Shangai estuve más precavido según seguía a Herr Hans, aunque algún susto infundado más me llevé más adelante. El Admin de la GestapoeRepublik se sentía muy seguro con su hábil disfraz y caminaba con la guardia baja sin apercibirse de mi presencia, aunque de vez en cuando disimulaba por mi cuenta haciendo como que era más chino que los chinos y preguntaba cosas como :“¿Dónde habel buen pelo pala comel” o “yo chino de toda la vida, de la misma eChina ¿no quelel conocelme sin lopa, bella chinita?”, pero eran meros subterfugios para parecer uno más.


Cuando al fin llegó a su destino el teutónico Admin, a un restaurante chino, como no podía ser de otra forma, me quedé vigilando enfrente haciendo como que leía un periódico lleno de monigotes de esos que llaman escritura y que sólo sirve para dar dolor de cabeza si intentas descifrarlo. Tras una hora o así, cansado de esperar y viendo que poco iba a conseguir desde allí, me dispuse a entrar para averiguar lo que se cocía dentro, pero en el último momento me detuve cuando vi a unas figuras sospechosas que entraban en el mismo local y que ni tenían cara de recién levantados ni de sueño ni nada, de hecho los reconocí: eran españoles y no unos españoles cualquiera.

Disimuladamente los seguí hasta dentro, pero al entrar me llevé un susto de muerte ya que un fiero perro vigilaba la entrada en la penumbra. Atemorizado me dispuse a echar a correr, pero con las prisas enganché la manga de mi pijama-disfraz en el pomo de la puerta y mi legendario sprint de huida (de cero a cien en apenas un par de segundos) me hizo dar una vuelta en el aire, dejando huellas de mis zapatos hasta en el techo, y caí sobre el fiero perro… que ni era tan fiero ni perro de verdad.



Estos son los únicos perros que quedan ya en eChina, los de verdad hace tiempo que acabaron victimas de diferentes recetas ¿Estarán invadiendo Occidente en busca de estos manjares extintos en sus tierras?


Comprobado que el peligro no era tal y tan sólo la prueba de que los hábitos culinarios del lugar pudiese ser el motivo de tanta invasión en busca de ingredientes, me adentré hasta que, poniéndome una planta en la cabeza y arrodillándome para parecer un imaginativo macetero, me dispuse a averiguar de qué iba la reunión de aquellos personajes que desde el pasillo podía oír con claridad.


-… clarro, clarro Herr ePrresidente de eEspaña y Fräulein eJefa de la oposición- escuché que decía Hans con un toque de desprecio al decir eEspaña- los Admins siempre velamos por el eMundo y aconsejamos lo mejor para todos.

-Es verdad, ONE es feo, no me gusta y huele mal- comenzó a argumentar contundentemente sin que nadie le preguntase el ePresidente de eEspaña.

-TEDEN suena bien, suena a promesa, a deseo de amor gay- añadió con su ronca y varonil voz la eJefa de la Oposición.

-Entonces todo está clarro, los arrgumentos son contundentes, aquí os he trrraído a un echino, uno cualquierra porrque son todos iguales, parra que firrmeis con él un trratado porr el que les sederréis todos vuestrros perros y un pasillo parra llegarr a eSerrbia, donde hay más perros aún.


Quedé horrorizado. Estaban vendiendo a mi país, a eEspaña por unos perros. Era increíble, era demencial, era baratísimo, yo hubiera vendido a mi país por muchísimo más, pero no se le podían pedir peras al olmo, al fin y al cabo era un ePresidente ferretero y ya se sabe como son.


Ya no quería seguir allí, la reunión estaba acabando y podía ser descubierto, así que comencé a moverme sigilosamente hasta que otra maceta me detuvo y me dijo con voz de Avutardo: “Vámonos juntos, lo he grabado todo y se van a cagar patas abajo cuando lo publique”.

Aún recuperándome del susto de la maceta parlante salimos al exterior donde un estruendo como nunca había oído me paralizó de nuevo.


-¿Cohetes de los rocieros que vuelven tras la romería?-pregunté esperanzado mientras sonaba otro.

-Estamos en eChina Espaugyl- me contestó paciente Avutardo- y el Heavy hace tiempo que me destrozó los tímpanos, si yo oigo eso debe ser algo realmente fuerte.

-Son nuevas arrmas parra amigos viserros- oí a mis espaldas con un estremecimiento- son arrmas de destrrucción masiva parra meterros en cinturra de una vez porr todas, Herr Espaugyl- añadió Hans.

-Usted confundil, yo llamalme Juan José (Huang Ho Tsé) y sel un peligloso climinal antifeletelo y me voy a entlegal a las autolidades de mi país- dije al tiempo en que salía corriendo y buscaba un uniforme ferretero del lugar para entregarme y quedar fuera del alcance de las malsanas intenciones desviadas de Hans. Sin mediar palabra, y con una fugaz visión de Lantanique en mis recuerdos, besé en los morros a un soldado chino buscando mi detención… y no me disgustó, vaya que no.



Fiero soldado chino al que besé como acto de insurrección para ser detenido y quedar fuera del alcance de Hans


Desde una celda de Shangai, donde ha insistido en seguir siendo mi guardiana la soldado de más arriba (me plancha, cocina y me hace la cama aunque aún no me ayuda a deshacerla), se despide tratado como un rey este sorprendido Corresponsal oyendo aún esos cohetes rocieros en la lejanía.


Espaugyl