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Aunque la actual Dictadura surgió como respuesta al riesgo de TOveo por parte de ciertas potencias extranjeras, los días posteriores nos han hecho cuestionar su legitimidad y pertinencia, haciéndonos pensar en la necesidad imperativa de reformar nuestra práctica política, al punto de hacer viable nuevamente una Democracia participativa, capaz de plantear soluciones eficaces a los grandes problemas que hoy enfrentamos como e-país.

Conceptos claves: Política, Partidos Políticos, Democracia, Gobierno y Congreso de eChile.


Es evidente que los tiempos han cambiado en eRepublik. Nuestra Comunidad e-chilena se ha reducido ostensiblemente en número y en participantes, respecto de la “explosión demográfica” ocurrida luego de los Baby Booms de los meses de abril y junio de 2012.

La disminución de jugadores activos ha traído consigo fenómenos colaterales, como la contracción del módulo político y de la influencia de los Partidos “tradicionales”. Este vacío dejado por las fuerzas políticas que históricamente ejercieron el liderazgo en la sociedad, ha sido copado por un grupo acotado de jugadores, que coordinados de manera implícita o explícita a través de las Unidades Militares que concentran la mayor parte del Daño actual, y utilizando como medio de comunicación los grupos de mensajería instantánea asociados, dirigen en la práctica nuestras acciones como e-país.

Por otra parte, manifestando una clara predilección por los jugadores más antiguos, o mejor dicho, por quienes invierten regularmente mayor cantidad de dinero en el juego, los Administradores de eRepublik han introducido una serie de modificaciones que ampliaron irreconciliablemente las brechas entre aquellos y los restantes jugadores, otorgándoles la supremacía completa en los escenarios de batalla.

Hoy han desaparecido prácticamente todas las instancias de asociatividad espontánea que alguna vez existieron (Universidad de eChile, Comando Conjunto, Comando de Coordinadores, entre otros) subsistiendo sólo aquellas dispuestas por el juego, las que también se encuentran mermadas por su ineficacia para resolver las problemáticas generadas en un escenario de creciente complejidad.

El caso paradigmático es el Congreso de eChile, que sin el Foro en donde se coordinaba buena parte de su labor offgame, y sin el canal IRC en donde se efectuaban sus reuniones, quedó reducido a un mero simulacro de ejercicio democrático, en donde cinco Partidos miden sus adhesiones una vez al mes.

La disminución de nuestra capacidad de generar Daño, sumada a una política exterior vacilante en un contexto de alianzas que han ido cambiando de rumbo, hacen más compleja aún la situación de nuestro e-país, hoy enfrentado a una desgastante invasión por parte de ePerú y de sus Aliados.

Bien entendidas, cada una de estas problemáticas representa una oportunidad para mejorar nuestras prácticas políticas, y a la vez, plantean el desafío de buscar su resolución con inteligencia y pragmatismo.

Enfrentamos un verdadero punto de inflexión, a partir del cual iniciar nuestra reorganización política.



Ahora bien, ¿cuál es la solución a los problemas que nos aquejan como e-sociedad?.

En este artículo no se pretende entregar soluciones, ni "fórmulas mágicas" para resolverlos, sino más bien enunciar ciertos conceptos básicos a partir de los cuales podemos encontrarlas.

En primer término, es imprescindible la recuperación de la Democracia en eChile. No parece justo ni sustentable que las decisiones que afectan al conjunto de la e-población sean adoptadas entre cuatro o cinco jugadores. Las respuestas a nuestras necesidades presentes no provendrán desde la autocracia y de quienes la defienden y practican, sino que del razonamiento y la acción colectiva.

Con la recuperación de la Democracia, surge la necesidad de mejorar la actividad de nuestro Congreso. Es aquí en donde los Partidos Políticos deben plantearse dos objetivos inmediatos: uno, integrar en sus listados de postulantes al mayor número posible de jugadores activos "reales", tanto de sus filas como otros sin militancia, o pertenecientes a los restantes Partidos que no integran el top cinco; y dos, responsabilizarse de no seguir enviando “multis” ni lulzeros (fomes) que abusan de un cargo al que simplemente nunca debieron haber optado.

En este sentido, y tal como fue sugerido hace más de tres años en este mismo e-pasquín para el caso de las Unidades Militares, es el momento de reagruparnos en la menor cantidad posible de Partidos Políticos, con la finalidad de optimizar la participación del reducido número de jugadores activos que interactúan en el día a día, facilitando a la vez que los Partidos tengan la posibilidad de evidenciar una mayor diversidad interna.

Como el Foro eChile y el IRC ya no volverán a ser utilizados, lo más razonable será combinar los recursos offgame actuales (WhatsApp) con los ingame disponibles (básicamente, los hilos de mensajes personales). Como tampoco será probable volver a tener reuniones de Congreso o Asambleas de Partidos Políticos, habrá que determinar representantes que puedan coordinarse y decidir a través del primer medio, comunicando los acuerdos e informando de sus gestiones a través de los mensajes personales ingame.

Finalmente, hay dos formas generales para determinar el rumbo de la política exterior e-chilena: un plebiscito o votación abierta para que decidan las mayorías, idealmente bien informadas sobre las implicancias de las decisiones que deberán adoptar, o bien, constituir una comisión de “notables”, con suficiente experiencia y vínculos con jugadores de otras Comunidades, que cubran el más amplio espectro político y militar, para proponer a las autoridades elegidas democráticamente el mejor curso de acción ante las circunstancias actuales.

La lógica de estas ideas pasa por reivindicar el sentido de lo colectivo. Debemos aprovechar el interés y la voluntad de participación de los pocos que van quedando, entendiendo que toda solución necesariamente deberá construirse a partir del diálogo, la negociación y la coordinación.

Dependemos más que nunca de nuestra capacidad de generar acuerdos, y cada vez menos de un(os) líder(es) mesiánico(s), para dirigirnos hacia el siguiente estado de evolución, y porque no decirlo, de sobrevivencia.

¡Salud y Libertad, compañeros(as)!.