[Batallas del mundo] Maratón 490 a.C

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Kadesh (1285 a.C):
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La organización y eficacia de la estrategia griega quedó de sobra demostrada al enfrentarse en Maratón a la imponente expedición persa del general Datis que, pese a su evidente superioridad numérica, permaneció bloqueada por los hoplitas de Atenas y Platea en una batalla que ha pasado a ser legendaria

Superioridad persa

Persas - - - - - Griegos

Infantería: 21.000 - - - - - Atenienses: 10.000
Caballería: 2.000 - - - - - Plateos: 1.000
Arqueros: 2.000 - - - - - - - - - - - -
Naves: 600 - - - - - - - - - - - - -

Pérdidas

Muertos:
7.000 - - - - - - 192
Naves:
7 - - - - - 0

Victoria griega decisiva

En el año 490 a.C. el imperio persa tenía una excepcional extensión, ya que abarcaba desde Tracia hasta el río Indo. Entre los que aún se resistían a su afán expansionista se encontraban en las ciudades de Atenas y Platea, que acaudillaba la resistencia de las polis griegas y, por tanto, estaban expuestas al ataque del soberano aqueménida. En efecto, el rey Darío I (522-486 a.C) organizó una expedición bajo el mando del general Datis, con el objetivo de vencer definitivamente la resistencia griega, puesto que la victoria sobre las ciudades helénicas había permitido a los persas continuar su expansión sobre Occidente.

A comienzos de septiembre, un ejército persa de cerca de 25.000 hombres se embarcó en Cilicia en 600 naves que se dirigieron hacia Grecia. Durante el trayecto, antes de desembarcar en el norte de Atenas, conquistaron un buen número de islas del archipiélago de las Cícladas, situadas entre la península griega y Anatolia, que se convirtieron en importantes puntos estratégicos. En la isla de Eubea, concretamente, los persas vencieron la resistencia de la ciudad de Eretria, que fue arrasada y sus habitantes convertidos en esclavos.





La armada de Datis continuó avanzando hacia Atenas hasta detenerse (atendiendo al consejo del ateniense Hippias, que había desertado de sus filas para colaborar con los persas) en las proximidades de Maratón, una ciudad situada en una llanura en la costa oriental de Grecia.

Mientras tanto, los atenienses, que ya habían visto acercarse las naves persas, reclutaron un ejército capaz de enfrentarse a los persas.
Entre los jefes atenienses más allá del caudillo supremo, Calímaco, destacaba la figura de Milcíades, perteneciente a la noble familia de los Filiadas, que en su juventud había servido en las filas del ejército enemigo.

La estructura del mando ateniense decidió que el ejército se dividiera en diez contingentes según las diez tribus de la ciudad y que cada una permaneciera a las órdenes respectivas de su propio jefe. Entre tanto, el mando supremo del ejército se confió al polemarca. En principio, la autoridad militar suprema iba a ser rotatoria, pero cuando las circunstancias se precipitaron a causa de la invasión persa, Milcíades fue elegido para comandar la alianza entre atenienses y plateos.



Mientras el ejército ateniense se dirigía a Maratón. Milcíades envió a su soldado más rápido, Filípides, a buscar refuerzos a Esparta. Pero Filípides llegó a su destino cuando se celebraban las ceremonias religiosas que tradicionalmente realizaban los espartanos antes de partir a la batalla y que les impedía entrar en combate hasta la siguiente luna llena.

El 11 de septiembre los atenienses llegaron a las inmediaciones de Maratón. bloqueando el camino hacia Atenas y desde una colina observaron al ejército persa, que contaba entre sus destacamentos con una importante caballería y arqueros muy bien adiestrados. La contemplación del ejército persa era tan impactante que varios generales atenienses renunciaron a entrar en combate. Durante algunos días, Milcíades observó al enemigo sin decidirse a tomar ninguna iniciativa, pues esperaba a los refuerzos espartanos. Por otra parte, los persas también tardaron algunos días hasta emprender cualquier acción de combate.

El 17 de septiembre dos escuadrones entraron en lucha. El esquema táctico de los persas preveía que la infantería pesada ocupara el centro, apoyada por la caballería tanto ligera como pesada en los flancos, mientras que en la retaguardia la ocupaban los arqueros. La línea frontal del ejército persa era muy extensa; esto llevó a los griegos a disponer sus líneas de forma que cubrieran al máximo el frente de ataque enemigo, pero sin que quedaran desprovistos los flancos.

Los arqueros persas abrieron las hostilidades lanzando flechas sobre los griegos y, tras una pausa de al menos dos horas, los invasores comenzaron a moverse hacia el centro de la formación de atenienses y plateos, que esperaban al enemigo a la entrada del valle.

Según Herodoto (principal fuente para estudiar las guerras persas), fueron los griegos quienes iniciaron el asalto; pero parece imposible que la infantería pesada, arrastrando armas y armaduras, hubiera podido recorrer casi un kilómetro y medio (la distancia que los separaba de los persas) sin llegar exhausta al combate. Es mucho más creible, pues, pensar que los griegos esperaron el ataque, estudiando los movimientos del enemigo antes de tomar la iniciativa.



Los persas se daban por vencedores porque confiaban en sus arqueros (no contaban con que las tropas griegas iban protegidas con escudos que les permitian defenderse de las lanzas y las flechas lanzadas trazando una parábola en el aire) y porque la infantería que salió al encuentro de las tropas de Milcíades a la entrada del valle comprometía la capacidad de maniobra de la caballería griega.

Pero Milcíades, tras verse obligado a neutralizar temporalmente a la caballería persa, esperó a que los enemigos estuvieran a menos de 200 metros para dar la orden de ataque. El centro de la formación griegas, bajo de mando de Arístides y Temístocles, se vio obligado a sostener la formidable presión y a exponerse a perder terreno mientras los flancos mantenían la batalla y sostenían el enfrentamiento con los persas.

Así, los hombres de Datis no pudieron desarbolar los flancos y confluyeron en el centro mientras parecía que los atenienses se retiraban. De pronto, Milciades dio la orden de contraatacar. El grueso del ejército persa se encontró encerrado entre los flancos y el frente helénico, según un esquema de combate que se repitió en Cannas tres siglos más tarde, cuando las legiones romanas fueron cercadas y masacradas por el ejército cartaginés, muy inferior en número.

Huyendo en desbandada, los persas se dirigieron a sus naves, renunciando a sostener la lucha y evitando pérdidas mayores. Entre tanto los griegos se reorganizaban y festejaban la victoria. La batalla dejó sobre el terreno 7.000 bajas persas y 192 griegas; además se perdieron siete de las naves fondeadas en la costa.

Milciades dejó a Arístides con una sección del ejército custodiando el botín y a las víctimas y, a marchas forzadas, regresó con cerca de 8.000 hombres a Atenas para detener más al sur el envite de los persas que hubieran podido desembarcar en la rada de Falero, un puerto cercano a la capital del Ática. En efecto, Datis llegó cerca de Falero, pero renunció a desembarcar y a presentar batalla en cuando vio que la ciudad estaba bien protegida.

Unos días después, los persas se retiraron para volver a Anatolia. Mientras, cuando los caídos griegos aún no habían sido sepultados, llegaron los refuerzos espartanos. que en tres días cubrieron casi 240 kilómetros para arribar al escenario de la batalla.



El armamento y la falange griegas

En Maratón (y durante los dos siglos sucesivos) el armamento griego demostró su superioridad. El guerrero persa vestía uniforme de tela y cuero, poco resistente a la espada o a la lanza de un hoplita griego que, por el contrario, se protegía con coraza de bronce y escudo de madera-

A pesar de que los griegos contaban con arqueros y alguna unidad de lanceros, su presencia en la batalla fue sensiblemente inferior a la de otros destacamentos que formaban parte del ejército persa o del de otros pueblos de Oriente Próximo



Los ejércitos de las polis griegas arcaicas salían a la batalla con la infantería en formación cuadrada de 16 combatientes por fila organizados en 16 columnas. Este sintagma de 256 hombres podía duplicarse y convertirse en un rectángulo de 32 por 16 llamado pentacosiarquia.

En la época que se escribe en la Ilíada empezó a perfilarse una formación aún más fuerte. En un fragmento del poema se ordena que las falanges se refuercen con escudos, lanzas inclinadas hacia delante y yelmos cerrados para frenar la carga troyana. En esta compleja unidad táctica los sintagmas se multiplicaban por 16 y el cuadrado queda formado por 4.096 hoplitas, armados con coraza, yelmo, escudo, espada y una lanza de hasta 5 metros con la que aquellos que formaban en la última fila podían arremeter contra el enemigo que atacaba la primera.

La falange espartana, por su parte, era más reducida y no superaba los 900 hombres. Era adecuada para combatir a un enemigo que atacara con la misma formación (algo lógico en la lucha entre las polis). En ese caso, se añadían la caballería y la infantería (provista de escudo y lanza corta) a los flancos y a la retaguardia, más otro cuerpo con arcos y jabalinas llamadas psilitas que abría el paso al cuadrado y lo protegía del enemigo.



Filípides. el héroe de Maratón

Herodoto, autos de la más detalladas descripción de la batalla de Maratón, narra que un funcionario del gobierno encargado de llevar los mensajes (un hemeródromo, es decir, un hombre capaz de marchar campo a través durante un día entero o más) fue enviado por el mando militar de su ciudad, Atenas, entonces amenazada por los persas, para pedir ayuda a Esparta tras la caída de Eretria.

Filípìdes llegó a la ciudad después de un día de marcha y ahí acaba la narración de Herodoto.

Sin embargo, de este hecho nació la leyenda que llama al emisario Filípides (un nombre que significa aquel que compite con los caballos) y le describe como un joven participante en la batalla de Maratón que se habría ofrecido para llevar la noticia de la victoria a Atenas. Para ello, habría recorrido 42 kilómetros desde el campo de batalla hasta la ciudad y, tras confirmar la buena nueva, habría muerto de agotamiento. En su honor, en los Juegos Olímpicos se practica la especialidad atlética del maratón, una carrera que cubre un total de 42,195 kilómetros.

Próximo número: Termópilas 480 a.C
English version will be published on friday
[Batallas del mundo] Maratón 490 a.C
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