Poesías tristes

Day 1,501, 04:24 Published in Spain Spain by Tito Bellico
Dado que durante estos últimos días he publicado cosas bastante serias, ahora me apetecía desvincularme de ese tipo de artículos a si que aprovecho para subir un poemilla que tenía por ahí tirado. Es bastante tristón, sin embargo espero que os guste a los que lo leáis. No aporta mucho, más bien nada, pero puede ofrecer un rato agradable.


Y aun quema
cuando ese rayito de sol
llega dentro del corazón,
abre claro de un sesgo
en la oscuridad profunda y ciega
de ese órgano muerto
que pretende seguir latiendo en el pecho.

Aun supura sangre
cuando recito tu nombre al acostarme
y recuerdo que en mis sueños
donde me pierdo
donde me entierro
es en el único lugar
que te tengo mía sin ningún recelo.

Y ese corazón,
que llora sin consuelo
aun recuerda con anhelo
que en tus labios
una vez se te vio el plumero
y pretende con esmero
que de nuevo
pueda tocar con algún camelo
tus labios con los míos en celo.

Y no quiero seguir con este camino
que me lleva de hecho a la perdición
y donde mi alma
se desampara y se parte como el mimbre
y se dobla cuando oye tu nombre en la boca
y en el susurro del viento
y en sueño febril
y en este tupido lamento.
Se desespera el tiempo.
Y yo vuelvo de nuevo a morir
cuando no te tengo
cuando no me duermo,
cuando no te sueño.

Me sobra mal,
y me falta tu bien para poder comenzar
la historia de nuevo al revés.
Del revés, como están mis días
y las mañanas que se mueren
al tocar la tarde con sus vivos colores
inflamando de pasiones
que fingen corazones.
Y no falta nada por verse venir
y cuando vienes me creo vivir.
De nuevo vivir,
Si de nuevo he de sufrir
cuando te vas y ya no estás aquí.

Y si veo que me abate
la desidia y me da jaque mate
y la vida se me enroca con la boca
protegiendo de nuevo un beso
bajo la piel.

Y si veo que me desarma el corazón
y que la lagrima que se oculta en el cajón
no cae de nuevo en este vaso del amor
y se pierde como se perdieron las estrellas
que estaban escritas en este renglón.

Y torpemente de nuevo caigo
y me dejo morir
sin permitirme de nuevo vivir
y no me elevo otra vez a la alegría
que da esa sonrisa tras tus ojos marrones.

Si todo me mata y me duele
y me atraviesa como sables la razón
y no soy capaz de articular palabras
más que en repetición,
y de nuevo no veo la sonrisa,
ni la fuerza, ni la oración
correcta para este poema
y no veo salida a la ambición
y el llanto ocupa obstinado
el lugar del canto de aquél gorrión.

Si todo eso pasa
sumirle de nuevo en su sueño
que aunque eterno y descuidado
era feliz y no temía alcanzar tus labios
como si estos fueran una meta
y al fin y al cabo, no temía ser poeta.


Un saludo. Tito Bellico