LO QUE LLEVO DENTRO

Day 1,777, 11:26 Published in Spain Spain by Sergio Real Zaragoza

Pese a no terminar de gustarme, paso a mostrar de seguro mis grandes incongruencias en este texto, ya que dicen que tanto bueno como malo, hacen a uno mismo, las etapas de su vida.

Nunca pensé que el sonido quejumbroso de aquella puerta al abrirse, fuera anticipo de problemas... pero así fue. Nunca antes había visto aquel rostro, pero su voz, aquella voz, me resultaba familiar.
En sus manos sostenía un objeto, que no podía distinguir con claridad. Estaba seguro de haberlo visto antes.
Pero mi atención no se concentró únicamente en el objeto, sino, en aquella voz, ¿a quién pertenecía aquella voz?…
El rostro no me resultaba nada familiar pero la voz y sobretodo las palabras que se repetían una y otra vez. ¿Cómo lo podía saber?, era imposible...pero de repente tuve una visión, una imagen pasó por mi mente. Me remonté más de 15 años atrás. Yo era un crío de no más de 8 primaveras y me acababan de dar la peor noticia que uno puede esperar; mis padres habían muerto en un trágico accidente de coche cerca del Cabo de Finisterre. Yo me encontraba sumido en un estado de shock, me faltaba el aire, todo me daba vueltas, oía frases, palabras inconexas... y de repente la reconocí. Sí, era esa misma voz, aquella voz...
…aséptica, mecanizada, de quien está acostumbrado a hablar con desconocidos como si no lo fueran, pero que nunca logra que su voz se torne agradable o cercana. Es increíble, habían pasado quince años, pero la voz era idéntica, no había envejecido. Esa situación, esa escena que estaba viviendo era una repetición de algo ya vivido, y en un segundo me empezó a faltar el aire, y la voz se hizo eco, como si fuera una voz cinematográfica en off.
Me desperté más tarde, ni siquiera sé cuanto tiempo había transcurrido, pero aun podía sentir el sabor del miedo y de las lágrimas contenidas…
- Ha muerto. Un ataque al corazón. No hemos podido hacer nada. Su hijo ahora está con la vecina. Tiene que firmar aquí. Tiene que hablar con asuntos sociales. Es usted el único familiar vivo. Tiene que…-
Ni siquiera sé cómo llegué, pero allí estaba yo, mirando a aquel niño que me miraba con sus enormes ojos, casi sin pestañear…
...reconociendo en mí mucho más de lo que yo, en un primer momento, pude ver en él. La sorpresa y el estupor se agarraron a mí con garras de acero, sus ojos, su sonrisa, ¡no podía ser! ¿Sería posible que estuviera ante una réplica de mí mismo? Ya no podía discernir la realidad de las últimas horas con las puras ensoñaciones. El ocuparme de aquel crío me podría traer más complicaciones de las que ya había en mi vida. Mi trabajo de agente doble en estos tiempos de guerra tampoco es que ayudara en demasía. Pero la decisión ya estaba tomada por mí cuando llegó a mis brazos, él no tenía ninguna culpa de lo acontecido entre mi hermano, su mujer y yo. Quizás algún día, cuando tuviera cierta edad, le contaría porqué su padre y yo no nos hablábamos desde hace quince años.

Recogí al crío y lo llevé a casa. Todavía asimilaba mi nueva situación al entrar por la puerta de aquel cuchitril. Aquél no era sitio para un niño tan pequeño y menos rodeado de planos, mapas y lo que es peor, armas de todo tipo. Eran malos tiempos y yo no tenía la estima ni de un bando ni del otro. Miré a la cara a aquél pequeño renacuajo y me sonrió, con su manita me agarró la nariz y yo le agarré la suya consiguiendo que riese de nuevo. Al final me iba a gustar, era la primera persona que estaba pendiente de mí desde hacía mucho tiempo, tanto que ni lo recuerdo. Además siempre pensé en tener hijos y aquel me había venido del cielo.

Lo metí en mi cama, a falta de algo mejor y se durmió al segundo. Yo debía continuar con los preparativos de mi siguiente misión que tendría lugar en 2 días...