El albano errante... 1x02

Day 2,442, 15:38 Published in Spain Spain by Irreductibles


Segundo Día – Frontera croata con Serbia

-La historia en si empieza hace 3 meses. Yo era agricultor en la región de Tirana, al norte de mí país. No hacía mucho con el campo, debo admitir que no tengo habilidad para cultivar, es más, creo que de 10 cosechas que intenté obtener logré dar de comer a mis hijos con una, y con ayuda de vecinos. Pero no me desvío del tema. Una noche de niebla estaba trabajando en el este de mí hacienda pues no rendía suficiente trabajando solo durante el día, cuando comencé a escuchar temblores en el suelo y de inmediato el sonido de estallidos a la lejanía. Seguí trabajando pues ya estaba acostumbrado a los bombardeos sobre la frontera los cuales no me afectaban pues nunca llegaban tan adentro del territorio. Pero minutos más tarde salieron de la niebla, y con ellos todos cambió …

Hace 3 meses – Hacienda en Tirana (Cercanía del conflicto Serbio)

De la niebla empiezan a llegar sonidos dispersos, pero ya no de bombardeos o estallidos sino de gente corriendo y de sujetos con autoridad proclamando órdenes. De la más absoluta opacidad aparecen soldados y soldados por todas direcciones pero sin armas, solo mostrando su uniforme y nacionalidad. Son albanos pero están en mis tierras, no tiene sentido.

-Tú, él de la hoz, no corras ni grites y mucho menos intentes atacar a cualquiera de mis hombres- Dice el camarada que lleva la voz cantante.
-No tengo nada que podáis llevaros, no hay cosecha en el campo y nos hemos acabado la comida, vivimos de los vecinos y de lo que pido prestado. Si queréis represalias acaba conmigo aquí pero no os adentréis más en mí propiedad, os lo suplico.
-Cállate patán, no queremos tu comida, ni tus propiedades, ni a tu familia. Te queremos a ti, a tu vida y a tus manos. Desde este momento eres soldado del 5º Regimiento Paramilitar albano. Tu solicitud recién presentada queda aceptada, y ahora sal corriendo de aquí y sigue la carretera hacia el norte. 3 km adelante está el grueso del ejército, preséntate a cualquier secretario y solicita tu admisión recomendada por el oficial Wrotrak. Si no me informan de que se ha presentado alguien con estas instrucciones, cambio mí ruta, vuelvo aquí y quemo todo lo que haya dentro de tu propiedad, incluidos a tus hijos si es que algo como tu es capaz de engendrar. ¡ Y ahora corre!

Siguiendo el consejo desinteresado de ese hombre sigo el camino que me han marcado durante varios kilómetros hasta que me encuentro con los primeros carros acorazados, infantes y líneas de abastecimiento de la tropa. Avanzan en una marcha silenciosa y lenta, sin un ápice de entusiasmo en el rostro de los soldados, ni de los más jóvenes.

Me acerco a un hombre bastante bajo y grueso que está sentado a un lado del camino y rodeado de papeles sobre la tierra y hierba húmeda. Levanta la vista en cuanto me ve suficientemente cerca.

-¿Edad?
-39 años.
-Supongo que te han reclutado los soldados de Wrotrak ¿cierto?
-Así es
-Fantástico, no tienes que firmar nada, ten esta nota y cualquier soldado te llevará junto a tus nuevos compañeros. Bienvenido y espero que disfrutes del camino, divierte un poco pues cuando lleguemos al final probablemente mueras.

Me extiende una nota en un trozo de papel que acaba de arrancar de sus apuntes. La intento coger con celeridad pero no llego a tiempo. Una bala sesga por completo la mitad de los dedos del secretario haciéndole caer de espaldas por el repentino dolor y el miedo.

Oleadas de disparos siguen al primero desde todas partes, es un ataque contra la unidad. Me lanzo al suelo y me arrastro hasta encontrar dos dedos y la nota empapada en sangre en el suelo. El caos es total, hay fuego cruzado en todas direcciones y levantarse es una sentencia de muerte predicha. Me quedo completamente quieto y mantengo calma y las ganas de correr impulsadas por mí cobardía.

Empiezan a caer cadáveres sobre mí, soldados que mueren en la carretera y acaban al borde del camino en una marcha que ya se convierte en fúnebre. Un joven rubio corre hasta mi lado pero se fija en mí, mantiene la vista fija en el suelo y sujeta fuertemente su arma. Intento estirar mi mano para alcanzarle y avisarle de mi presencia, pero no lo consigo. Se percata el mismo de mí cercanía, e inmediatamente se lanza sobre mí.

Me propina un puñetazo seguido de otro pero no tiene el menor sentido, ambos somos albanos. Reacciono ya muy tarde, pues mí contrincante ya está sacando un cuchillo para ejecutarme. Uso toda la fuerza bruta que he acumulado durante años y levanto todo el peso de los cuerpos que me aprisionan incluyendo al solado rubio al cual tumbo en el suelo. Se gira sobre sí mismo para coger su arma pero le quito la idea de la cabeza de una patada en la axila.

Se retuerce en el suelo de dolor pero no me paro, tengo miedo y estoy desatado y ciego de ira. Le levanto completamente por el cuello y lo estampo contra el asfalto de la carretera. Los alrededores son un infierno, los soldados caen en masa pero no son prioritarios, lo es este albano probablemente forzado a luchar en una guerra que no es la suya. Me abalanzo sobre él y presiono mis dos pulgares sobre sus ojos hasta que los hago reventar formando una corriente de sangre y un líquido amarillo espumoso por mis manos. Sigo apretando entre los terribles alaridos de dolor del pobre infeliz hasta vaciar completamente las cuencas de sus ojos, pero aún así mantengo la presión hasta que destrozo por completo su cráneo y hago pedazos el órgano que le estaba manteniendo con vida en sus últimos instantes.

Me levanto más calmado y ya sin la furia de la que me encontraba henchido segundos atrás. Vuelvo junto a los cadáveres en los que me escondía antes de la refriega. Muevo los cuerpos para quedar bien cubierto y asumo que pasaré horas entre muerte y sangre coagulada.

Presente

-Para un momento, ¿me estás diciendo que mataste a un soldado de Sirius?
-Eso mismo.
-Te podría meter un tiro en la cabeza por traidor ahora mismo, la escoria como tú lo merece.
-Teníamos un pacto, yo te cuento mí historia y luego si lo ves conveniente me matas, pero primero me escucharás.
-Como se te ocurra darme un sola orden más te ejecuto aquí mismo y vuelvo a mí puesto, podré sobrevivir sin la información, y ahora sigue.
-Está bien. Después de pasar largo tiempo entre esa putrefacción…