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La princesa Edrielle creció conforme a lo establecido por la tradición… Clases de protocolo, de moda, costura… Sin embargo, a los cinco años empezó a instruirse en la magia gracias a Boitx, quien la enseñó a usar el tótem shakta en situaciones de batalla, pero sobresalió en las curaciones, consiguiendo parar hemorragias solo dos meses después de empezar.

Poco después su madre, la Reina Blanca, le regaló su primera daga. Una preciosa hoja de acero con incrustaciones de diamantes que dominó más bien poco, pero le sirvió para defenderse de unos bandidos en una de sus incursiones en el bosque… Cuando con solo siete años llevó las orejas de los dos atracadores en una bandeja de plata a su madre ella decidió que no se podía atar a nadie con cadenas…

Jervaj le enseñó cómo usar a Stauros, poco a poco, ya que se trata de una hoja pesada, pero a los diez años consiguió invocar su poder más oculto y congeló a un guardia que pasaba por allí cerca… Esto le costó una semana de castigo en la torre, que le fue quitado por Boitx, quien consiguió amedrentar a Blanca (nadie sabe cómo)…

El arco fue el arma que nunca consiguió hacerse con ella. Esto fue considerado por Yus como un fracaso, ya que las horas que invirtió que intentar que el arco que había recibido de su padre en herencia fuera bien usado fueran demasiado para el fruto que recibió. Por esto Edrielle, cuando ya contaba con la conciencia apropiada, le regaló el arco a Yus, como pago por los servicios hechos hacia su padre…

Un día, con ya quince años y una dilatada experiencia en el bosque, se encontraba paseando bajo la luna, pensando en ese caballero que la rescataría del palacio, cuando una sombra pasó volando por su cabeza, esquivando los altos abetos… Instintivamente sacó a Stauros de su espalda, y la iluminó con un simple susurro… Se escondió entre las raíces de uno de los milenarios árboles y escuchó como dos hombres que acababan de aparecerse hablaban…

—La Hermandad está a punto de darse a conocer, pero aún nos falta un par de ingredientes… — Decía el más alto de ellos, que llevaba una túnica oscura… — Necesitamos el tótem, que se encuentra aquí, en palacio…

Edrielle se asustó, al darse cuenta que ella llevaba el tótem… Empezó a repasar cada uno de sus hechizos, buscando aquel que le permitiera escapar, huir…

— El tótem está fuertemente protegido… Es una de las reliquias del general pabman más queridas por la gente… El símbolo de la unión con el pueblo shakta… No podremos con él… — Discute el otro de túnica blanca que lleva una daga en su mano derecha y con una voz mucho más joven…

— Te equivocas. Tienen un punto débil. —Responde el maestro

Edrielle susurra las palabra del conjuro de huida y con una chispa, desaparece del bosque… Sin embargo no se dan cuenta los dos que siguen ahí.

— El punto débil es la niña… — Susurra el maestro por última vez mientras el otro sonríe…



Edrielle se aparece en su habitación ricamente decorada con objetos de diferentes partes del continente traídos por los exploradores de palacio… Un colmillo de mamut decora el cabezal de la cama, que está cubierta por sábanas de hilo morado tejido por las brujas del desierto que guardan un buen recuerdo de su familia… Pero ahora no se fija en todo eso… Saca el tótem de su espalda y lo examina atentamente… Una figura de madera de roble, hábilmente tallada para contener los cuatro elementos de la naturaleza… La llama, la tierra, el aire, y el hielo… ¿Qué tendrá que ver con esos? Se pregunta…

Las cuatro figuras se iluminan al instante, sacando una luz que ilumina hacia la ventana… Uno a uno se apagan los elementos quedando solo el de fuego…

— Thum-hum — Susurra Edrielle, invocando una pequeña llama que sale disparada por la ventana… Siente que debe seguirla, pero teme encontrarse con los bandidos… Decide dormir y ya pensará al día siguiente…




Boitx entra corriendo en la habitación, despertando a Edrielle.
— ¡Felicidades! — Grita la bruja.

Es cierto, es el cumpleaños de Edrielle, dieciséis ya… Ni ella se acordaba, con los sucesos de la noche anterior… Nadie mejor que Boitx para aconsejarle…

— Boitx, tengo que contarte algo que me ha pasado… — Empieza Edrielle indicando que se siente en la silla… — Ayer salí a pasear por el bosque, cuando oí a dos hablando… Hablaban del tótem… Y de mí. Cuando logré teletransportarme hasta aquí, examiné el tótem y una llama salió disparada a través de la ventana… No sé dónde ha ido, pero seguro que está relacionado con todo eso… No me siento segura aquí…

— Tranquila, descríbeme a esos dos y haremos un dibujo, para evitar que se acerquen… — Intenta Boitx relajarla, abrazándola…


Pabman11, Profeta de la Diosa Nevera y Guardián de Edrielle