Partidos Políticos: ¿Con o sin ideología?

Day 710, 05:48 Published in Spain Spain by Meiko

Bueno, como ya comenté ayer en el articulo de Sharpblade me han entrado ganas de comentar un poco mi punto de vista acerca de los partidos políticos y sus ideologías correspondientes (o falta de ellas). Aclarar que esto es ante todo mi opinión personal y no pretendo otra cosa que exponerla, sin ánimos de ofender a nadie en ningún momento.

Antes que nada me gustaría aclarar dos cosillas:

- Primero, por ideología no entiendo conceptos como “izquierdas”, “derechas”, etc… que no sirven de demasiado aquí en eRepublik. Entiendo por ideología una exposición de ideas y compromisos a los que un partido se debe atener, y cuando más concretos sean mejor.
- Y segundo, no voy a entrar a hablar de casos concretos porque, como muchos sabéis, no estoy siendo demasiado activa últimamente por cuestiones de trabajo así que antes de hablar de lo que desconozco prefiero generalizar. Espero que mi escasa actividad no invalide mi punto de vista. 😉

Creo que ya lo he dicho en varias ocasiones, pero en resumidas cuentas lo que quiero decir es que un partido político, en mi opinión, debe tener una ideología concreta. Esto es así por varias razones.

Una de ellas es la necesidad de competencia en el panorama político. Nos guste más o nos guste menos lo cierto es que la naturaleza humana casi nos obliga a tener oponentes con la única finalidad de superarnos día a día. Si uno no tiene un antagonista, una persona o colectivo encargado de recordarle porque no lo está haciendo bien no sentirá ninguna necesidad de mejorar lo presente.

Ahora mismo llevamos meses y meses, por unas razones u otras, que los distintos gobiernos (en el tema de congreso no voy a entrar porque el juego ha fastidiado la posibilidad de hacer algo al respecto con eso) son un conjunto de ministros escogidos por méritos y/o popularidad . Esto puede parecer lo mejor para el país, pero lo cierto es que lo único que hace es permitir que los partidos no tengan que esforzarse por sacar adelante un equipo digno y además no hay ninguna ideología de por medio porque obviamente no tendrás a un ministro coherente con sus ideas trabajando para un gobierno que no lo comparte. Esto último nunca es un problema precisamente porque no hay ideología previa. Hay un programa cada mes (cuando lo hay) y no tiene ninguna obligación de parecerse al anterior de ese mismo partido porque nadie se molesta en exigir una mínima coherencia.

Una democracia saludable es aquella que consta de partidos fuertes y coherentes luchando por superarse cada día y realmente comprometidos a representar al ciudadano que le ha dado su voto. De esta forma tendrás un espectro político en el que cada ciudadano está representado en la medida justa, conforme al peso que tiene el apoyo a esa misma forma de pensar.

Un partido político abanderando la tecnocracia y la adaptabilidad, en nombre de representar a todos tomando decisiones a cada paso, acaba por no representar a nadie. Me explico. Si yo entro a un partido es para que ese partido sea mi voz. Si decido alzarla internamente o no, es cosa mía, pero aun así lo que ese partido defienda debe coincidir hasta cierto punto con mi forma de pensar. Si un partido no tiene un compromiso con una ideología nunca podrá ser la voz de nadie. Sí representará la opinión de la mayoría de sus afiliados activos, pero a nadie en concreto y nunca a nadie al 100%. Esa batalla interna en el partido por tomar decisiones es la misma batalla que luego el partido tendrá que tener con el resto de partidos. Vamos, que si primero tengo que luchar dentro del partido para que mi opinión sea compartida y luego, en el caso de que no sea así, tengo que defender una decisión que no comparto ese no es mi sitio. Para eso me voy a un partido que tenga, de forma firme y comprometida, mi misma forma de pensar y ya me pelearé con el resto de partidos para que vea la luz.

La eterna duda sobre si el Proyecto Fénix debería tomar un cariz político o no se resume en que si quisiera defender ideologías no estaría en un colectivo apolítico, sino en un partido político comprometido al 100% con sus afiliados. Entrar en el juego político sin política es no representar a sus miembros y, en última instancia, tiene un efecto tremendamente negativo sobre la democracia en sí misma.

Aunque esto pueda parecer como tirar piedras al propio tejado, tengo que decir que un partído político (el que sea) que afirme ser apolítico y buscar lo mejor en cada momento peca de arrogante. El hecho de que el PF no se considere un partido (y repito por enésima vez que eso no implica que no pueda actuar como tal si así lo cree adecuado) es precisamente porque si aspirara de forma constante a entrar en política estaría afirmando ser la mejor opción y sería completamente falso. Es una opción puntual cuando, por circunstancias, las demás opciones no estén a la altura. Y esto último siempre es subjetivo y una valoración del colectivo que no implica necesariamente que sea con razón.

Un partido que afirme ser apolítico pero que pretenda hacerse un hueco en la política de forma permanente se engaña a sí mismo y a sus votantes. La única diferencia entre ese partido y el resto es que no tiene ningún compromiso con sus afiliados más allá de ir adaptándose a lo que sus miembros más activos crean conveniente, lo cual no es serio en absoluto.

Un país con exceso de fuerzas apolíticas es un país que lentamente se va durmiendo hasta caer en un letargo casi irremediable. Requiere de fuerzas firmes que no dejen que pierda la chispa que lo mantiene funcionando y que pida responsabilidades y exija mejoras constantes. No hace falta una guerra civil, pero sí una competencia interna sana.