No lloren por mí, ya estoy muerto

Day 3,166, 10:43 • Published in Spain Spain • by eclank


No lloren por los novatos, porque ya hace mucho que murieron. El Division Switcher no va a ser la puntilla que acabe con ellos. Es sólo otra palada de tierra más a su fosa común.



Hace media vida (del juego), las batallas se decidían por un sistema de coronas. Todos los jugadores luchaban en la misma batalla y su daño se sumaba por igual. Cada ronda ganada era una corona y el que llegara a ocho ganaba la batalla.

La vida del novato no era especialmente fácil en aquella época. Aunque las diferencias de fuerza y rango aún no se habían hecho abismales entre los jugadores TOP y la plebe (pronto los admins se encargaría de estropearlo añadiendo las mejoras de los campos de entrenamiento), costaba unas cuantas semanas reunir el número de barritas necesario para ir a por una BH. Y entonces tocaba rezar para que Patxioca no te la levantara.

Inesperadamente, el 11 de junio de 2012, se implantó una actualización que lo cambió todo: las Divisiones. La vida parecía sonreir a los novatos. Nada más llegar al juego, se encontrarían luchando con gente con una fuerza similar a la suya, animándoles a progresar sin sentirse inútiles. A medida que progresaran, pasarían a las siguientes divisiones, siempre rodeados de iguales... Bueno, esa era la teoría. Y así fue durante los primeros meses.

Entonces la gente se empezó a percatar del detalle de que las divisiones se distribuían por nivel, no por fuerza. Este criterio funcionaba muy bien para los jugadores pre-actualización (si te interesaba el módulo militar, pegabas todo lo que pudieras para subir rango; subir de nivel no era un problema). ¿Qué pasaría, sin embargo, si alguien se quedara entrenando en una división baja y cuando tuviera la suficiente fuerza dominara las batallas y se llevara las BH de los que deberían estar luchando por ellas? Pues pasaría lo que pasó, que mucha gente empezó a dejar sus cuentas y a renacer para lo que se llamó holdear. La locura se desató, llegando hasta el punto de que algunas milicias le pagaban las subidas de campos de entrenamiento a sus miembros a cambio de renacer y holdear.

Y aquí, sepan ustedes, es cuando a los novatos fueron heridos de muerte, aunque aún tardaran unos años en acabar de desangrarse.



Con el paso de los meses, la cosa ya empezaba a ponerse fea. La División I, teóricamente hogar de los novatos, empezó a llenarse de gente con fuerza para estar en la IV. Los novatos, al llegar, tenían que elegir entre empezar a holdear u olvidarse de conseguir nada en el módulo militar. Los viejunos que mantuvieron sus antiguas cuentas o que no holdearon se vieron pronto en la División IV sin nada que hacer.

Entonces, el 18 de febrero de 2014, los admins cambiaron la distribución de las divisiones. Y aunque ese cambio les dio una segunda oportunidad a los viejunos de engancharse al tren del holdeo, a los nuevos los tiró a las vías del tren al ver que la División I pasaba a tener gente que debería estar en la III.



Con el paso de los años y los despropósitos, se hacía cada vez más evidente que el sistema de divisiones debería reformarse para pasar a tener en cuenta la capacidad de hacer daño del individuo en lugar de sólo el nivel. Evidente para cualquiera al que le importara que un jugador nuevo tuviera que elegir entre holdear 2 años antes de pegar por primera vez o pirarse. Pero, por supuesto, esas no eran las prioridades del juego:



Si a alguien le quedaba alguna duda de que esto nunca iba a cambiar, los admins se lo confirmaron al aprovecharse económicamente de la situación, permitiendo a los jugadores mamar eternamente del sistema al bloquear la subida de nivel. Ya ni siquiera quedaba el consuelo de que, algún día, se produciría el relevo generacional.



Así que no, el Division Switcher no va a matar a los novatos más de lo que ya están. Poca diferencia habrá para un novato con 10k de fuerza luchar contra un División I de 120k o un División IV de 150k. Sólo va a perjudicar a los que dominaban las divisiones inferiores a base de tener una fuerza completamente descompensada al resto, aplastando a los que deberían estar luchando en igualdad de condiciones. Sinceramente, no me dan ninguna pena.

¿Y qué decir de los aviones? Pues poco, porque aunque todos parten de la misma fuerza, la rareza de las batallas, el alto premio al ganador, el precio de las armas y la posibilidad de quemar todas las barritas que se quiera hacen que creer que los novatos tienen alguna posibilidad es una quimera.

Así que no lloren por ellos, que ya están muertos. Pero recuerden:

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