La Venganza - Castigo II

Day 1,964, 07:30 Published in Spain Spain by pabman11




Andamos por un risco nevado, no cabe más de una persona a la vez, a un lado, la pared helada, al otro, el vacío… Pero ahora que he recuperado mis poderes, he creado una pared de protección…
— Le he alimentado desde que le encontré, sumido en ese sueño, sonriendo… Creí que estaba muerto, pero, sin embargo, respiraba… Cuando metí el primer trozo de pan en su boca, tragó. No me atreví a moverle hasta esta noche, en que he oído un ruido en la cueva y he visto que abría los ojos… — Relata así yus como me trató.
— Y ¿Cómo he llegado hasta aquí?
— Lamento no poder responderte, no sé la respuesta. Este no es ningún lugar especial, así que creo que fue una teletransportación fallida… Y no me preguntes quien te teletransportaba , porque no lo sé…
— Pero sí que podrás responderme a cómo es que sabes tanto sobre magia, ¿no?
— Lo admito, curioseé entre los escritos que pasaron entre mis manos cuando los restauré, pero en realidad, mi formación viene de mi abuela, que intentó sacar de mí una simple gota de magia… No pudo, pero me quedé con toda la teoría…
— ¿Y ese interés por el tótem?
— Tengo una especial habilidad que hace que capte la magia que contienen los objetos… Mera curiosidad por ver si el poder que puede mostrar es el que presiento…





Jervaj camina, apoyado en un bastón de madera por el borde del río… El sonido de la corriente le relaja, y mientras tanto, oye como Boitx intenta recordar algún hechizo para curarle…

— No puede ser que sepa invocar demonios de grado superior y no sea capaz de curar una simple ceguera… — Se lamenta Boitx.
— Estate tranquila… Los castigos de la Diosa no se pueden revocar, seguro… De todas formas, se siente todo de otra forma sin ver… Y me gusta… Oler el ambiente, oír el rio… Tocar tus manos… — Jervaj sonríe, consciente de que así tranquiliza a Boitx…

—Ya, pero me da rabia pensar que un guerrero como tú está ahora tullido, por mi culpa…
— ¿Tu culpa? Que yo sepa, el que tenía que pagar una deuda era yo… Que pensándolo bien, no sé si Legendario el eterno se sentirá pagado…
— ¿A quién le importa? El tótem también era suyo, y ahora no es de nadie… Caminemos, según este mapa cerca hay una explanada donde podremos acampar…






El camino desde el puente se extiende, llano, varios kilómetros… Lis está sentada en el suelo, frente a este paisaje, con la espada de generala entre las manos… Nuevas responsabilidades, para alguien que acaba de entrar… Y pensar que poco tiempo atrás a esa hora comía entre las ramas de algún árbol mientras escuchaba a su abuelo cantar… Pero ahora todo eso ha pasado, y tiene un nuevo deber…

Los soldados están recogiendo las tiendas de campaña, los caballos intuyen que hay movimiento y se muestran nerviosos… El carruaje de Blanca sigue ahí, vacío… Lis se acerca, convencida de que pasará algo si lo toca… Lleva puesta ya la armadura de generala, que había pertenecido a Jervaj, por lo que le viene un poco grande, pero simboliza el respeto que deben tener todos por ella… Su espada no es la de Jervaj, sin embargo. Lis había preferido llevar su antigua espada, forjada por su abuelo en la forja de Aiwent y que contenía un rubí en la empuñadura, ganado en una lucha contra un muchacho que se creía mejor que ella…

Un caballo entra en escena, desde el puente… Se queda parado frente a Lis, y el caballero baja… Vestiduras negras, pero sin intención ofensiva… Una simple túnica, guantes de cuero… Un espada corta cuelga del cinto…

— Busco a la Reina, soy un mensajero de Palacio… Supongo que eras la que está al cargo de esto… — Dice el recién llegado.
— La Reina no está aquí. Ha tenido que marchar, y sí, soy la que está a cargo de la guarnición. La Reina me reclamó que llevara a estos soldados a Palacio…
— Por eso venía. Debéis venir rápido… Me sabe mal decirlo, pero una revuelta se está gestando contra la casa de Navarra… Hui a tiempo como para poder llegar aquí… A propósito, me llamo Leonarth…





Boitx mueve las manos, con frio, ahora que ya es de noche… Un fuego prende en el centro de la explanada, en el aire, sin nada que lo aguante… Mientras tanto, Jervaj intenta, sin éxito, algún movimiento defensivo con la ayuda de Nagiri, a quien boitx consiguió liberar del castigo de la Diosa…

— Jervaj, tranquilo, estoy aquí para defendernos a los dos, no hace falta que intentes nada. — Recita Boitx una vez más el discurso para tranquilizarle…
— No soy un simple tullido… — Jadea Jervaj, cansado. — Necesito saber defenderme, por si en algún momento en que no estés nos ataca alguien… Además, ahora percibo más cosas que antes, debo aprovecharlo de alguna forma…
— Siempre estaré ahí… — Susurra Boitx, acercándose y haciendo desaparecer a Nagiri…
— No siempre lo estarás… Algún día llegaremos a la torre, y tu enseñarás brujería a tus alumnos… ¿Y yo? ¿Qué le espera a un tullido inútil? — Dice, con los ojos llorosos, Jervaj…

Boitx no contesta, se gira, dejando la respuesta en el aire… Jervaj deja caer la daga de piedra que había tallado al suelo…



El camino que seguimos cada vez se interna más en el bosque… Se oyen aullidos de lobos, que desde la montaña marcan su territorio… Lobos que podrían atacarnos, como me indica Yus, pero no importa, nos bastamos con mi magia. También una daga que según Yus llevaba yo en el castillo, antes de ir hacia la batalla… No debía ser muy importante, porque no la recuerdo. Aun así, es bastante incómodo ir por ese bosque oscuro, maloliente por los excrementos de los animales que lo habitan, inseguro por los ojos que nos observan desde las alturas…

— ¿Dónde me llevas? — Pregunto a Yus, que va delante de mí, seguro del camino que hay que seguir, aun sin camino visible…

— Queda muy poco para llegar, quiero que lo conozcas… — Me responde girando la cabeza…

Espero que sea así, porque es la primera gran caminata desde mi muerte… De repente, una luz se abre paso entre la penumbra… Un torreón en medio de un claro del bosque. Ladrillos de roca, madera en las ventanas, dos antorchas encima de lo que parece el portón… Pero Yus no va por esa puerta, sino que me conduce hacia la parte trasera, hacia el único ladrillo que no tiene musgo… Con su bastón, golpea el ladrillo, y cae hacia adentro, hundiendo a su vez el terreno que nos sostiene y que hace que bajemos por un tobogán de madera…

— Pabs, bienvenido a la humilde morada de Legendario el Eterno… — murmura Yus


Pabman11, Profeta de la Diosa Nevera y General de sus ejércitos…