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La sed desespera, si duermes mal, no te acuerdas al otro día, si duermes bien, despiertas muy tarde. El dolor de cabeza te mata, despiertas con la ropa del carrete anterior, porque al llegar te derrumbaste en la cama. Estás desorientado, a veces aún no se te pasan los tragos y estar mareado a las 11 de la mañana es de lo peor. Tu boca apesta, buscas la billetera que no encuentras, cuentas los billetes que no recuerdas si gastaste o no.

El celular quedó olvidado en algún lado. Cuando aparece bajo la cama, ves que tienes uno o dos números marcados que o no reconoces o te duele reconocer. Recuerdas de a poco una que otra cosa, te derrumbas de nuevo para dormir otro poco.

En algún momento encuentras la fuerza que habías perdido, y al fin te levantas y te diriges a la ducha para dejar atrás la salida del día anterior.

Si vives solo, buscas algo que puedas comer pero no hay nada en el refrigerador, si vives con alguien no entiendes porqué se le ocurre meter tanto ruido justo a esa hora. No quieres salir a la calle, la luz te molesta y tu ropa esta sucia y pasada a humo. Haces memoria, recuerdas las llamadas que no debiste hacer, evalúas en que la cagaste y piensas que lo arreglarás luego.

Te sientas, recuerdas y te sonríes, porque la pasaste chancho y buscas ocuparte en algo antes que te invada esa suerte de melancolía post carrete.



Las hostilidades con Argentina comenzaron después de varios acercamientos fallidos. Chile la buscaba, mientras Argentina evitaba todo contacto para satisfacer antes su necesidad por grano en Auckland sin enfrentar dos NE simultáneos.

http://www.erepublik.com/en/article/dos-dias-2135422/1/20

Finalmente, se produjo el encuentro. Chile tomó la iniciativa, y desde entonces todo tuvo la intensidad que nace del extravío y del encuentro con las emociones.

Si uno mira con objetividad las cosas, el ataque chileno a Argentina duró lo que tenía que durar, si acaso la lógica es lo que dicta el deber ser. El ganar la ventaja del NE marcó todas las siguientes hostilidades, en las que el apoyo de COT hizo posible hacer retroceder a Argentina batalla tras batalla expulsándola de NZ, dejando en el congelador por un rato las amenazas de lanzarnos al mar.

El tradicional troleo albiceleste dio paso al más absoluto mutismo respecto de esta campaña, es obvio, cuando las cosas no salen bien, no hay ganas de hablar.

Aún así, incluso sabiendo que Chile logró echar a Argentina de Oceanía devolviéndole NZ a los kiwis, queda un sabor de insatisfacción en la boca: se pudo hacer más en ZC, incluso luchando la RW simultánea en NZ para cerrar la frontera.

Y no se pudo hacer más porque para ganar se necesitan recursos económicos que no nos sobran, pero también porque la organización militar y política no estuvo a la altura de las circunstancias. Tanto es así que a la hora en que debía estar la información clara y el ataque coordinado, reinaba el caos en los canales que precisamente están para organizar mientras se votaba un Impeachment.

A esta hora se pelea la batalla por cerrar NZ, si todo sigue igual no habrá frontera con los trasandinos hasta nuevo aviso y se habrá cerrado un nuevo capítulo de la eterna guerra sudamericana.

Cierto que de paso Chile habrá perdido territorios a manos de Australia y de sus ahora colegas argentinos. Esa de seguro será la siguiente tarea: borrar de nuevo a Australia.

Pero así es también la e-vida: llena de limitaciones e imperfecciones las cuales no queda más que aceptar y corregir.

Vivimos la campaña a concho por varios días, pero como nada es para siempre, empezamos a sufrir la caña ayer viernes, y hoy no queda más que ducharse, arreglar lo arreglable, mejorar lo mejorable y comenzar de nuevo una vez más.