Una noche más [concurso]

Day 3,637, 06:25 Published in Spain Spain by anaximenes

Kekco se despertó bruscamente. La habitación seguía a oscuras, aunque la luz de la luna se colaba por las rendijas de la persiana. Warmlion dormía tranquila con esa respiración regular suya, tan característica, con un ronquito suave, muy femenino. Iba a ser una de aquellas noches. Últimamente, Kekco tenía muchas de esas. Una noche sin sueño.

Se levantó con cuidado para no despertarla y salió de la habitación. Un ruido a su espalda lo sobresaltó. "Ah, eres tú Rezo", el pequeño carlino lo miraba expectante. Tendía a ser su única compañía en esas largas noches. Como no tenía nada mejor que hacer, Kekco le puso la correa, se puso un abrigo largo sobre el pijama y salió al jardín a pasearlo.

A lo lejos se podía oír a la turba gritar. Capitaneados por Lordfox, un antiguo amante despechado, pedían su cabeza. Sin duda, eso no quitaba el sueño a Kekco, sólo le arrancaba una pequeña sonrisa. No era la primera vez que se veia obligado a doblegar a una masa enfervorecida. Era un doble juego que conocía bien. Simple. Un discurso distinto para cada público. En la calle exaltaba a los suyos con proclamaciones autoritarias y promesas de acabar con el sistema y en el Congreso se revestía de cierta chulería magnética para disimular que, en el fondo cumplía con sus obligaciones como cualquier otro CP.

Lo que la mayoría no sabía es que Kekco tenía un tercer rostro. El que enseñaba a los aliados. Un rostro suplicante. Kekco tenía un gran plan que le quitaba el sueño. Kekco iba a ser dictador una vez más, con apoyo extranjero. Era lo último que le quedaba por hacer, pero sus contactos en el extranjero no le daban luz verde y el bueno de Kekco se desesperaba.

Paseando a Rezo, llegó a la puerta de atrás. Un mendigo dormía allí, a menudo, esperando la caridad del buen CP, que le prometía cargos y puestos. El pobre loco le daba pena. Kekco le dejó un par de panes Q1 para cuando despertase y siguió su paseo.

De repente, el cielo se iluminó cayeron varias cuerdas a su lado. Por las cuerdas descendieron hombres vestidos de oscuro. Rezo empezó a ladrar. Uno de los hombres se reía con una risita tonta pero muy sincera. Kekco lo reconoció aunque no podía ver ni un centímetro de piel.

-General Fernandoyo.
-Soldado raso Fernandoyo, Kekco, gracias a ti.
-Al fin os habéis decidido. Las FFAA dan su golpe de estado. Esto temdrá consecuencias.
-Más quisieras... Venimos por orden del Congreso. Han encontrado pruebas de tus trameos con los serbios para implantar la, y cito literalmente, "dick-ekcoship". Quien iba a pensar que el NE chapucero de LPey, provocaría tu caida. Te han pillado.
-Eso tendrán que demostrarlo.
-Tranquilo, tendrás oportunidad de explicarte en el Congreso.
-Quiero ver a mi avogado,¿dónde está Leogar?
-jajaja. Ha muerto. Resulta que el tío tenía su casa llena de zombis programados para insultar a Il Divo. La policía de los admins lo pilló, hubo un tiroteo y Leogar murió entre sus criaturas. Dicen que lo último que oyó fue "Pitolloros" mientras sus propias multis se lo comían.
-En ese caso, que venga Warm.
-Warm está de gira.
-¿De gira?.
-Sí, ha fundado un grupo de canto melódico con Sevilla y Vihesito. Les va bastante bien.
-¿Y la emperatriz?
-La emperatriz dice que no conoce a ningún Kekco. Lo ha negado tres veces.
-Está bien, pues en ese caso, vamos, me defenderé yo mismo.

Ya en el avión de Ledox, camino del Congreso, Kekco no podía pensar. Fernandoyo seguía riéndose. Nada podía ir peor aquella noche, pero se sobrepondría, saldría de esta, el era el Caudillo ¡maldita sea! No iba a acabar así.



Un sonido estridente lo despertó. Kekco estaba cubierto en un sudor frío. Había sido un sueño. Se giró para apagar la alarma y entonces lo vió. El hombre que estaba a su lado lo miraba fijamente. No era Warmlion, eso seguro. El hombre empezó a reir con su risita tonta... pero muy sincera.