Quiero vivir en una villa

Day 2,486, 14:45 Published in Argentina Argentina by Damian2206

Tras escuchar al gran filósofo y sociólogo V. Morales, he pensado y razonado toda la noche. Estoy harto de vivir en la incomodidad de la estabilidad y seguridad económica. No quiero tener que preocuparme por llegar a fin de mes, o caer por debajo de la línea de la pobreza. Pues como dice el refrán, la felicidad se encuentra en las pequeñas cosas.
Seguramente el locutor deportivo, devenido mágicamente en gran periodista, ha recorrido la magnificencia de Qatar, La India y China. Lugares donde los gobiernos crecen tan alto como sus modernos y elites rasca cielos para imponer la imagen de poder y modernidad al mundo. Lugares donde la clase trabajadora tiene la suerte de no tener que preocuparse las decisiones políticas de los regímenes autocráticos. Y por si fuera poco, tampoco deben preocuparse por gastar tiempo en ascensores porque cualquier ranchito de dos chapas de la periferia es mejor.
Hace una semana el flameante Jefe de Gabinete Jorge Capitanich afirmó que se erradicó la pobreza. Días más tarde la ComandantA en Jefe de las Fuerzas Armadas Cristina de Kirchner anunció la construcción de complejo cinematográfico de 360 metros y magnitud similar al Central Park de New York. ¡Cómo deben lamentarse todos los multimillonarios que viven en Puerto Madero!
De tan solo pensar cómo viven los oligarcas, me dan pena. Cuando el intelectual V. Morales encabece la procesión habitacional hacía las villas nos desligaremos de todos los problemas materiales del mundo explotador-comercial. Uno no debe preocuparse por tener una red de servicios públicos de calidad, pues no olvidemos que muy pocas antiguas ciudades europeas nacieron con cloacas y agua potable. ¿Qué es lo peor que nos podría pasar si carecemos de electricidad, agua para bañarnos y un sistema de drenaje efectivo? Una inunda inundación de agua o mierda no le hace mal a nadie, sino más bien que es una gran e incalculable experiencia humana que se adquiere.
Si hacemos la tarea mental de ingresar a una villa, por esas calles angostas que se vuelven veredas cuando la oscuridad se convierte en un túnel. ¿Qué es lo peor que nos puede pasar en ese laberinto de caminos? Inseguridad hay en todos lados. Pasé lo que pase y dónde pase, las fuerzas “del orden” siempre llegan después del hecho, nunca antes. Si ocurriera una tragedia que requiere asistencia médica, tal vez una ambulancia no pueda ingresar por los caminos angostos, pero si se está cerca del hospital se puede ir caminando hasta el hospital con una bala en el pulmón, un crio por nacer o una peritonitis. ¡Te ahorraste el tiempo de espera!
Vivir en una villa es lo mejor. Como son tierras tomadas ilegalmente no figuras en la cartera de impuestos. Si buscas trabajo no tienes que llenar el casillero obligatorio de “dirección” porque no existe, y te ahorras todo ese mercado laboral explotador de la patronal burguesa y oligárquica. Directamente uno ingresa a la noble oferta del comercio negro. ¿Cuánta plata te ahorrarías? No hay que pagar seguro de vida, aportes jubilatorios, impuestos a la ganancia, sindicato ni abogados que te representen cuando te despiden arbitrariamente luego de un acoso laboral. En cierto modo estaríamos respetando la actual legislación conocida como “agua y ajo, aguantarse y joderse”. Nota mental, debería ser incluido en el Preámbulo.
Alguna persona gorilas de mente corta podría pensar que todo esto es un delirio, pero los hechos exponen lo contrario. El gran V Morales afirmó que la cantidad y tamaño de las villas “aumentaron porque hay más trabajo en las ciudades”. Esto me recuerda cuando la ComandantA y Arquitecta Egipcia Cristina nos iluminó al explicar que el crecimiento de la villa 31: “expresa la profunda transformación que ha tenido el país en estos años”.
Pero volviendo a las magníficas experiencias y reflexiones de vida que nos trae el locutor uruguayo, no se puede negar tampoco las ventajas geográficas. Al vivir en un asentamiento, y no tener trabajo estable en blanco, inmediatamente nuestras fuentes laborales nos quedan en la cercanía del dulce hogar. Tampoco hay riesgos ni horarios fijos en esas ramas (changas, vendedor ambulante, albañil sin contrato, servicios de acompañantes y narcotráfico, entre otros). Si algo sale mal siempre existe una mano negra amiga con poder político, judicial y/o policial dispuesto a ayudar.
En cambio la clase media y la burguesa debe viajar 4 horas diarias, 70 días anuales de su vida que podría invertir en otra cosa si fuera un villero idealista-pragmatista. Seguro alguien dirán “¿Por qué no generar trabajo en la periferia para que la gente trabaje en su ciudad?”, un golpista a fin de los fondos buitres y el FMI que generaron la crisis neoliberal del 2001 y pretende volver a la dictadura. Las mismas personas que intentarían reflexionar superficialmente sobre que tanto viaje equivalen a todo un salario por culpa de la inflación. ¡Qué gente ignorante y egoísta!
Si no fuera por los ignorantes e hipócritas monopolistas de Magnetto, la SRA, los militaristas, la burguesa clase media temerosa de ser pobre, hoy todos ya seríamos más felices. Pero nos encarnizaron ese bichito estigmatizarte de que vivir en una villa es sinónimo de pobreza y carencia. Asique para combatir ese discurso hegemónico, neoliberal, consumista y materialista, opuesto a todos los valores humanos, voy a reducir todo el concepto a una frase de lucha y resistencia nacional y popular:

“Vivir en una villa es lo más cool que hay”

S.D.E.

http://leyendasdeunasnoticias.blogspot.com.ar/2014/09/quiero-vivir-en-una-villa.html