El infierno en la turba malvinense, Batalla de Monte Longdon

Day 2,660, 07:17 Published in Argentina Argentina by Nahuel Leandro Druet Cfk

Hoy voy a hablar de un tema sensible que implica parte de la historia negra de nuestro pais, la guerra de Malvinas.
Aclaro que la llamo negra no por su legitimidad, sino por los fines que implicaba la guerra.
Me considero un militante por la causa Malvinas asi que lo hare con profundo respeto y admiracion hacia los soldados que pelearon en Monte Longdon, tanto argentinos como britanicos.
He decidido hablar solo del proceso de combate para no generar resquemor en algunos lectores.

Batalla de Monte Longdon



La batalla de Monte Longdon fue una batalla que tuvo lugar durante la Guerra de Malvinas entre las fuerzas británicas y argentinas. Aconteció entre la noche del 11 y se extendió hasta la madrugada del día 12 junio de 1982 y se saldó con la victoria de las tropas británicas. Es considerada la batalla más importante del conflicto ya que se trataba de una posición clave en torno a la guarnición argentina de Puerto Argentino.

Antecedentes

Fuerzas Británicas

Consistió en el 3 PARA bajo las órdenes del teniente coronel Hew Pike (más tarde un general), apoyada por el 29º Regimiento de Artillería Real, con 6 cañones de 105 mm. El 2 PARA estaba en reserva. El apoyo naval fue proporcionado por la HMS Avenger.





Fuerzas Argentinas

La fuerza argentina consistió en la Compañía B del Regimiento de Infantería 7 (RI 7), 1ª sección de la Compañía de Ingenieros Mecanizada 10, una Seccion del BIM 5, así como otros destacamentos de otras unidades. El comandante local argentino era el mayor Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores-, el segundo al mando del RI 7. Estando en Malvinas, Carrizo Salvadores perdió a su padre en Catamarca, pero el mayor guardó para sí este hecho y permaneció en su puesto hasta el fin de los combates. El Regimiento de Infantería 7, reforzada por dos de los pelotones de Infantería de Marina, se apostaron en Monte Longdon, Wireless Ridge y Cortley Ridge hacia el este. El teniente de navío (rango naval equivalente a capitán) Sergio Dachary (el teniente de navío debió sobreponerse al dolor provocado por la muerte de su hermano Alejandro Dachary, oficial del Ejército Argentino y operador de unos de los radares Skyguard de Puerto Argentino impactado por un misil británico de un bombardero Vulcan) había vuelto a Monte Longdon, en la semana anterior a la batalla, y estuvo al mando de las ametralladoras pesadas de los infantes de marina en Monte Longdon.

En su mayoría reclutas con un año de formación, los jóvenes soldados del RI 7 no iban a abandonar al campo facilmente y la mayoría estaban dispuestos a mantenerse firmes. Ellos poseían fusiles FN FAL totalmente automáticas que entregan más potencia de fuego que el SLR británico, ametralladoras de uso general FN MAG 7,62 mm idénticas a las de los paras; unos cincuenta del Regimiento 7 lucharían con más decisión que el resto, después de haber sido puesto en un curso de comandos organizado por el Mayor Oscar Ramón Jaimet, entrenado como comando y el Oficial de Operaciones del Regimiento de Infantería 6 (RI 6). El soldado conscripto Jorge Altieri, en una entrevista después de la guerra contó como él se entrenó duramente con la Compañía B:

Se me dio con un fusil FAL de 7,62 milímetros. Otros chicos se les dio el FAP - ametralladoras ligeras - y otros recibieron PAMS [subametralladoras]. El énfasis principal en el tiroteo fue hacer que cada bala contara. También me enseñaron cómo usar una bazuca, cómo hacer y poner trampas, y cómo navegar por la noche, y nos fuimos en helicóptero, taladros, ataques y emboscadas de noche y día.

Tomás Szumilo también mantiene que los conscriptos recibieron una formación más que adecuada en el regimiento:

La preparación con la que llegábamos era una instrucción de un mes y medio, buena y bastante rigurosa porque el Regimiento era muy exigente en ese sentido. Estábamos en condiciones de manejar un arma y de los elementos básicos del combate. En mi caso, por mi experiencia en sanidad, tenía conocimientos de enfermería, más que nada de primeros auxilios.



Avance británico

El 3 º Batallón, el regimiento de Paracaidistas británico, llevó a cabo una desesperada marcha a través de las colinas al norte del Monte Simon para tomar la pieza clave del terreno alto que dominaba Estancia House, apodado Granja Estancia. Las condiciones meteorológicas eran atroces, con los paracaidistas marchando a través de empinadas colinas resbaladizas hacia el objetivo.

El capitán Matthew Selfridge del 3 PARA estableció una base de patrulla cerca del Río Murrell el 3 de junio, dos kilómetros al oeste del Monte Longdon. Desde allí envió sus patrullas especializadas de la Compañía D para explorar las posiciones argentinas en la montaña. Una patrulla que no pudo obtener un prisionero fue llevado a cabo en la noche del 4-5 junio de 1982. La patrulla compuesta de tres hombres de la Compañía D, formado por el cabo Jerry Phillips y los soldados Richard Absolon y Bill Hayward, fueron enviado a la ladera norte del monte. El pequeño grupo fue dado la tarea de penetrar el 1.er Pelotón del subteniente Juan Baldini en las laderas occidentales con el fin de obtener un prisionero, con el apoyo de una batería de seis cañones de 105 mm, al amparo del cual los francotiradores especializados dispararon contra Baldini, mientras que otro disparo un cohete de 66 mm hacia una de las fosas de mortero del primera pelotón bajo ordenes del cabo Carrizo Óscar. Los comandantes argentinos reaccionaron vigorosamente, y el equipo de francotiradores pronto se encontraron bajo intenso fuego de ametralladora, además de fuego de artillería y mortero. No hubo bajas entre los argentinos. Uno de los participantes británicos, sin embargo afirmó haber disparado y matado a dos argentinos y matado los servidores de uno de los morteros con un cohete antitanque de 66 mm disparado a corta distancia.



En el lado argentino, se dio cuenta de pronto de que los soldados del Pelotón de Reconocimiento del Regimiento de Infantería 7 apostados en en la posición circundante de Wireless Ridge estaban mal equipados para llevar a cabo su propio patrullaje. Así que, las unidades de comandos argentinos, normalmente utilizados para reconocimientos profundas tuvieron que asumir este rol. Ellos fueron capaces de hacerlo con cierto éxito y en las primeras horas del 7 de junio, una patrulla combinada de la Compañía de Comandos 601 y el Escuadrón de Fuerzas Especiales 601 de la Gendarmería Nacional (EFE601GN), investigando los informes de mayor Jaimet de actividad enemiga alrededor del Murrell Bridge fueron vistos acercándose hacia el puente. Después de varias noches en la zona de los cabos Peter Hadden y Mark Brown y sus patrullas habían llegado justo en el acantilado en la orilla occidental del río Murrell,] que la patrulla del sargento Ian Addle había estado utilizando como una base.

En un corto espacio de tiempo una centinela informó de figuras en movimiento hacia abajo cerca del puente. Los paras abrieron fuego y un confuso tiroteo se desarrolló en la oscuridad, con armas cortas, ametralladoras, misiles antitanques LAW y granadas de fusil Energa intercambiandose. La patrulla de comandos al mando del capitán Rubén Figueroa fueron bastante agresivos y antes del amanecer había obligado a retirar a los 30 paras, teniendo que dejar atrás gran parte de su equipo. Sólo un suboficial argentino (Sargento Rubén Poggi) resultó levemente herido durante la contraemboscada argentina. A partir de entonces las patrullas británicas tuvieron que ser montadas más cerca de su propia línea.

Como la historia oficial del Regimiento de Paracaidistas británico ha reconocido:

Ellos se vieron obligados a evacuar sus posiciones rápidamente, dejando atrás sus mochilas y la radio, pero lograron retirarse sin sufrir ninguna baja. La ubicación se examino en la tarde del 8 de junio por otra patrulla, pero no había ni rastro de las mochilas o de radio, lo que significaba que la red de comunicaciones por radio del batallón podia haber sido comprometida.

Sin embargo, el Coronel Pike y sus jefes de compañía, en la víspera de la batalla todavían tenían a los comandantes argentinos en baja estima, y no esperaban que darían mucha resistencia.

Por esta razón, el coronel británico esperaba sorprenderlos al avanzar lo más cercano posible a su pelotón adelantado al amparo de la oscuridad, antes de irrumpir en sus trincheras con la bayoneta calada. Los tres objetivos principales - Fly Half Full Back y Wing Forward - fueron nombrados después de las posiciones empleadas en el juego de rugby. La Compañía B atacaría a través de Fly Half (apertura) procederia hacia Full Back (espalda), mientras que la Compañía A, seguido por la Compañía C, si es necesario, haría lo mismo en Wireless Ridge.

Pero la moral seguía manteniéndose razonable en el Regimiento 7. El soldado conscripto Fabián Passaro de la Compañía B combatió en Monte Longdon con el 1.er Pelotón y recuerda la vida en ese momento:

La mayor parte de nosotros nos habíamos ajustado a lo que nos habían puesto, nos habíamos acustombrados a la guerra. Pero algunos chicos [identificados como Carlos Alberto Carbone, Luis Leccese, Felix Benjamin Barreto y Antonio Francisco Belmonte en el libro Dos Lados De Infierno (Editorial Planeta, 1994)] todavía estaban muy deprimidos y, en muchos casos, se esteban empeorando. Por supuesto, estabamos muy hartos de llevar la misma ropa puesta por tantos días, yendo sin una ducha, teniendo tanto frío, comiendo mal. Fueron demasiadas cosas juntas, aparte de nuestro temor natural de la guerra, el bombardeo y todo eso. Pero pienso que algunos de nosotros nos adaptábamos mejor que otros. Habían chicos que estaban muy preocupados; y traté de levantarles un poco el ánimo. 'No se preocupen,' les dije. 'Nada sucederá, estamos a salvo aquí. ¿'No ven ustedes que nuncan podrán conseguir llegar aquí arriba? Somos unos mil; si ellos tratan de subir, nosotros los veremos y los sacaremos la mugre a balazos.



Cuando la los hombres de la Compañía B (bajo ordenes del mayor Mike Argue) del 3 PARA fijaron bayonetas para asaltar las posiciones del 1.erPelotón en Monte Longdon, se encontraron avanzando dentro un inmenso campo minado. Los zapadores británicos más tarde contaron unas 1.500 minas antipersonales sembradas en las laderas adelantadas de Monte Longdon, pero solo explotaron dos, recordó el cabo Peter Cuxson, porque el resto estaba congelado por el hielo. De lo contrario la batalla final por Puerto Argentino habría sido una historia totalmente diferente, concluye el suboficial que dice haber eliminado una posición de ametralladora argentina esa noche.

Comienzo del combate

Al anochecer el viernes 11 de junio, el 3 PARA marcho a sus líneas de partida, y después de una breve pausa, comenzaron a hacer su marcha de cuatro horas hacia sus objetivos. Al comenzar a aproximarse la Compañía B hacia Monte Longdon, el cabo Brian Milne pisó una mina, que después de un avance muy silencioso, alertó al pelotón de conscriptos del subteniente Baldini. Más de 20 soldados argentinos salieron de sus carpas de campaña para abrir fuego, pero la mayor parte del pelotón recién comenzaba a despertar y salir de sus bolsas de dormir cuando el Pelotón No. 4 del teniente Ian Bickerdike llegó a estar entre ellos, ametralleando y tirando granadas entre los argentinos.

El cabo Stewart McLaughlin estuvo presente en el grueso de la acción, elimando una ametralladora de 7,62 mm argentina en el terreno elevado cubriendo las laderas occidentales. Él cabo se reunió con su sección y les ordenó que fijaron bayonetas y luego los hizo subir hacia la cima entre una lluvia de fuego de ametralladoras argentina.

El Pelotón No. 6 del teniente Jonathan Shaw, en el flanco derecho de la Compañía B, capturó la cumbre de Half Fly sin alguna lucha. Sin embargo, no habían detectado media docena de soldados argentinos del pelotón adelantado, después de haber tirado varias granadas en varios búnkeres abandonados, y estos conscriptos lanzaron un feroz ataque contra el pelotón desprevenido, lo que resulta en 4 o 5 muertos británicos antes de que el área fuera controlada. Durante tres horas, el combate cuerpo a cuerpo, hizo estragos en el sector del 1.er Pelotón, hasta que los paras sobrepasaron a los defensores.

Baldini parece haber sido muerto mientras disparaba una ametralladora ligera FAP. El cabo Darío Ríos fue encontrado muerto junto con el subteniente. El cuchillo y las botas de Baldini fueron retirados para el uso de los soldados británicos. Una foto del oficial argentino muerto apareció en la edición original de tapa dura del libro Operation Corporate (Viking Press, 1985) y una ilustración de un artista de la foto que los británicos tomaron del teniente caído entre las rocas adorna la portada del libro De La Plata a Malvinas (Editorial Dunken, 2012) de Raúl Eugenio Daneri, capitán ayudante del jefe del Regimiento 7 en Malvinas. También murieron en los combates iniciales, el sargento de caballería Jorge Alberto Ron y el observador adelantado de la artillería argentina, el teniente Alberto Rolando Ramos, cuyo último mensaje fue que su posición estaba rodeada. El subteniente Baldini fue póstumamente condecorado con la Medalla La Nación Argentina al Valor en Combate.

Refuerzos argentinos

Justo cuando parecía que los paracaidistas sobrepasarían el 2.º Pelotón del sargento Raúl González en el vertiente sur de la montaña y el 3.º Pelotón del teniente Enrique Neirotti en el vertiente norte, refuerzos del 1.er Pelotón del teniente Hugo Quiroga de la Compañía de Ingenieros 10º en Fullback llegaron para ayudar Neirotti y González. A través de los combates iniciales en este sector, la mayoría de las posiciones argentinas en la silla de montar de la montaña se mantuvieron firmes, los recientemente llegados ingenieros usando visores nocturnos montados en la cabeza, resultaron ser bastante letal para los paracaidistas.



El soldado Nick Rose en 6 Pelotón reanuda su historia.

Pete Gray se levantó y fue a echar un granada 42 granada y le disparó un francotirador en el antebrazo derecho. Nos pareció que la granada había explotado. Les golpeamos su brazo hacia abajo en el suelo para detener la hemorragia, creyendo que había perdido la mitad de su antebrazo derecho y la mano, pero todavía estaba allí y su brazo doblado en el antebrazo en lugar del codo - una cosa horrible de ver. Hay fuego viniendo hacia adentro en todas partes, un montón de cosas que están cayendo por la sierra y luego 'bang' mi amigo 'Fester' [Tony Greenwood], es alcanzado justo encima de su ojo izquierdo, solo un metro de distancia de mí. Eso fue una cosa terrible. "Fester" era un tipo tan encantador. Luego le toco a 'Baz' Barratt. "Baz" se había vuelto a tratar de conseguir vendajes de curaciones para Pete Grey y estaba volviendo cuando 'bang' fue alcanzado en la espalda. Fue entonces cuando nos estancamos como un pelotón.

El teniente primero Neirotti abandonó su posición para tener un mejor alcance de fuego y fue herido en una pierna. No obstante, sigue combatiendo:

Parecía una autopista de noche con autos con las luces bajas encendidas... Recuerdo todavía al cabo primero Martínez, herido, que me grita que la artillería enemiga le mató al soldado Araujo y a su compañero. Veo a otro soldado caminar a los gritos, con sangre en los oídos y la boca, alcanzado por una onda expansiva. Veo todavía a un soldado argentino, desarmado, adelantarse para rescatar a dos heridos nuestros... Usted podía verles las caras a los ingleses y ellos a nosotros... Mire, yo partí en dos a un inglés [posiblemente el cabo James Murdoch] con mi ametralladora pesada. Cayó a pocos metros de donde estábamos nosotros. Y el fuego era tan intenso que no podíamos socorrerlo, ni a él ni a los nuestros. Lo escuché agonizar durante no sé cuantas horas, y todavía oigo sus gritos. Ese recuerdo me persiguió y me persigue todavía, aunque con menor intensidad porque aprendí a llevarlo conmigo.



La batalla iba mal para el mayor Argue Mike. La resistencia argentina era fuerte y bien organizado. En el centro de la montaña estaban los reclutas de Marina Jorge Maciel y Claudio Scaglione en un búnker con una ametralladora pesada y los conscriptos marinos Luis Fernández y Sergio Giuseppetti con rifles equipadas con visores nocturnos.

El teniente Ian Bickerdike y un señalizador, y el sargento Ian McKay y un número de otros hombres en el Pelotón 4 estaban tratando de realizar un reconocimiento sobre las posiciones de los infantes de marina argentinos; al hacerlo, el comandante del pelotón y señalizador resultaron heridos. El sargento McKay se da cuenta que había que hacer algo, decidió atacar la posición de ametralladora pesada que estaba causando tantos problemas y tanta miseria.

El asalto fue recibido por una lluvia de fuego. El cabo Ian Bailey fue herido de gravedad, un soldado raso muerto y otro herido. A pesar de estas pérdidas el sargento McKay, con total desprecio por su propia seguridad, por lo que ganaría póstumamente la Victoria Cruz, siguió corriendo hacia la posición enemiga solo. Peter Harclerode quien se le otorgó el libre acceso a el diario de guerra del 3 PARA, y posteriormente escribió PARA! (Arms & Armour Press, 1993), señaló que McKay y su equipo eliminaron a varios fusileros marinos en la posición, pero no pudo neutralizar la ametralladora pesada.

El mismo cabo McLaughlin logró arrastrarse hasta encontrarse dentro de distancia de poder lanzar granadas hacia la ametralladora pesada de los marinos, pero a pesar de varios esfuerzos con granadas de fragmentación y cohetes LAW de 66 mm, fue incapaz de silenciarla.



El mayor Carrizo Salvadores en Full Back se había mantenido en contacto con los jefes argentinos en Puerto Stanley:

"La situación es crítica. Ordeno al teniente Hugo Quiroga un contraataque. Otra lucha cuerpo a cuerpo. Hay bajas de ambos lados. Se logra estabilizar el frente de ataque inglés, pero el fuego de la artillería enemiga continúa. Los proyectiles estallan por todas partes, a metros donde teníamos el comando. Los ingleses nos están envolviendo. Pido refuerzos y llega tropa al mando del teniente Raúl Castañeda. Realiza un contraataque por el sector noroeste. Son las tres de la madrugada. Castañeda tiene éxito. Hace retroceder a los ingleses."

Ataque argentino

Ahora era el turno de los argentinos para atacar. El Mayor Carrizo Salvadores maniobro el pelotón reforzado de Castañeda para acercarse a los Pelotones 4 y 5 mientras que bajo la dirección de un suboficial, parte del pelotón de Castañeda convergieron hacia el puesto de socorro británico. El sargento británico Brian Faulkner, al ver que más de 20 heridos paras en las laderas occidentales de la montaña estaban a punto de caer en manos de uno de los grupos de Castañeda, desplegó a todos los que estaban lo suficientemente aptos para defender el puesto de socorro regimental británico:

"Elegí cuatro tipos y me subí en esta alta altura, y al hacerlo este pelotón [en verdad un grupon de mas o menos quince tiradores] de veinte, o treinta argentinos estaban viniendo hacia nosotros. Nosotros simplemente habrimos fuego sobre ellos. No se cuantos nosotros matamos, pero recibieron lo que merecían, porque ninguno de ellos quedaron parados cuando terminamos con ellos", dijo Faulkner.

Las cosas estaban tan mal que la compañía del Mayor Mike Argue de cesaron el fuego y dedicaron todos sus esfuerzos para retirarse de Fly Half. Peter Harclerode, un destacado historiador británico del Regimiento de Paracaidistas, lo revelo oficialemente, diciendo que:

'bajo fuego de cobertura, los pelotones números 4 y 5 pelotones se retiraron, pero otro hombre resultó muerto y otros heridos en el proceso. En ese momento, el teniente coronel Hew Pike y su Grupo "R" llegó a la escena y el mayor Argue le informó sobre la situación. Poco después, el Sargento Mayor de la Compañía Weeks informó que los dos pelotones se habían retirado a una distancia segura y que todos los heridos habían sido recuperados. Los muertos, sin embargo, tuvieron que ser dejados donde habían caído. Mientras tanto, en la ladera sur del objetivo, los heridos del pelotón número 6 estaban siendo evacuados mientras que el resto se mantuvo al amparo de las rocas.



Se informa que el comandante británico de la Brigada de Comandos, el brigadier Julian Thompson, dijo:

"Yo estaba a punto de retirar mi Paras de Monte Longdon. No podíamos creer que estos adolescentes disfrazados como soldados nos estaban haciendo sufrir muchas bajas".

En el momento en que los 21 sobrevivientes de los 46 hombres del pelotón de Castañeda habían logrado bajar de la montaña, estaban totalmente agotados. Uno de ellos, el soldado Leonardo Rondi, lucía una boina marrón - tomado de un soldado paracaidista muerto. El soldado raso Rondi, después de haber esquivado a los grupos de paras para entregar mensajes a los grupos de tiradores de Castañeda, había encontrado a un para detrás de una roca (que pudo haber sido el sargento McKay) y se llevó la boina roja y SLR que más tarde dio a los comandantes argentinos como trofeos. Rondi fue galardonado con la medalla La Nación Argentina al Valor en Combate.



Ataque británico

Tras los inesperadamente ferozes combates en Fly Half, el mayor Argue tiro hacia atrás los Pelotones Números 4 y 5, y el Regimiento de Artillería Comando 29 empezó a martillar la montaña desde Monte Kent, después de la cual se lleva a cabo un ataque del flanco izquierdo. Bajo intenso fuego, los restos de los pelotones 4 y 5 al mando del teniente Mark Cox comenzaron hacia su objetivo Full Back, sufriendo algunas bajas a manos del pelotón de Castañeda mientras avanzaban. A medida que se despejaba la posición argentina, el soldado raso Grey fue herido de un tiro en la cabeza, pero se negó a ser evacuado hasta que el mayor Argue había consolidado sus tropas adecuadamente en sus posiciones en Fly Half. El soldado raso Kevin Connery personalmente mato a tiros a tres soldados argentinos heridos en esta acción. Los paras no se podían moverse más lejos sin tener pérdidas inaceptables y por lo tanto se los retiró al extremo occidental del Monte Longdon, con las órdenes que la Compañía A del mayor David Collett se moviese por la Compañía B y asaltar, desde el oeste, el objetivo del este Full Back, una posición fuertemente defendida, con fuego de cobertura que se la brindaría la Compañía de Apoyo. Los subtenientes John Kearton y Ian Moore, un oficial australiano, reunieron a sus pelotones, cerca de la cima occidental y les había informado sobre cómo tratar con el enemigo. Pronto se atacó la posición en un amargo combate cuerpo a cuerpo, despejando de la posición de los defensores argentinos con rifle, granada y bayoneta. Mientras que la Compañía A estaba eliminando las últimas posiciones, el cabo McLaughlin fue herido por una ronda de cañón sin retroceso Czekalski disparado de Wireless Ridge (fuentes argentinos informan que los responsables de operar efectivamente dos de estos cañones en Wireless Ridge fueron los cabos Canteros y Gonzalez del pelotón del teniente primero Ramón Galíndez Matienzo). El suboficial británico fue muerto luego por una bomba de mortero disparado desde de la Compañía C del RI 7 en Wireless Ridge mientras se abría camino hacia el puesto de socorro.

Los argentinos defendieron rigurosamente a Full Back. Aunque ya herido, el cabo Manuel Medina del pelotón de Castañeda se hizo cargo de un destacamento de cañón sin retroceso y personalmento disparo por la cresta hacia la Compañía de Apoyo británica matando a tres paras, ncluyendo al soldado raso Peter Heddicker, quien recibio un impacto directo de la ronda de 105 mm, el cual hirió a otros tres paras. El Mayor Carrizo Salvadores abandonó su puesto de mando en Full Back solamente cuando un misil MILAN se estrelló contra unas rocas justo detrás de él.



Secuelas

La batalla y el fuego inmediato proveniente de Wireless Ridge al amanecer que siguió duró doce horas y había sido costosa para los británicos. 3 PARA perdió diecisiete muertos durante la batalla, un ingeniero real agregado al 3 PARA, también fue muerto. Dos de los paracaidistas muertos -los soldados rasos Ian Scrivens y Jason Burt- solo tenían diecisiete años, y el soldado raso Neil Grose fue muerto unas pocas horas después de cumplir 18 años. Un total de cuarenta paracaidistas británicos resultaron heridos durante la batalla. Otros cuatro paracaidistas y un inginiero real (REME) murieron y siete paracaidistas resultaron heridos en el bombardeo de dos días que siguieron y que fue dirigido por el Teniente de Navio Marcelo de Marco del Batallón de Infantería de Marina Nº 5 en la montaña de Tumbledown. Los argentinos sufrieron 31 muertos y 120 heridos, con cincuenta también siendo tomados prisioneros. Entre los heridos sobrevivientes estaban inicialmente los soldados conscriptos Ramón Quintana y Manuel Gramisci. Cuando en 1993 se publicó el libro "Viaje al Infierno" del ex paracaidista británico Vicent Bramley que denunció el fusilamiento de soldados argentinos en Monte Longdon, el soldado Néstor Flores contó su historia. Relató que en aquella madrugada en Monte Longdon, vio como los paracaidistas mataron a balazos a Quintana y remataron con una bayoneta a Gramisci.

El cabo británico Vincent Bramley recuerda estar patrullando la mitad occidental del Monte Longdon, cuando se confrontó con todo el horror del combate nocturno. El suboficial del 3 PARA y empeñoso escritor tropezó con los cuerpos de cuatro o cinco paracaidistas muertos asaltando al pelotón adelantado argentino.



Mitos y hechos discutidos

En cuanto a la batalla de Monte Longdon se han escrito numerosos mitos y contramitos, a favor y en contra el rol de los militares argentinos. Desde el punto de vista militar la batalla fue la más sangrienta en Malvinas. Aunque muchas veces se ha afirmado que comandos argentinos o mercenarios estadounidenses se repartieron entre los defensores y esto permitió que los argentinos combatieran bien, lo cierto es que solamente 23 infantes de marina argentinos estuvieron presentes, y estos se dividieron entre los soldados del ejército presentes. En charlas dadas en las escuelas y entrevistas concedidas por miembros del CECIM, se difunde de manera prolija la idea de que los conscriptos defensores del monte combatieron “sin ningún tipo de instrucción de nuestros jefes, los oficiales y suboficiales". Según el exsoldado Ernesto Alsonso (evacuado previo a la batalla por el shock nervioso causado por la explosión de un proyectil enemigo), actualmente presidente de la Comisión Nacional de Ex Combatientes de Malvinas, no debe interpretarse que Carrizo Salvadores o Dachary jugaron un rol importante, aunque que hasta el final del combate ambos confiaron que les llegaran los refuerzos que repetidamente estuvieron solicitando. Baldini recibió muchas críticas por parte del ex-soldado conscripto Alberto Carbone por haberle aplicado el castigo de campo en Longdon. Sin embargo, él oficial había autorizado la evacuación de Carbone el 10 de junio. Tenía un disparo en el muslo que se había disparado dentro de su carpa (Carbone niega que su herida de bala fue autoinfligida). El periodista argentino Rodolfo Barili también ha reportado las duras críticas del ex-soldado conscripto Luis Aparicio en el documental “Malvinas, herida abierta”, al ser descubierto huesos de cordero dentro la cueva de Baldini. Sin embargo, se ha establecido hace varios años ya, que Baldini había ordenado a un grupo selecto de conscriptos salir a cazar ovejas para que sus hombres se pudieran alimentaran mejor. También existe polémica por la muerte del subteniente Baldini, quien fue sorprendido durmiendo en su carpa descalzado según la versión contada por CECIM en el libro Los Dos Lados Del Infierno.


Soldados ingleses enterrando caidos

Nota: Todos sabemos que el ejercito argentino no hizo las cosas como se debian hacer, pero de lo que si estamos seguros es que los soldados conscriptos dieron todo para lograr el objetivo de mantener la soberania de las Isals Malvinas en manos del Estado argentino.
Mi recuerdo a aquellos soldados que dieron la vida por la patria y aquellos que lograron volver y viven con las secuelas ya sean fisica y/o psicologicas.

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Este es el homenaje que llevo en mi piel.

Viva la patria! Malvinas por siempre Argentinas!