Anarquía en Chile

Day 4,360, 16:47 Published in Chile Chile by colocolo91

La Política que conduce a la anarquía.

Estimados lectores, hace mucho no me daba el tiempo ni el trabajo de escribir un artículo considerado que el juego está muy aburrido y hace rato que dejó de ser algo interesante y que merezca demandar mucho tiempo, pero el día de hoy me he tomado la licencia de escribir aquí algunas reflexiones sobre lo que ocurre en nuestra querida Patria.

Todos hemos visto lo que está aconteciendo, una explosión social que se ha encargado de gritar al mundo que ya no da más, no aguanta más tanto abuso, descaro, sinvergüenzura de quienes nos gobiernan y como las protestas, violencia y descontrol se apoderan de las principales ciudades del país. Y cuando la gente despierta y manifiesta su descontento acumulado de tanto tiempo corre esto que vemos, más de un millón casi 2 millones dicen algunos en las calles de la capital.

¡Evadir, NO pagar otra forma de luchar!

Para variar, y como siempre ha sido la tónica, los que comenzaron a alzar la voz fueron los jóvenes que mostraban su descontento al alza del pasaje con evasiones masivas en metro de Santiago, provocando gran alboroto y uno que otro destrozo pero muy menor comparado a lo que vendría días después. Si bien es cierto, los estudiantes tienen tarifa rebajada los que pagan son los padres y el alza en ticket sumado a una fuerte alza en la electricidad tenia los ánimos caldeados en la población donde ya se veía un gran malestar frente a todo esto, por ente, no eran pocos los que sentían simpatía por la protesta estudiantil.



El gobierno y la gente de metro manejaron la situación de la peor forma, el presidente, sus ministros y otras autoridades no tardaron en condenar las protestas de los estudiantes y Piñera no dudo en tratar de “delicuentes” a quienes evadían, cosa que resulta indignante viniendo de alguien que evadió el pago de contribuciones durante 30 años, que envío a sus hijos con plata de todos los chilenos a China para hacer sus negocios y así suma y sigue un largo etc de episodios que ha protagonizado Piñera que están totalmente reñidos con la ética y la ley. Por otra parte la cabeza de metro toreaba a los estudiantes con un “esto no prendió cabros, váyanse para la casa”, por supuesto que a esa altura ni se pensaba en bajar el pasaje ni mucho menos.

Las cosa comienzan a salirse de control cuando las protestas de los estudiantes se agudizan y se cierran algunas estaciones del metro, se realiza un llamado a cacerolazo que tiene buena acogida en Santiago y nuestro presidente se va a comer Pizza sin dimensionar lo que se está incubando, al día siguiente todo se desencadena y se queman varias estaciones, el descontento también se manifiesta en regiones produciéndose un verdadero despelote que ya lleva casi 10 días y parece no terminar, con una crisis que se ha agravado aún más con las continuas desinteligencias y desatino de ministros y Presidente con frases más que desafortunadas impropias de un autoridad y servidor público.

¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo es posible tanta indiferencia de las autoridades hacia quienes gobiernan?

No deja de molestar cuando se escucha a senadores y diputados de distintos colores políticos decir que con más de 8 millones, que es lo que ganan ellos, a penas llegan a fin de mes o cosas de ese estilo y se resisten a bajarse el sueldo.

Tenemos un Presidente impresentable pero que fue elegido democraticamente que fue declarado reo, que ha estado involucrado en grandes escándalos y que no ha hecho más que fortalecer sus negocios mientras gobierna apelando a toda clase artimaña, tomando ahora medidas totalmente insuficientes y tardías que no tocan los problemas de fondo y están lejos de satisfacer lo que la gente pide a gritos en la calle lo que le ha costado según recientes encuestas contar con un mísero 14% aprobación (se dice que la cifra real es mucho menor, de un digito inclusive). Sin duda alguna, esta política de estrujar cada vez más a la gente con un alza tras otra y encima hacer burla con declaraciones como “levántense más temprano” o “vayan a comprar flores que están baratas” ha provocado la furia una población que está harta de tanta desigualdad.



Todo lo anterior lleva inexorablemente a la anarquía, es una invitación a la anarquía, cuando sientes que te roban a diario, cobrándote excesivamente en el pasaje, en la luz, te pagan poco si es que tienes la dicha de tener trabajo, tus viejos reciben pensiones de hambre que no permiten vivir dignamente, sientes que ya nada tienes que perder saliendo a la calle y alzar la voz, dejar la cagá, porque lanzando blancas palomas al viento y siendo civilizado nada consigues, es más se burlan de tu necesidad como lo ha hecho este gobierno y otros anteriores. Te invitan a la anarquía, al protestar y al desorden absoluto.



Pero sin embargo, surge un pero……. ¿Cómo ciudadanos nos merecemos esto? Para mí lo que ocurre hoy y las autoridades que tenemos son el reflejo de una degeneración total no solo del aparato político ni del Estado como institución sino de la sociedad en su conjunto, ya que muchos que tratan con justa razón a Piñera y otros políticos de ladrón, no tienen ningún capricho de saquear y robar si tienen oportunidad creyendo que nunca los van a pillar, vivimos en una sociedad en donde el individuo no duda en liquidar, robar, aprovecharse o pisotear al de al lado si puede. Primero yo, segundo yo, tercero yo…… y el de al lado que se joda. Esta es la parte más triste, tenemos un Estado que por donde miras fallan sus instituciones y con personas que son oportunistas y si algo pueden sacarte lo hacen (salvo honrosas excepciones).

¿Dónde irá a terminar todo esto? Esperemos que no en el populismo y que las “rapiñas” o actos vandálicos paren pronto, ya cuentan varios muertos en este levantamiento social muchos victimas de excesos de militares y policías, lo cierto es que esto es un llamado no solo a nuestra podrida clase política sino tambien a todos y cada uno de nosotros, para formar una sociedad más justa donde cultivemos eso que se llama empatía y podamos progresar construyendo un mejor país, más equitativo y con gobernantes que sean decentes, dignos de su cargo.