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To my non spanish-speaker readers: This article is a little tale about Game of Thrones for a contest in Spain. I would have liked to translate it, but when I try it due to my English level it loses any emotion. Soon I will have a new article in English too 😃

¿De qué va todo esto? https://www.erepublik.com/es/article/concurso-de-relatos-cortos-de-la-gdln-2594670/1/20

Un bonito concurso literario para todos, con elevados premios en oro.

El mío es un relato basado en la vida de Corlys Velaryon, uno de mis personajes favoritos de la saga, que vivió casi 2 siglos antes de los hechos narrados en los libros. Por lo tanto, no hay riesgo de spoilers. Espero que os guste. Si es así, un voto, un comment o incluso un shout se agradecerían. Si además viene acompañado de un endorse, mejor, que publicar en otros países no es barato.

Sin más, aquí está.



-¡Viejo! ¡Dame todo lo que tienes!-me gritó el desdentado camorrista apuntándome con un cuchillo.

Era demasiado irónico para ser cierto. Iban a matarme en un callejón sin nombre del Lecho de Pulgas, la zona más marginal de Desembarco del Rey. Con todo lo que había sido era un final incluso demasiado agrio. El gran Lord Fenoglio de Oros (sí, el lugar existe) apuñalado y su cadáver arrojado al río o descuartizado y vendido a trozos solo el Dios de los Muchos Rostros sabe para qué.



Que sí, que Oros existe. No tenéis más que mirar el mapa.

¿Para eso había abandonado su tribu, oculta en las ruinas junto al Mar Humeante? No era una gran vida y lo más probable es que no llegases a los 30, que el clima no acompañaba precisamente, pero bueno, si era lo único que habías conocido tampoco te parecía tan malo.

Pero nada, se había marchado en un arrebato de furia hacia el norte y cuando había visto unos buscadores de tesoros había fingido ser el superviviente de un naufragio. Sí, luego le habían esclavizado y vendido en la ciudad libre de Volantis, siempre le había gustado eso de ciudad libre, pero bueno, al menos estaba ya en el mundo civilizado.

Luego había venido su fuga a Braavos, su adiestramiento, pero bueno, esa era otra historia.



Sí estaba allí era por culpa del maldito Serpiente Marina, el condenado Lord Corlys Velaryon. Un farsante como ninguno, que como buen valyrio había salido al paso incontables veces por su cara bonita. Le había visto por primera vez en el feudo de su familia, en Marcaderiva, cuando todavía era un joven de melena plateada que acababa de llegar de su primer gran viaje y pensaba en partir al siguiente.



Serpiente Marina, unos cuantos años más tarde.

Si hubiese sido medianamente inteligente se habría quedado en casa bebiendo y dedicándose a expandir su semilla por el pueblo, pero no, se había quedado con ganas de más. Yo tampoco podía reprocharle nada incluso ahora, que al final me había acabado uniendo a su tripulación en el Serpiente Marina, el barco que le había acabado dando su apodo.

Podría contar como él sus grandiosos viajes: Como había visitado el Reino de los Ifuequevron, como había hundido piratas en las Mil Islas e incluso como había traído elefantes desde Qarth, pero no, ya mentía bastante él. Sí que había ganado dragones de oro, pero vendiendo esclavos. Lo del naufragio de los elefantes, otra patraña más. La madera de más allá de las Ciudades Liebres, talada en una colina a escasos kilómetros de Braavos.



Sí, en verdad nunca se alejó mucho de aquí. Pero impresiona. Al menos había visto más mundo que esos incultos ponientís.



Podríamos decir que mejoró con los años, pero sería faltar a la verdad. En el Gran Consejo solo pudo tener importancia gracias a su flota. La misma flota que perdió años más tarde en la batalla de , cuando era partidario de los Negros en la Danza de Dragones. El perdió un tercio de la flota y yo la mano izquierda. Aún creo que el negocio mereció la pena. La rabieta de su ilustrísima cuando se lo conté no tuvo precio.

La recompensa también estuvo a la altura. Tras la muerte de varios de sus familiares en el año 130 veía cada vez más peligrar la victoria de los Negros y me envió a preparar el cambio de lado desde una posición de poder. ¿Qué tenía que hacer?

Muy fácil. Matar los dragones que había en Desembarco del Rey, los cuatro. Nunca he sido bueno con la espada y volverme manco tampoco había ayudado. Además, por la maldita guerra había ya muchos “asesinos de dragones”, el rimbombante título había dejado de ser lo suficientemente exclusivo como para que me atrajese. Sin embargo, la población estaba harta y solo necesitaba al Pastor, un profeta que les gritase que los dragones eran contrarios a los Siete. El resto es historia.



Sí, es cierto que también murió un príncipe Velaryon y que perdieron la vida varios miles de campesinos, pero bueno, eso pasa cuando no mandas a profesionales. Le dice a Serpiente Marina que había cumplido mi misión, pero una vez más no se lo tomó bien. Me encerró pendiente de ejecución, pero no le dio tiempo. Su muerte por fiebre invernal fue el mejor regalo que me han hecho nunca.



Y parece que todo esto va a acabar así. En el mismo Lecho de Pulgas del que salieron los miles de asesinos de dragones. Puede que incluso el desdentado este fuese uno de ellos.

Noto el metal de mi cuchillo en la bota. Estoy seguro de que me daría tiempo de cogerlo y clavárselo, pero, en verdad, ¿me falta algo por hacer en esta vida? ¿No sería más fácil dejarlo todo pasar?

Como cierto maestro mío en Braavos decía:

Valar Morghulis, todos los hombres mueren. Puede que hoy haya llegado mi día.

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[Relato GDLN]El viejo de la Serpiente

http://www.erepublik.com/es/article/-relato-gdln-el-viejo-de-la-serpiente-2595152/1/20

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